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Bartoli, la superdotada que tocó el cielo en Wimbledon, dice adiós
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EL CUERPO DE LA TENISTA FRANCESA HA DICHO BASTA A SUS 28 AÑOS

Bartoli, la superdotada que tocó el cielo en Wimbledon, dice adiós

Marion Bartoli, última ganadora en Wimbledon, ha decidido poner punto y final a su carrera deportiva por culpa de las numerosas lesiones

Foto: Marion Bartoli posa con el título de Wimbledon
Marion Bartoli posa con el título de Wimbledon

Que el deporte profesional es poco o nada compatible con la salud es una expresión muy recurrente y que utilizamos a menudo con conocimiento de causa. El esfuerzo y los límites a los que se somete al cuerpo humano en el deporte de alta competición son cada vez más evidentes. La tenista francesa Marion Bartoli es el último gran ejemplo de todo esto. La última ganadora de Wimbledon (el pasado 6 de julio) ha tenido que echar pie a tierra y colgar la raqueta de una forma prematura y recién alcanzado el culmen de su carrera profesional. A sus 28 años, Bartoli ya no aguanta los dolores en todo su cuerpo. En la rueda de prensa en la que anunciaba su adiós al circuito entre lágrimas, la tenista gala hacía referencia al tendón de Aquiles, la espalda, la cadera o el hombro como algunas de las molestias que le han hecho arrojar la toalla.

“Lo di todo para ganar Wimbledon, donde me dejé la energía que aún tenía, pero mi cuerpo ya no puede más”, expresaba en su comparecencia de este jueves. Consciente de la exigencia del circuito WTA (al igual que en el de la ATP, las tenistas se han quejado en multitud de ocasiones de su dureza), Bartoli se marcha con un Gran Slam bajo el brazo, magnífico premio a la constancia y a las horas de trabajo junto a su padre, quien pronto dejó su carrera como médico para dedicarse a la de su hija tras ganar el Abierto de Estados Unidos júnior allá por 2001. La derrota ante la rumana Halep en el torneo de Cincinnati ha supuesto el detonante definitivo para adoptar una decisión de este calibre, un punto y final que ha dejado perplejos a todos.

Y es que, a pesar del título conquistado en el All England Club londinense, Bartoli ha sufrido un auténtico calvario de lesiones a lo largo de esta temporada. Con la conquista de Wimbledon, parecía que todo había quedado en el olvido, pero apenas un mes después todo se ha reproducido. La ya exjugadora, con un coeficiente intelectual por encima de la media (175), tenía pensado acudir y luchar por el título en Nueva York, ese lugar que le empujó hacia la fama cuando prácticamente era una adolescente. Sin embargo, el destino ha querido que Bartoli y la ciudad que nunca duerme no vuelvan a reencontrarse con un éxito de por medio.

Su extraño juego a dos manos, tanto de derecha como de revés, y sus ágiles movimientos a pesar de su sobrepeso (quizá uno de los motivos de esas numerosas lesiones) quedarán en el recuerdo, fundamentalmente por ese título en Londres sin ceder ni un solo set durante todo el torneo. La retirada de la sucesora de Mary Pierce y Amelie Mauresmo provoca que Francia tenga que buscar de nuevo otro referente para uno de sus deportes favoritos. Si los galos pensaban en Bartoli como potencial ganadora de su querido Roland Garros, ése es un sueño que se acaba de marchar al limbo.

Que el deporte profesional es poco o nada compatible con la salud es una expresión muy recurrente y que utilizamos a menudo con conocimiento de causa. El esfuerzo y los límites a los que se somete al cuerpo humano en el deporte de alta competición son cada vez más evidentes. La tenista francesa Marion Bartoli es el último gran ejemplo de todo esto. La última ganadora de Wimbledon (el pasado 6 de julio) ha tenido que echar pie a tierra y colgar la raqueta de una forma prematura y recién alcanzado el culmen de su carrera profesional. A sus 28 años, Bartoli ya no aguanta los dolores en todo su cuerpo. En la rueda de prensa en la que anunciaba su adiós al circuito entre lágrimas, la tenista gala hacía referencia al tendón de Aquiles, la espalda, la cadera o el hombro como algunas de las molestias que le han hecho arrojar la toalla.

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