"No me gustas": la lección de Sinner a Alcaraz para lograr lo que ni Djokovic, Nadal o Federer hicieron

Hace solo unas semanas, Jannik Sinner hacía historia tras conseguir el primer Grand Slam de su carrera. El italiano, después de firmar un torneo brillante, lograba hacerse con el Open de Australia en un torneo épico, en el que acabó con el poderío de Novak Djokovic en semifinales para, después, en una remontada épica, dar la vuelta al partido en la final ante Daniil Medvedev. Pero, ahora, ha dado un paso más para romper un récord de hace más de dos décadas.

Este domingo, Sinner volvió a levantar los brazos al cielo, esta vez de Róterdam, después de ganar en la final del ATP 500 que se disputa en la ciudad neerlandesa a Alex de Miñaur. De hecho, fue el australiano uno de los primeros en bromear con el poder que está demostrando Sinner en pista en este comienzo de temporada. Así, al término del encuentro, hacia chanzas en redes sociales con el tenis intratable que está mostrando el transalpino: "No me gustas", acompañado de una sonrisa.

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El mensaje de De Miñaur, en claro tono de broma, contenía una verdad: ahora mismo, Sinner está a un nivel superior al resto de jugadores, lo que le ha valido para ganar dos torneos seguidos en este inicio de curso. Pero ambas victorias esconden un secreto: es la primera vez en los últimos 23 años en la que, un tenista que levanta el primer Grand Slam de su carrera, es capaz de ganar el siguiente torneo que disputa. Rompe una maldición casi histórica.

El triunfo de Sinner, que podría ser una anécdota sin más, en realidad esconde mucho más de lo que parece, pues puede presumir de haber conseguido algo que, desde que Lleyton Hewitt lo lograra en 2001, ningún otro tenista ha conseguido: ni Rafa Nadal, ni Roger Federer, ni Novak Djokovic pudieron levantar el siguiente título tras ganar el primer Grand Slam de su carrera. E, incluso, una lectura mayor: ha mejorado a Carlos Alcaraz, quien incluso no ha podido repetir logros tras triunfar.

Alcaraz puede presumir de haber levantado dos grandes como Wimbledon y el US Open. Muchos tenistas se retiran después de dos décadas de carrera sin haber levantado un gran título y el español, con solo 20 años, ya tiene dos en sus vitrinas. Lo que está haciendo es increíble y tiene un mérito impresionante... pero, por detrás, viene otro jugador como Sinner que lo tiene todo para marcar una época, incluso superando el nivel que está mostrando el español.

Una de las principales críticas que se le hacen a Alcaraz tiene que ver con su consistencia en pista. Tiene un tenis único, un repertorio de golpes increíble y un físico envidiable pero, a veces, desconecta en pista: Es algo que le pasa de un partido a otro en el mismo torneo e, incluso, entre sets dentro del mismo encuentro. De ahí que pase de hacer momentos de tenis de muchísimo nivel a jugar con dudas y cometiendo muchos fallos en periodos de tiempo muy cortos.

Sinner, por el contrario, da la sensación de tener cada movimiento milimetrado, siendo mucho más estable en pista. Muestra menos sus emociones, se desconecta menos de los partidos y es más constante en su forma de juego, lo que le permite mantener un nivel parecido en cada partido. De hecho, Alcaraz ha repetido que es uno de los puntos que debe de mejorar. De hecho, tras perder ante Nicolas Jarry en Buenos Aires, lo dejó claro: "Tengo altibajos que no me puedo permitir".

Esa es la lección que Alcaraz debe de aprender y el mejor ejemplo en el que mirarse es el de Sinner. Por ser un jugador de su misma generación, con un estilo de juego similar y, sobre todo, porque será su gran rival en el mundo del tenis durante la próxima década. El "no me gustas" de De Miñaur es la mejor explicación posible a la superioridad del italiano. Si Alcaraz quiere volver a lo más alto, sabe que necesita recuperar esa solidez perdida... y Sinner es el mejor espejo en que mirarse.