Rafa Nadal, un 'viejo' de 27 años que amenaza el olimpo de los treintañeros

Después de recomendar Río de Janeiro como destino turístico y hacer el saque de honor en Maracaná, Rafa Nadal volvió a las pistas tras la lesión que sufrió en la final del Abierto de Australia. Su espalda y un cólico le impidieron estar en Buenos Aires, pero no regresar a un país que se la da especialmente bien. El número uno del mundo continuó esta tendencia debutando con un triunfo ante su compatriota Daniel Gimeno-Traver en un choque que dibujó el número 800 en su casillero de partidos como profesional. Una cifra redonda que llegó el mismo día en el que se supo que está nominado a la mejor reaparición en los Premios Laureus. Un par de argumentos que desmontan las predicciones de aquellos que pronosticaron una carrera corta para el de Manacor.

Aunque sufrió más de lo esperado, Rafa Nadal dio el pistoletazo de salida a su temporada sobre tierra batida ganando en Río de Janeiro. La victoria fue importante, pero los focos se centraron en el encuentro que supuso el número 800 (670 victorias y 130 derrotas) en la carrera de un jugador que ya puede presumir de haber firmado varios hitos en las páginas de la historia del tenis. El de Manacor comentaba en su perfil de Facebook que el torneo le había regalado una camiseta con el 800 al mismo tiempo que se preguntaba: “¿Me voy haciendo viejo? ¡Pero si tengo 27 años!”.

Efectivamente, un Nadal en plena juventud amenaza el olimpo de los jugadores con más de 800 partidos en su raqueta teniendo en cuenta que los cuatro que tiene por delante tienen más de treinta: por encima del mallorquín aparece David Ferrer (31) con 831 encuentros, Hewitt (32) con 836, Tommy Haas (849) y Federer (32) con 1159. Los 800 partidos y sus 27 años son razones más que suficientes para cerrar aquellas agoreras opiniones que vislumbraron el final de su carrera tras la última lesión en sus rodillas. Siete meses alejado de las pistas invitaron a pensar que Rafa no volvería a empuñar su raqueta tal y como recordó antes de debutar en Río: “He oído varias veces que será corta por mi estilo. Si paro ahora, tendré once años, lo que es una carrera larga. No sé ni puedo decir cuánto tiempo seguiré”. De momento, el suficiente para mandar un aviso a esta terna de treintañeros.

Sin embargo, Nadal se levantó. Una vez se convirtió en un ave fénix y volvió para firmar uno de los años más exitosos de su carrera: ganó Roland Garros por octava vez, una cifra récord que le consagró como, probablemente, el mejor jugador sobre tierra batida de la historia. También ganó el US Open elevando los triunfos de su carrera a trece títulos del Grand Slam, a cuatro de Federer. Y, además, ganó cinco Masters 1000 poniendo el broche de oro al revalidar su posición como número uno del mundo. La suma de estos factores le ha valido para estar nominado al Laureus a la mejor reaparición junto a Ronaldinho, Tiger Woods y el yate Oracle de la Copa América.