Carolina Marín, la andaluza que acabó con la dictadura asiática del bádminton, gana el Princesa de Asturias

Carolina Marín es historia viva del deporte española. La jugadora de bádminton no solo ha marcado una época en su especialidad, sino que logró poner a España en el mapa en un deporte minoritario dentro del nuestro país. A base de tesón, trabajo y mucho sacrificio, la deportista onubense acabó con la superioridad asiática en el bádminton para marcar una época gloriosa de éxitos y títulos. Y, este miércoles, ha sido galardonada con el Premio Princesa de Asturias de los Deportes 2024.

Marín ha sido campeona olímpica en Río de Janeiro en 2016, tres veces campeona mundial, en los años 2014, 2015 y 2018, campeona en los Juegos Europeos de Cracovia 2023, y siete veces campeona de Europa, en 2014, 2016, 2017, 2018, 2021, 2002 y 2024. Y, a pesar de haber sufrido varias lesiones graves de rodilla, la andaluza siempre se ha repuesto para demostrar que es una de las mejores deportistas españolas de todos los tiempos.

TE PUEDE INTERESAR

Carolina Marín se lleva el All England por segunda vez tras la retirada de Akane Yamaguchi

EFE

Marín ha demostrado ser una de esas deportistas capaces de superar todo tipo de adversidades. No solo el hecho de tener que pelear en un deporte donde el producto español nunca destacó sino, especialmente, por recuperarse después de varias graves lesiones de rodilla y seguir demostrando que su nivel no ha bajado ni un ápice. De hecho, el gran éxito de la onubense es haber sido capaz de reinar entre las asiáticas e, incluso, llegar a ser número uno del mundo.

"Lo que ha conseguido Carolina es un hito para el bádminton español y mundial. En la historia de este deporte, hay siete bicampeones del mundo y, entre ellos, solo un deportista que no es chino: esa es ella", afirmaba Fernando Rivas, uno de sus entrenadores, a El Confidencial hace algunos años. ¿El secreto de la jugadora? Trabajo, esfuerzo, sacrificio y, sobre todo, buscar oportunidades donde otras ven dificultades para triunfar sobre la pista.

"Es una deportista muy competitiva y con mucha profesionalidad, que tiene mucha implicación en los entrenamientos tanto técnicos como tácticos. Nunca antes en mi vida había visto a alguien entrenarse así de duro para conseguir los objetivos que nos marcamos en los entrenamientos", confirmaba Rivas. Casi nada. El mejor ejemplo queda demostrado en cómo decidió entrenar tras sufrir una lesión en su pie derecho antes de afrontar su segundo oro en un Mundial.

En vista de que no podía pulir su cuerpo, había llegado el momento de trabajar su mente. "Se decidió incluir un entrenamiento de práctica imaginada para visualizar los ejercicios e, incluso, simular partidos mentalmente con todo el equipo. Análisis de posibles jugadas, movimientos de las rivales y todo tipo de datos estadísticos completaban los entrenamientos, gracias al trabajo de un equipo que "ha dado mucho por muy poco".

Todo el trabajo ha tenido su recompensa y, además de su amplio palmarés en la pista, puede presumir de haber sido galardonada con el Premio Nacional del Deporte Reina Sofía a la mejor deportista española del año 2014​ y distinguida con la Medalla de Bronce de la Real Orden del Mérito Deportivo (2014) y la Medalla de Oro de la Real Orden del Mérito Deportivo (2016). Ahora, puede presumir de tener también el Princesa de Asturias de los Deportes. Una deportista de leyenda.