La venganza de Djokovic: del veto absoluto a luchar por ser el número uno en el Open de Australia

Novak Djokovic vuelve a sonreír. Después de un 2022 complicado, en el que los diferentes vetos por el covid en distintos puntos del planeta le han impedido jugar, ahora empieza de nuevo a ver la luz. No solo porque este domingo volvió a ganar en el país oceánico, concretamente el torneo de Adelaida, sino sobre todo porque tiene marcado en rojo el Open de Australia: no solo porque puede volver a convertirse en número uno, sino porque quiere su particular 'venganza'.

El pasado año, el Open de Australia estaba señalado como uno de los grandes momentos de la historia del tenis moderno: Rafa Nadal, Roger Federer y el propio Djokovic estaban ante la ocasión de desempatar los 20 Grand Slam con los que contaba cada uno en sus vitrinas, siendo el torneo un momento histórico para sus carreras. Pero la falta de pauta completa de vacunación de covid-19 dejó al serbio sin poder participar -sainete de por medio- y al español con el título.

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J. de Paz Fernández

Recordemos que el serbio no contaba con las dos vacunas necesarias para, por aquel entonces, poder competir en el primer 'grande' de la temporada, por lo que obtuvo un permiso de la ATP y del médico del torneo para poder jugar. Sin embargo, tanto los trabajadores de aduanas como posteriormente la justicia encontraron una serie de inconsistencias en sus permisos que le impedían entrar al país. Tras una larga pelea burocrática, Nole se quedaba sin poder jugar.

Solo ha pasado un año, pero Australia ya ha anunciado que no existen las restricciones por el covid para entrar a su país, por lo que Djokovic es libre de jugar el torneo. Es más, en un comunicado, la propia organización ha asegurado que recomiendan "a cualquier persona que se encuentre mal y tenga síntomas de covid que se quede en casa, pero asumimos que puede haber tenistas que compitan teniendo covid porque no obligamos a nadie a que comunique los resultados de las PCR".

Este hecho permite a Djokovic competir en un torneo en el que no solo puede igualar a Nadal en sus 22 Grand Slam, sino que también puede recuperar el número uno del mundo. Es uno de los tres jugadores que pueden 'robarle' el sitio de honor a un Carlos Alcaraz que no podrá competir por lesión y que puede quedarse sin el trono de la ATP en el primer gran torneo del año. Casper Ruud, Stefanos Tsitsipas y el propio Djokovic pueden lograrlo... y el serbio está hambriento.

Después de un año de críticas, de ataques por su decisión sobre las vacunas y de no poder competir en numerosos torneos, está dispuesto a recuperar el tiempo perdido y, para ello, está dispuesto a vaciarse en el Open de Australia. Djokovic sabe que, ganando el título en la Rod Laver, volverá al número uno, empatará a Nadal como mejor tenista de todos los tiempos y, sobre todo, callará las bocas de aquellos que cargaron contra él. Por ello, el Open de Australia es una cuestión personal.

Para Djokovic, el torneo es mucho más que un simple campeonato: es una manera de demostrarle al mundo que nunca se fue. Australia 2022, por como sucedió, el lío que se montó y los problemas generados, se convirtió en uno de los peores momentos deportivos de la carrera de Nole. Ahora, un año después, tiene en sus manos la posibilidad de volver a lo más alto del tenis mundial. Y el serbio quiere soñar: está, sin duda, ante su gran oportunidad de los últimos meses.