"Esta derrota duele y no tengo ánimo": qué le pasa a Alcaraz para acabar el año tan desilusionado

Carlos Alcaraz ha vivido una temporada de ensueño. El tenista español puede presumir de haber ganado seis títulos esta campaña, Wimbledon incluido, y de haber sido número uno en varias ocasiones a lo largo del año. Sin embargo, después de su victoria en la hierba londinense, ha vivido una particular caída a los infiernos en los últimos meses del curso, donde no solo no ha mostrado su mejor versión, sino que se ha visto la cara más desconocida del tenista español.

Tras convertirse en el gran soplo de aire fresco del tenis mundial la pasada temporada, Alcaraz tenía una complicada misión en 2023: demostrar que su llegada a lo más alto del ránking ATP no había sido casualidad ni flor de un día y que era un tenista con un presente envidiable. A pesar de comenzar el año con lesión, no tardó en demostrar que su nivel era realmente alto y los títulos comenzaron a llegar: Buenos Aires, Indian Wells, Barcelona y Madrid. Casi nada.

Había puestas muchas expectativas en qué podía hacer en Roland Garros, pero Novak Djokovic le dejó con la miel en los labios en semifinales. A pesar de ello, Alcaraz no bajó su ritmo en ningún momento y se preparó a conciencia de cara a Wimbledon. No solo se llevó la victoria en Queen's, sino que en All England Club levantó el segundo Grand Slam de su vida. Era el momento de poner un broche de oro a la temporada... pero no lo ha conseguido. Al menos, de momento.

Y es que, tras Wimbledon, el español no ha encontrado el camino de la victoria. En el Masters 1.000 de Canadá cayó en cuartos ante Tommy Paul; en el Masters 1.000 de Cincinnati perdió la final ante Djokovic; en el US Open, cayó en semifinales ante Daniil Medvedev; en el ATP 500 de Pekín fue derrotado en semifinales por Jannik Sinner; en el Masters 1.000 de Shanghái, cayó en octavos con Grigor Dimitrov; y en el Masters 1.000 de París-Bercy fue eliminado en su debut con Roman Safiullin.

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El Confidencial

Desde que ganase en la hierba londinense, el camino de Alcaraz se ha torcido. Ya no solo hablamos de que los resultados no han acompañado, sino que su juego no termina de fluir. Le cuesta dominar los partidos, comete más errores no forzados de los habituales, tiene dudas con el servicio y, sobre todo, no termina de ser consistente en pista. Puede firmar un juego brillante y, segundos después, hacer un verdadero despropósito. No encuentra la estabilidad en pista.

El último golpe de la temporada lo ha recibido tras su temprana eliminación en París-Bercy. Roman Safiullin supo leer mejor el partido y aprovechar su oportunidad, ante un Alcaraz al que se le vio algo más lento en pista y sin tanta confianza como acostumbra. No es normal ver al español cabizbajo, cometiendo numerosos errores no forzados y, especialmente, con dudas en pista. El propio tenista murciano hacía una dura autocrítica tras caer eliminado.

Un golpe de realidad

"Esta derrota duele. Estoy decepcionado con el nivel que mostré, esperaba dar más en la pista. Tengo mucho que mejorar porque mi tenis necesita de un nivel físico alto y me ha faltado mucha rapidez. En días así, se hace todo más difícil porque he perdido en una primera ronda de un torneo donde esperaba llegar a una ronda final. Ahora, tengo que prepararme para Turín. Me queda mucho para llegar al nivel que busco pero, ahora mismo, no tengo ánimo", expresaba el número dos del mundo.

A Alcaraz solo le quedan las ATP Finals para acabar el año y reconoce cuál es la clave de lo que está pasando: "Que la temporada haya sido tan larga probablemente me ha afectado". Solo tiene 20 años y la edad debería de jugar a su favor, pero el cansancio acumulado, las lesiones y la intensidad de cada partido que disputa le han terminado pasando factura. La derrota es parte inherente del deporte, pero aún tiene una oportunidad de acabar el año con una sonrisa.