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La lección de su abuelo, un cabreo y el calco con Nadal: Alcaraz, una 'superstar' de 18 años
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Un Conde de Godó para el recuerdo

La lección de su abuelo, un cabreo y el calco con Nadal: Alcaraz, una 'superstar' de 18 años

Carlos Alcaraz se consolida en la élite con el noveno puesto del 'ranking' ATP. Calca los primeros pasos de Rafa Nadal y contesta a los comentarios sobre su cansancio

Foto: Carlos Alcaraz celebra un punto durante la final. (EFE/Alejandro García)
Carlos Alcaraz celebra un punto durante la final. (EFE/Alejandro García)

Cuatro partidos en tres días. El calendario del trofeo Conde de Godó fue asfixiante para todos los participantes. Pero fue Carlos Alcaraz quien se impuso. La lluvia que cayó durante el fin de semana en la Ciudad Condal obligó a unificar en una jornada tanto los octavos y los cuartos como la semifinal y la final. Al español parece haberle dolido en el orgullo los comentarios sobre su supuesto cansancio, porque, tras imponerse a Pablo Carreño por la vía rápida (6-3 y 6-2 en apenas una hora de partido), dejó un recado: “He demostrado que no estaba tan cansado”.

Fue una leyenda del tenis como Boris Becker quien dio la voz de alarma, aconsejando a Alcaraz que dosificara sus esfuerzos —y su selección de torneos disputados— con el fin de sacar el máximo partido a una temporada en la que aspira a meterse en el bombo de la élite absoluta del tenis. Si bien es cierto que el español había dado síntomas de agotamiento después de cuatro meses de competición (su temprana eliminación en Montecarlo a manos de Sebastian Korda), el Open de Barcelona ha supuesto un golpe sobre la mesa de Alcaraz. "Tras una semifinal de casi cuatro horas he tenido menos tiempo de recuperación, pero me lo he tomado como una ventaja para salir con las cosas muy claras y yendo a por la final", aseguraba tras levantar el trofeo. Alex de Miñaur a punto estuvo de llevarse ese partido, llegando a tener dos bolas de partido que el pupilo de Juan Carlos Ferrero salvó para luego remontar.

El otro carácter de Alcaraz

Su tenis, su edad y su carácter afable han convertido a Alcaraz en uno de los grandes favoritos del aficionado al tenis. Allá donde va, el español cuenta con el respaldo de la grada, fruto de su buen hacer con el rival. En ese relato se siente cómodo, pero es un competidor y así lo demostró durante la semifinal frente a Miñaur, donde salió a relucir su temperamento. Así mantuvo una dura discusión con el juez de silla Carlos Bernardes, viejo conocido de Rafa Nadal, tras una revisión del ojo de halcón. Frustrado y enfadado, en un momento de sufrimiento del partido, Alcaraz llegó a asegurar que no iba a jugar más por la decisión del ‘umpire’.

placeholder Alcaraz y Ferrero celebran con el trofeo. (EFE/Alejandro García)
Alcaraz y Ferrero celebran con el trofeo. (EFE/Alejandro García)

El nacido en El Palmar supo bajar las pulsaciones, evitar el conflicto con el juez de silla y acabar por remontar el partido. Tras la disputa de la final, en la que fue superior ante Carreño, quien también completó un torneo de alto nivel, Alcaraz se mostró ambicioso: Los límites te los pones tú y no quiero ponerme ningún límite. Quiero seguir jugando al nivel al que estoy jugando, porque si despliego este nivel tengo muchas opciones de seguir ganando a los torneos y a los mejores tenistas. Quiero seguir disfrutando en pista, pero el techo aún no lo quiero tocar”.

La lección de su abuelo y el calco a Nadal

“Nadie se acuerda del segundo clasificado”. La frase la pronunció en el 2008 Luis Aragonés, en la charla previa a la gran final de la Eurocopa que enfrentó a España con Alemania. La histórica arenga de los vestuarios por parte del Sabio de Hortaleza tenía un mensaje claro: las finales no se juegan, las finales se ganan. Algo que cultivaron en el hogar de los Alcaraz.

Foto: Alcaraz, en una imagen del encuentro. (EFE/Alejandro García)

“Mi padre y mi abuelo, como todo mi equipo, siempre me han dicho: las finales no se juegan, se ganan. Es lo que he hecho hoy, pensar en todo momento que hay que ir a por ello y que íbamos a ganar la final”, afirmó tras el partido Carlos Alcaraz, con una victoria que le supone nuevo puesto en el 'ranking' ATP, siendo actualmente el noveno mejor tenista del planeta. Un 24 de abril de 2005, un joven Rafa Nadal con 18 años ganó el Conde de Godó para meterse dentro del top 10. 17 años después, Alcaraz calca la marca… 29 días más mayor. Por cierto, ese año Nadal ganaría su primer Roland Garros.

placeholder Nadal y Alcaraz, en una imagen reciente. (EFE/Jayne Kamin-Oncea)
Nadal y Alcaraz, en una imagen reciente. (EFE/Jayne Kamin-Oncea)

Los focos ya no le apuntan como promesa, sino como realidad del tenis. Como aspirante a Grand Slam, la presión es mayor. Y los peligros de la fama, también: "Siempre he sido chico normal de pueblo. No me asusta la fama. Voy a seguir siendo el mismo de siempre. No porque la gente me reconozca más voy a cambiar mi forma de ser ni la persona que soy. Cuando vuelvo a casa soy el chico de siempre". Quiera o no, Alcaraz es ya un ‘superstar’. Con todo lo que conlleva. El primer paso de su próxima ruta, con Roland Garros entre ceja y ceja, un partido de exhibición organizado por una potente multinacional frente al polaco Hubert Hurkacz en Atenas. En cuatro días, viaje a Madrid para el Mutua Open, al que acude como uno de los grandes reclamos para el público local. Entre tanto, digerir las victorias. No es tarea fácil.

Cuatro partidos en tres días. El calendario del trofeo Conde de Godó fue asfixiante para todos los participantes. Pero fue Carlos Alcaraz quien se impuso. La lluvia que cayó durante el fin de semana en la Ciudad Condal obligó a unificar en una jornada tanto los octavos y los cuartos como la semifinal y la final. Al español parece haberle dolido en el orgullo los comentarios sobre su supuesto cansancio, porque, tras imponerse a Pablo Carreño por la vía rápida (6-3 y 6-2 en apenas una hora de partido), dejó un recado: “He demostrado que no estaba tan cansado”.

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