Djokovic, en apuros en París ante el 23 del mundo por un virus: "He pasado más tiempo en el váter que en pista"

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Después de un merecido descanso, Novak Djokovic volvió a la acción en este Masters 1.000 de París-Bercy. Fue mes y medio después de jugar y ganar frente al español Davidovich en la Copa Davis. Antes de ello, eso sí, agigantó aún más su leyenda al ganar el US Open por cuarta vez en su impecable carrera, el vigésimo cuarto Grand Slam con el que dejó ya dos títulos por detrás a Nadal y con el que, pase lo que pase en lo que queda de año, completó un espectacular 2023.

De hecho, sus partidos perdidos se pueden contar con los dedos de una mano. Nole no hinca la rodilla desde hace casi cuatro meses, desde que cayó en la final de Wimbledon contra Alcaraz. Una derrota que le impidió ganar los cuatro grandes del año, porque sí logró coronarse en Australia, Roland Garros y el mencionado US Open. Otra prueba de que el serbio es como el buen vino y sigue mejorando con los años, vengándose además del murciano semanas después en el duelo por el título en Cincinnati.

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El Confidencial

Tras triunfar en Flushing Meadows tumbando a Medvedev en la gran final y representar a Serbia en la Davis, Djokovic decidió renunciar a la gira china (Pekín y Shanghái) y los torneos del centro de Europa (Viena y Basilea) para centrarse en París-Bercy, en lo que está siendo el último Masters 1.000 de la temporada. Además, es un torneo que ya ha ganado un total de seis ocasiones (2009, 2013, 2014, 2015, 2019 y 2021), pero en el que en este 2023, aunque a veces no lo parezca, demostró que también es humano.

Djokovic, en apuros ante el 23 del mundo

Tras deshacerse con comodidad del argentino Etcheverry en su estreno, Djokovic se vio las caras con Griekspoor en su segundo encuentro, y este le costó mucho más de lo que podía esperarse. Fue el tenista neerlandés el que se llevó el primer set y puso contra las cuerdas a un Nole que, como casi siempre, supo reponerse y acabó ganando el partido en tres mangas (4-6, 7-6 y 6-4).

Al acabar el encuentro, el serbio explicó que había sufrido un virus los días anteriores que le habían impedido estar al 100%: "Honestamente, llevo varios días en los que paso más tiempo en la taza del váter que en la pista de tenis. Estoy lidiando con problemas estomacales y no termino de sentirme yo mismo".

"Salí con la idea de mantener mi saque como pudiera y llegar al tiebreak. Conseguí hacerlo en el segundo parcial, donde elevé mi nivel en la muerte súbita y luego comencé a sentirme mejor en la tercera manga. Estoy muy contento por haber superado este desafío. Hay que dar crédito al gran encuentro que hizo mi rival, si hubiera salido vencedor, el resultado habría sido justo. Apenas bajó su nivel de juego en ningún momento y mostró un rendimiento muy alto", reconoció Djokovic.