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Los problemas de espalda, el saque débil y las siete vidas de Rafa Nadal
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NUEVA ADAPTACIÓN OBLIGADA DE SU JUEGO

Los problemas de espalda, el saque débil y las siete vidas de Rafa Nadal

El balear busca un nuevo Roland Garros condicionado por molestias que le obligan a tener que reinventar su tenis una vez más. Hoy juega los octavos de final

Foto: Rafa Nadal disputará este lunes los octavos de Roland Garros ante el serbio Lajovic intentando proteger su espalda.
Rafa Nadal disputará este lunes los octavos de Roland Garros ante el serbio Lajovic intentando proteger su espalda.

El actual número uno del tenis mundial avanza en su biografía deportiva superando escollos sin cesar. La capacidad de adaptación y sacrificio de Rafa Nadal es la mejor respuesta a la sencilla pregunta de cuál es su estilo. El balear, guiado por el siempre inspirado, exigente y metódico Toni Nadal, ha abordado varios cambios relevantes en su juego a lo largo de los últimos años. Ni siquiera las señales de alarma que ha dado su poderoso cuerpo han conseguido bajarle de la estela ganadora en la que vive desde que alcanzó el profesionalismo hace un decenio.

La espalda es su coyuntural talón de Aquiles. En Roland Garros, el territorio que gobierna con tiranía, persisten los problemas en la parte trasera del musculoso torso de Nadal que le impidieron pelear en buenas condiciones durante la final del primer grande del año, el Abierto de Australia. Se vio obligado a reconocerlo públicamente tras echar al argentino Mayer en tercera ronda el sábado. Los dolores han puesto en alerta al español, y la pérdida de fuerza en el saque es evidencia palpable de que Rafa está teniéndose que dosificar.

Su tío y entrenador lo explicaba en declaraciones recogidas por El País: “Sacamos sin forzar demasiado, no va muy fuerte, y así es más fácil que te ataquen”. Pero todo está dentro del plan trazado con los médicos, que desde la final de Melbourne le han venido controlando el complicado regreso al pleno rendimiento de una zona crucial de su cuerpo, aquella que sufre en las torsiones más exigentes a las que obliga el tenis. Lleva un vendaje desde entonces, y en los entrenamientos tampoco está forzando, aunque la idea es que, a partir de cuartos, donde además asoma el cruce con el rocoso David Ferrer, ya no haya más remedio que probarse al máximo.

Lo primero fue acortar los puntos

La estrategia de readaptación de su juego vuelve a correr a cargo de Toni, pero Rafa vuelve a sorprender a todo el mundo siendo capaz de darle una vuelta de tuerca más a la manera de desarrollar su tenis. Poco después de alcanzar el número uno por primera vez, en 2008, las rodillas fueron las primeras en recordarle a Nadal que por ahí no podía seguir, que su juego debía de dejar de apoyarse tanto en el físico y empezar a ampliar recursos técnicos. Consiguió volear mejor y ajustar la puntería de sus golpeos más efectivos, para así conectar más golpes ganadores que acortaran los puntos. Se dice fácil pero no lo es. El de Manacor salvó ese primer ‘match-ball’ de su carrera haciéndose un tenista mucho más completo, capaz no sólo de adaptarse a los necesarios cambios, sino también de encontrar nuevas formas de desconcertar a las mejores raquetas del mundo.

La mejora del saque fue otra de sus preocupaciones en los últimos años, hasta el punto de empezar a hacer ‘aces’ con asiduidad. Fue la guinda que le permitió dejar atrás lo de ‘Rey de la tierra batida’ para ampliar su mandato a todo el calendario sin excepción. En las idas y venidas que ha tenido, todas marcadas por el físico, Nadal ha demostrado que su juego sabe resucitar ante cualquier adversidad. Ese es el verdadero marchamo de su juego, de su forma de vivir el tenis.

En la carrera por su noveno Roland Garros, la espalda siembra de dudas cada minuto que pasa en París. El miedo a una recaída que le pueda hacer perder o, directamente, abandona acecha al primer cabeza de serie del torneo. Este lunes juega los octavos de final ante una revelación, el serbio Dusan Lajovic, número 83 del ranking ATP. Ante él, Nadal tiene previsto seguir sacando a una velocidad baja, a la que son capaces de hacerlo las mejores del circuito femenino (unos 160 km/h).

No va a forzar de momento, por lo que deberá contrarrestar los mejores restos que pone en bandeja a sus rivales. Todo esto supone una nueva readaptación en su ‘catadióptrico’ estilo. Y además, es el ‘plan b’ si, llegada la exigencia total de las últimas tres rondas, la espalda le vuelve a recordar que no puede jugar al 100%. Todo antes que rendirse.

El actual número uno del tenis mundial avanza en su biografía deportiva superando escollos sin cesar. La capacidad de adaptación y sacrificio de Rafa Nadal es la mejor respuesta a la sencilla pregunta de cuál es su estilo. El balear, guiado por el siempre inspirado, exigente y metódico Toni Nadal, ha abordado varios cambios relevantes en su juego a lo largo de los últimos años. Ni siquiera las señales de alarma que ha dado su poderoso cuerpo han conseguido bajarle de la estela ganadora en la que vive desde que alcanzó el profesionalismo hace un decenio.

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