Carlos Alcaraz y su magia sentencian a Musetti por la vía rápida (6-3, 6-2 y 6-2) para estar en cuartos

Carlos Alcaraz ya está en los cuartos de final de Roland Garros. El número uno del mundo ha cumplido su condición de favorito ante el rival de mayor entidad en lo que va de Grand Slam, Lorenzo Musetti, número 18 del ránking ATP, al que derrotó por (6-3, 6-2 y 6-2). Se pronosticaba morbo en el duelo, no solo dos de los jóvenes talentos más importantes del tenis se daban cita en la Philippe Chatrier, sino que la última vez que se habían enfrentado, el italiano se llevó el gato al agua y el título del Open de Hamburgo el pasado verano, en una dolorosa derrota para Alcaraz. Menos de un año después, la revancha llega en Roland Garros gracias a la inercia ganadora del de El Palmar, que superó el buen hacer de Musetti. En cuartos, Alcaraz espera al vencedor del duelo entre Stéfanos Tsitsipás y Sebastian Ofner.

Alcaraz empezó el partido con dos puntos consecutivos de saque directo, recordando a los primeros sets a los que ha acostumbrado a las gradas de París en esta edición del Grand Slam, donde afirmaba sentirse invencible por momentos. Pero fue un espejismo. Un excelente revés cruzado de Musetti puso en jaque al español, que desde ese momento tuvo demasiados errores no forzados que acabaron por suponer el break de cara al italiano, quien había arrancado más centrado: cerró la rotura con un paralelo a la línea que se ganó la ovación de la Philippe Chatrier. Poco tardaría en rehacerse Carlitos, quien fue encontrando su juego gracias a las derechas y con un "¡Vamos!" recuperó el servicio perdido con el 2-2 en el marcador. Nuevo comienzo de partido.

El italiano, de 21 años, había realizado dos dejadas tempranas, quizás demasiado agresivas para las piernas de Alcaraz, frescas a estas alturas de torneo. Devolvió la clase (magistral) el español con una dejada de las suyas justo a la línea del paralelo, apenas a un metro de la red. Casi con más confianza en su resto que en su derecha, el de El Palmar volvió a hacer romper el servicio de su rival. Del 0-2 al 4-2 y, por fin, las sensaciones de los anteriores encuentros. El siguiente juego fue un paseo para el español, arrollador en cuando la bola le empezó a correr como debía en la arcilla... y Musetti se dejó llevar. El buen rollo entre ambos tenistas se vio en un puntazo firmado por el italiano, que engañó a Carlitos en un duelo de dejadas. La primera manga se cerró con autoridad gracias a un 6-3 y a un último juego en blanco.

La segunda manga tuvo un comienzo brillante para el número uno del mundo, que rompió el servicio a su rival a las primeras de cambio. Había pisado el acelerador, pero la calidad de Musetti iba a pelear el encuentro. Por momentos, los jóvenes tenistas parecían estar jugando a ver quién hacía el golpe más bonito y espectacular, algo que agradecieron los aficionados parisinos. El italiano devolvió el break para poner el set 2-2 y servicio para él... Y nueva rotura a favor de Carlos. Algo descentrado, Musetti perdió el juego con una volea que se marchó larguísima, pese a que el español ya estaba vencido.

Dejó un mal gesto Musetti sirviendo en el 4-2, frustrado, el italiano voleó con rabia al aire una pelota sin punto en juego. No es la primera vez que este tipo de situaciones acaban con un bolazo (y posterior descalificación), pero por suerte para Musetti, la pelota no golpeó a nadie y solo se llevó un warning. Dos dobles faltas consecutivas permitieron a Alcaraz llevarse una nueva rotura y servir, muy cómodo, con un 5-2 en el marcador. Con su saque, el número uno dio una exhibición: golpes de derecha de lado a lado, intercambio de reveses, tres saques directos y, por supuesto, una clásica dejada desde cinco metros. C'est fini el set y sonrisas de Alcaraz.

Con dudas repentinas y una doble falta con 40/40, así se encontró Alcaraz en el inicio de la tercera manga. Con ventaja para Musetti, en un juego que duró más de seis minutos, el murciano se jugó un saque y volea con dejada que demostraba sus nervios de acero. Carlitos evitó la rotura y lo celebró como algo trascendental. Lo era. La pista, algo alterada y con muchísimo ruido durante todo el partido, quería ver más sets, pero Alcaraz estaba concentrado en cerrarlo cuánto antes.

Alcaraz desaprovechó dos bolas de break, pero a la tercera fue de vencida para colocar el 4-2 en el marcador y enfilar el final del partido. Con una confianza tremenda, el español barrió a Musetti en el servicio con un juego en blanco. El italiano, con cara de circunstancia, lo intentó hasta el final, pero la inercia de Alcaraz era demasiado. Juego larguísimo, de casi ocho minutos, que el español se lo llevó gracias a sus piernas y a la capacidad de llegar a todas las dejadas de su rival. Nuevo break y un Musetti que entregaba las armas. El último juego no fue un trámite, disputado hasta el final, pero solo le bastó una bola de partido para imponer su ley. Ya está el número uno en cuartos de Roland Garros.