Los celos de Carlos Alcaraz en Wimbledon por no haber visto a su gran ídolo en su grada

Carlos Alcaraz empieza a sonreír. Después de superar la primera ronda de Wimbledon sin dificultades, tras derrotar a Jérémy Chardy en un cómodo partido, el tenista español enfoca con optimismo su participación en el tercer Grand Slam de la temporada. Una vez superado el choque inicial, en el que mostró su mejor versión, la cara del número uno mostraba su felicidad por el nivel que había mostrado en pista... y, también, la envidia por no haber visto a su ídolo.

Los dos sets iniciales del tenista español fueron brillantes, no dando ninguna opción a su rival, al que pasó por encima en todo momento. El francés no encontraba la manera de hacer daño al murciano, muy superior en todo momento. Sin embargo, en el tercer set, Alcaraz bajó la intensidad y el galo, a sabiendas de que era su último partido como profesional, decidió apretar, poniéndole en un compromiso, al punto de que tuvo que firmar una pequeña remontada para sellar la victoria.

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Ya en rueda de prensa, el español no dudó en mostrarse contento con su debut y convencido de que es un buen primer paso de cara a lo que está por venir en el torneo. Pero Alcaraz no dudó en dejar claro que hubo algo del partido que no le gustó: no se trató de su puesta en escena, de su juego, ni tener que hacerlo bajo techo; ni tan siquiera los problemas en los que le puso Chardy en el tercer set. Era algo más sencillo: esperaba ver al gran espejo en el que tanto se miró en la grada.

Y es que, este martes, una persona muy especial estuvo en la grada de la pista central para ver el partido entre Elena Rybakina y Shelby Rodgers: ni más ni menos que Roger Federer, un tenista que ganó hasta en ocho ocasiones en All England Club y que jugó su último partido como profesional en la hierba londinense. Saltó a la grada ovacionado por el público, que le dedicó un largo y enorme aplauso en respuesta a los grandes momentos de tenis que les hizo pasar sobre la pista.

Alcaraz es un declarado fan de Federer, de quien asegura ser muy aficionado desde que solo era un niño y en cuyos movimientos se ha fijado de manera habitual para tratar de mejorar sus mecánicas. Por esa razón, al enterarse de que Federer estaba en Londres y de que iba a ir a ver varios partidos de Wimbledon, tenía la esperanza de que acudiera a ver su debut en la hierba londinense. Al no verle, se llevó cierta decepción que no dudó en expresar en sala de prensa.

"Vi que Roger Federer estaba aquí y me puse un poco celoso", aseguraba el español entre risas. "Honestamente, quería que él viera uno de mis partidos y después poder hablar un poco con él. Para mí, sería increíble y espero poder verle más de una vez", expresaba el número uno del mundo. Y es que Alcaraz es un reconocido seguidor del suizo y, medio en broma, medio en serio, aseguraba que se sentía "celoso" por no haberle visto en la grande durante su debut en Wimbledon.

Cuando solo era un niño, Alcaraz reconocía que tenía dos grandes ídolos en el tenis: Rafa Nadal y Roger Federer. Con el español ha tenido la fortuna de coincidir en el tiempo, con el que se ha enfrentado en varias ocasiones e, incluso, han compartido pista. Pero con el suizo nunca llegó a jugar: o mejor dicho, nunca lo hizo en partido oficial, pues en 2019 ambos pelotearon en Wimbledon antes de que el helvético se enfrentara al balear en las semifinales del torneo.

"Recuerdo el entrenamiento de hace cuatro años con él. Estaba más tenso que en algún partido. La foto que nos hicimos al final la tengo colgada en mi habitación. No hay nadie como Roger en hierba", expresaba este martes. Ahora, Alcaraz, número uno del mundo, afronta Wimbledon con la intención de ganar su primer título en el All England Club, mientras sueña con poder charlar unos minutos con Federer. Y, por qué no, con sentirse realizado si algún día acude a verle en directo.