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¿Hay igualdad en el tenis? "Se nos hacen preguntas que no le harían a un hombre"
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¿Hay igualdad en el tenis? "Se nos hacen preguntas que no le harían a un hombre"

Carla Suárez, Lara Arruabarrena, Silvia Soler y Beatriz García Vidagany reflexionan sobre la igualdad en el tenis femenino. ¿Es real más allá de la paridad de premios en los principales torneos?

Foto: Garbiñe Muguruza es la tenista española mejor pagada del momento. (EFE)
Garbiñe Muguruza es la tenista española mejor pagada del momento. (EFE)

El tenis pasa por ser una de las disciplinas con un mayor reconocimiento para la mujer. Su organismo rector, la Women’s Tennis Association (WTA), se creó hace más de 40 años con la voluntad de reivindicar una posición no siempre alcanzada en la sociedad. Sus máximas representantes, figuras conocidas por cualquier rincón del mundo, llegan a facturar ingresos superiores a sus homólogas en cualquier otra disciplina. Y tras grandes esfuerzos, todo un ejemplo de avance pionero, han logrado equiparar sus premios a masculinos en los repartidos en las ocho mayores competiciones del calendario.

Sin embargo, la sensación que se respira en el vestuario está lejos de representar una tarea acabada. En una exposición libre de vida para El Confidencial, sin mayores preguntas que el folio en blanco, algunas de las figuras más destacadas del tenis femenino español vierten sus opiniones y vivencias. La igualdad como destino. La reclamación como vía.

placeholder Carla Suárez. (EFE)
Carla Suárez. (EFE)

Carla Suárez (Las Palmas de GC, 1988)

En primer lugar tengo que decir que somos un deporte privilegiado. Tenemos prácticamente el mismo circuito que los hombres, en los ocho torneos más grandes del año cobramos lo mismo que ellos y, en estos eventos, gozamos de la misma cobertura televisiva, los mismos aficionados y patrocinadores.

Dicho esto, hay debates que molestan. Es cierto que en ocasiones empleamos menos tiempo en pista, pero nuestro esfuerzo no es menor en sacrificio. He llegado a escuchar que deberíamos cobrar menos en torneos donde ya hay paridad. Ese no es el debate. ¿Acaso no nos exigimos y trabajamos igual?

En mi opinión, la cuestión no es que cobremos menos, sino discutir que ellos jueguen a cinco sets. Me parece sobrehumano llegar a estar practicando tu deporte durante cinco horas si el partido se alarga. Es un debate que a nosotras nos hace daño porque nos quitan valor cuando nos esforzamos mucho. No debemos dejarlo pasar.

He llegado a escuchar que deberíamos cobrar menos en torneos donde ya hay paridad. Ese no es el debate. ¿Acaso no trabajamos igual?

De por sí este mundo es algo machista, el deporte es para hombres… Comentarios de este tipo sobran. Nosotras las mujeres tenemos que luchar unidas para que se nos escuche, para que se nos haga caso. Debemos concienciar a la sociedad de que todos somos iguales, no por ser mujeres tenemos que ser menos. No vamos a hacerlo peor, nuestro deporte es simplemente diferente.

En ocasiones te ves sometida a preguntas que no tienen sentido y que nunca se le harían a un hombre. Empezando por esos detalles hay mucho margen de mejora. Deberíamos recibir las mismas preguntas, y esto no siempre es así. No me quejo de machismo, me quejo porque quiero igualdad. Todo empezará el día que la prensa, que son quienes informan, lo hagan por igual con hombres y mujeres.

Otro tema que me llama la atención está en los vestuarios. Mi fisioterapeuta, siendo mujer, no puede entrar en mi vestuario. Si mi fisioterapeuta es hombre, evidentemente no puede entrar. Pero resulta que en el caso de los hombres sí está permitido que les acompañe su miembro del equipo. Desconozco quien tiene la decisión aquí, pero me gustaría ver esa igualdad.

placeholder Lara Arruabarrena. (EFE)
Lara Arruabarrena. (EFE)

Lara Arruabarrena (Tolosa, 1992)

El tenis es un deporte en el que la modalidad femenina está bastante bien pagada. Diría que muy bien pagada en comparación con el resto de deportes en general. En ese sentido, me siento afortunada de poder vivir del deporte que practico.

Aunque si lo comparas con el masculino, recuerdo una anécdota que tuve hace varios años. Estaba en el torneo de Acapulco (México), un torneo donde compiten al mismo tiempo chicos y chicas. Es verdad que este evento es de categoría superior para ellos (ATP 500 y WTA International para nosotras). Recuerdo que coincidí con un jugador a la hora de cobrar el 'prize money'. Entré antes a recoger el cheque. En ese torneo superé la fase previa, la primera ronda del cuadro principal y había hecho unos cuartos de final en dobles, o similar. Al final, me quedaban como 2.400 dólares aproximadamente. Él había perdido en primera ronda, no había jugado dobles ni nada, y cobraba 15.000 dólares. Él me dijo: ‘Joder, así no te sale a cuenta el viaje’. Me acuerdo que le pregunté: ‘¿Y cuánto has cobrado tú?’. La diferencia me pareció muy grande.

En Grand Slam cobramos lo mismo, pero en el resto de torneos, que son la mayoría de las semanas, ellos cobran mucho más

Es cierto que su torneo, como he dicho, era de categoría superior. Como curiosidad, miré los premios en los torneos que son de la misma categoría para chicos y chicas, los que están dotados con 250.000 dólares en premios, y ellos por perder en primera cobran entre 4.000 y 5.000, mientras que nosotras cobramos alrededor de 1.900.

La diferencia es notable. Sí es cierto que en Grand Slam el premio en metálico es idéntico, cuando ellos juegan más sets que nosotras. Pero después, en general, en el resto de torneos de la temporada, que son la mayoría de las semanas, ellos cobran mucho más.

Esta situación me chocó simplemente, pero es cierto que pertenecemos a organizaciones diferentes. Ellos son ATP y nosotras somos WTA. No era consciente de la diferencia al no haberme fijado antes. A partir de ahí me impresionó.

¿Se podría igualar más? A mí me gustaría que se subiera más. Y supongo que a todas las chicas. Igualmente los chicos querrán premios más altos en sus torneos.

Pese a todo, me siento afortunada de poder practicar un deporte con el que poder ganarme la vida. Luego miras otras disciplinas, con chicos y chicas que hacen el mismo esfuerzo que nosotros, con entrenamientos y sacrificios, y no tienen la misma recompensa que nosotros.

placeholder Silvia Soler-Espinosa. (EFE)
Silvia Soler-Espinosa. (EFE)

Silvia Soler (Elche, 1987)

Es posible que la situación del tenis femenino pueda mejorarse en muchos aspectos. En base a mi experiencia, nuestro colectivo va evolucionando positivamente con el paso de los años.

Es cierto que nuestro 'prize money' no es equivalente al de los hombres, pero los premios han ido aumentando temporada a temporada. Estas constantes mejoras, sin embargo, no nos eximen de desear que nuestro trabajo se vea económicamente mejor recompensado.

El premio mínimo por entrar a un WTA 225K apenas roza los 2000 dólares —algo que en ocasiones no cubre los gastos que nos supone el ir al torneo—. En un torneo ATP250, el mínimo por acceder asciende a 5000. ¿A qué se debe tanta diferencia? Al fin y al cabo, nuestros gastos en entrenadores, viajes y dietas son idénticos a los de los hombres. Las horas invertidas en entrenar, los esfuerzos que tenemos que realizar para estar en la élite de nuestro deporte, son equivalentes en hombres y mujeres.

El hecho de que los chicos cobren más por torneo creo que en parte se debe a que ellos como colectivo son mucho más sólidos

Por una parte, está claro que depende del dinero que los organizadores quieran invertir en torneos femeninos, pero creo que otra parte depende de cuánto nos hacemos valer como colectivo. Si priorizamos o no al grupo por encima de los intereses individuales. El hecho de que los chicos cobren más por torneo (de media) creo que en parte se debe a que ellos como colectivo son mucho más sólidos; supieron negociar bien los mínimos bajo los cuales querían participar en los torneos, y la ATP lo acabó aceptando.

Esto va más allá del dinero; incluye cuántas noches de hotel debe pagarte el torneo (incluyendo previa y torneos ITF), qué servicios debe ofrecer a jugador… en ese sentido, las mujeres no hemos sabido unirnos para mejorar nuestras condiciones. Creo que es un tema en el que deberíamos mejorar, por el bien del futuro de nuestro deporte.

placeholder Beatriz García Vidagany. (EFE)
Beatriz García Vidagany. (EFE)

Beatriz García Vidagany (Valencia, 1988)

En general el trato siempre ha sido muy bueno. Es cierto que hay poquitas entrenadoras y que siempre ha sido un mundo de hombres, pero no me he sentido desplazada ni apartada por nadie.

Por parte de la prensa sí que veo mucha diferencia en el trato hacia las chicas. Pocas veces las nombran y cuando lo hacen suele tener una connotación fuera de lugar, extradeportiva. Eso es algo que nunca entenderé.

En el tenis, en concreto, se te valora por jugar y competir, y no por tener un 'cuerpazo' o ser guapa.

La prensa nombra pocas veces a las chicas. Y cuando lo hace suele tener una connotación fuera de lugar, extradeportiva

En cuanto a los torneos, hay muchísima diferencia en el número de campeonatos por semana, lo que hace que sean más duros y difíciles. Y también se cobra menos cuando se hace el mismo esfuerzo por jugar. Solamente cambia en los Grand Slam. En resumen, se cobra menos y se gasta lo mismo, con lo cual para ganarte la vida en el mundo del tenis siendo mujer tienes que estar entre las 100 mejores del mundo.

Creo que todo el mundo puede poner su granito de arena para cambiar esto. Desde las organizaciones, federaciones, prensa, clubes y hasta nosotras mismas. Que nos apoyemos todos para mejorar muchas cosas que hay por hacer. Ojalá que hablar de sexismo o machismo no sea un tema a tratar porque ya no exista.

El tenis pasa por ser una de las disciplinas con un mayor reconocimiento para la mujer. Su organismo rector, la Women’s Tennis Association (WTA), se creó hace más de 40 años con la voluntad de reivindicar una posición no siempre alcanzada en la sociedad. Sus máximas representantes, figuras conocidas por cualquier rincón del mundo, llegan a facturar ingresos superiores a sus homólogas en cualquier otra disciplina. Y tras grandes esfuerzos, todo un ejemplo de avance pionero, han logrado equiparar sus premios a masculinos en los repartidos en las ocho mayores competiciones del calendario.

Igualdad de género
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