Alcaraz aplasta a Müller y continúa su camino hacia el segundo Grand Slam (6-4, 7-6, 6-3)

Carlos Alcaraz ha ganado a Alexandre Müller en la segunda ronda de Wimbledon (6-4, 7-6, 6-3) y avanza con paso firme en el torneo, en el camino hacia su segundo Grand Slam. Para conseguirlo, tendrá que enfrentarse a Novak Djokovic antes o después, pero eso no asusta en absoluto a Carlitos. La victoria en Queen’s lo ha reforzado y, aunque le haya costado vencer al francés, se siente cada vez más cómodo en la hierba británica.

Los partidos de los Grand Slam no son comparables en absoluto a los de los Master 1.000. La diferencia entre jugar al mejor de tres o al de cinco puede ser muy grande. La capacidad mental, tan necesaria en los partidos largos, no es el punto fuerte de Alcaraz, aunque se le ha notado mejoría. Ya no tiene esos momentos de evasión en el partido, como se comprobó frente a Müller. En partidos tan igualados, era habitual que Carlitos no estuviera tan concentrado. Pero de un tiempo a esta parte no es así.

La adaptación a la hierba ha sido completada, porque Carlitos demuestra en cada partido todo su arsenal de golpes, ya sean dejadas, derechas o globos. Es brillante porque tiene la inconsciencia de la juventud y no es cuestión de buscar otro razonamiento. Si sigue a este nivel, será difícil que alguien lo pare en Wimbledon. Tras el fiasco en Roland Garros por su lesión, tiene en su mente conseguir otro Grand Slam. Si no es en París, será en Londres.

El símil con Federer

Está muy a gusto en el territorio fetiche de Roger Federer, tenista que más veces ha ganado Wimbledon (ocho). Esto refuerza aún más la teoría de que es más parecido al suizo que a Nadal. En cualquier caso, ser comparado con dos de los tres tenistas más grandes de la historia a los 20 años tiene mucho mérito.

Müller completó un gran segundo set, en el que estuvo cerca de igualar el partido. Su cara fue un poema cuando Carlitos lo ganó en el tie-break. Había costado, pero la victoria estaba más cerca. Los partidos largos los carga el diablo. No es conveniente sufrir tanto en las primeras rondas, porque luego llegarán los rivales más fuertes. Alcaraz sabe bien lo difícil que es triunfar en un Grand Slam.

El apoyo del público

El murciano, además, se ha ganado el calor del público londinense, que acude en masa a verlo cada vez que juega. Esa personalidad tan arrolladora parece que ha gustado, y mucho, a los británicos, acostumbrados antes al señorío que demostró Roger Federer, más parecido al carácter inglés. Wimbledon es un templo del tenis, pero Carlitos se comporta como si estuviera en el patio de su casa.

El último set estuvo también igualado, con intercambios de golpes constantes. Hasta que Alcaraz completó la jugada y se colocó 5-3, con saque a favor. Ya nada le iba a arrebatar la victoria en su camino hacia Wimbledon. La cuenta atrás para la final ya ha empezado. A Ferrero le gusta ser prudente, pero con este chico no hay motivos. 20 años y hechuras de veterano.