Rafa Nadal agranda su leyenda en Acapulco: otro título para seguir siendo 'perfecto' en 2022

Rafa Nadal lo ha vuelto a hacer. El tenista español se ha convertido en campeón del Abierto de Acapulco, tras derrotar a Cameron Norrie en la gran final por 6-4 y 6-4 logrando, así, un pleno de victorias en lo que va de temporada. El tenista balear ha sumado su 15º triunfo consecutivo del curso, en el que aún no conoce la derrota y donde ya suma tres títulos (Melbourne, Australia y el logrado en México). ¿Dónde está el límite del balear? A sus 35 años, parece estar más en forma que nunca.

La victoria del español es, sin duda alguna, la demostración de la capacidad de superación que tiene Nadal. Se acaban los calificativos para definir todo lo que ha logrado en su casi dos décadas como profesional, pero lo cierto es que aún sigue siendo capaz de sorprender en pista. No solo acaba de firmar el mejor arranque de toda su historia como deportista, sino que ahora mismo tiene el que es, posiblemente, el nivel más elevado de su carrera: por físico, por golpes y por cabeza.

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Rubén Rodríguez

La gran final fue muy disputada, pero Nadal sacó lo mejor de sí mismo para conseguir el título. Durante la primera manga, el español destacó especialmente por su solidez en el servicio, con el que llegó a firmar un 86 por ciento de efectividad con el primer saque. Tan solo necesitó un 'break' en el quinto juego para ponerse por delante en el marcador y ya no soltar la ventaja, lo que le permitió llevarse el primer set por 6 a 4, jugando un gran tenis por momentos.

Pero el partido enloqueció en el segundo parcial. Aunque Nadal comenzó el set con un 'break', Norrie le respondió con otro a continuación. Eso provocó que el español volviera a sacar lo mejor de sí de su interior, logrando dos nuevas roturas para colocarse 5 a 2. El británico no se iba a rendir y, tras lograr otro 'break' y confirmar la rotura, se ponía 5-4. Pero, en el momento de la verdad, el balear no falló y sentenció el partido con su saque (6-4) y lograr el título en Acapulco.

Y es que, llegados a este punto, es más necesario que nunca poner en contexto lo que ha logrado Nadal. Si en Australia conseguía convertirse en el tenista más grande de la historia tras conseguir su 21ª Grand Slam -desempatando con Roger Federer y Novak Djokovic-, ahora ha logrado el mejor arranque de su historia e igualar a André Agassi en 'roscos' (sets ganados en blanco), con 113 en su haber. Y, todo ello, teniendo en cuenta que hace menos de medio año la retirada era plausible.

Nadal tuvo que pasar por el quirófano por culpa de sus dolencias en el escafoides del pie izquierdo, la conocida como lesión de Müller-Weiss que el español sufre desde los 19 años y que pudo acabar con su carrera. Tras ser intervenido, el español no solo no tenía garantías de volver a competir en condiciones, sino que no sabía ni tan siquiera si podría volver a jugar al tenis alguna vez más. Solo unos meses después, no solo ha regresado sino que lo ha hecho al nivel más alto de toda su carrera.

Eso sí, todo tiene un precio... y el de Nadal es el dolor. "Tengo días mejores, otros peores, es un problema que no tiene solución. Pero, al menos, el pie no ha sido un impedimento para competir y lo más importante, más allá del dolor, es que puedo jugar", explicaba el propio jugador. O, dicho de otra manera, las molestias en la zona son constantes y evidentes y, lo único que puede hacer, es sobrellevarlo de la mejor manera posible. Y, mientras tanto, continúa coleccionando títulos en sus vitrinas.

Con el triunfo en Acapulco, Nadal acaba de sumar su 91º título de la ATP y ha vuelto a demostrar por qué es una leyenda del tenis. Por su forma de jugar, por su capacidad para superar las adversidades y, sobre todo, por su espectacular manera de afrontar cada partido como si fuera el último. De momento, ha ganado todo lo que ha jugado y el comienzo de 2022 está siendo perfecto para el balear. Nadal tratará de alargar lo máximo posible su primera derrota y, mientras tanto, vuelve a sonreír.