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Garazi Sánchez se quita la vergüenza desde el mar: "No podemos ser perfectos, pero sí mejores"
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UNA DE LAS MEJORES SURFISTAS

Garazi Sánchez se quita la vergüenza desde el mar: "No podemos ser perfectos, pero sí mejores"

La surfista vasca, dos veces campeona de España, se lanza por segunda vez a la aventura de crear un documental para concienciar de la necesidad de cuidar el medio ambiente. Pasa de la reflexión a la acción en 8 capítulos

Foto: Garazi Sánchez, sobre la tabla de surf. (Cedida)
Garazi Sánchez, sobre la tabla de surf. (Cedida)

Muchas veces, la vida nos lleva por caminos inesperados que terminan por cambiar la manera en la que vemos el mundo. Una conversación, un encuentro casual o un libro nos pueden modificar nuestra perspectiva de manera radical y, lo más curioso, es que muchas veces lo hemos tenido delante de nuestros ojos, pero ni tan siquiera habíamos reparado en ello. En el caso de los deportistas, suele ocurrir de manera similar, aunque suele haber un patrón común: una lesión de larga duración hace que algo haga 'clic' en la cabeza y se vea la vida de otra manera. Es el caso de la surfista Garazi Sánchez.

Dos veces campeona de España y subcampeona de Europa, Garazi siempre ha sido una apasionada de la naturaleza. A sus 30 años, es consciente de que la manera en la que creció le sirvió para sentir una conexión única con el medio ambiente, pero no es menos cierto que un 'break' forzoso en su carrera deportiva es el que le puso el foco en lo realmente importante: una grave lesión de espalda en 2018, que pudo dejarla sin volver a caminar, la hizo pensar en lo poco que conocía el mar en realidad, a pesar de ser el medio de vida en el que se desenvolvía. Se prometió a sí misma que tenía que cambiarlo.

Foto: Audrey Pascual, una campeona de 17 años. (CPE)

Aquel día de julio de 2018, Garazi iba a entrenar en Hossegor. Parecía una jornada más, pero una mala caída le hizo temer lo peor: llegó a la orilla tumbada, como pudo, sin sentir nada de cintura para abajo. Ya en la ambulancia, de camino al hospital, seguía sin poder mover las piernas y pensando que no podría hacerlo más. Tras las primeras pruebas, vieron que la lesión era grave, pero no irreversible, por lo que la recuperación sería larga y trabajosa, pero no imposible. Desde ese entonces, se dio cuenta de que había llegado el momento de devolverle al mar todo lo que le había dado. Y en esas está ahora mismo.

En junio de 2020, la surfista española estrenó un documental llamado 'Vergüenza', en el que ponía de relieve el desconocimiento que había sobre los océanos y el enorme impacto negativo que tenía nuestro estilo de vida sobre ellos. Ahora, dos años más tarde, ha llevado a cabo la segunda parte de este proyecto, titulado 'Quitando la vergüenza', donde a través de ocho capítulos busca pasar de la reflexión a la acción y poner sobre la mesa opciones que nos permitan vivir una vida más respetuosa con el medio ambiente. Está en nuestras manos cuidar nuestro planeta y, por ende, ser más felices con nosotros mismos.

placeholder Garazi, buceando en el mar. (Cedida)
Garazi, buceando en el mar. (Cedida)

PREGUNTA: ¿Siempre has estado muy vinculada a la naturaleza?

RESPUESTA: Sí, he tenido la suerte de contar con mis padres, porque gracias a ellos he aprendido a vivir la naturaleza de manera muy cómoda. He dormido más en la calle que en un hotel y estoy muy familiarizada con el mar y montaña. Soy lo que soy gracias a la libertad que me han dado de descubrir el mundo, eso sí, siempre con respeto.

P: ¿Cómo se despertó tu pasión por el surf?

R: A mi padre le gustaba más la montaña que el mar y yo, como buena hija, decidí llevarle la contraria (risas). Era una niña bastante inquieta, pero el mar me calmaba, tenía la paz y tranquilidad necesarias. Nunca pensé en ser profesional del surf, pero descubrí que salía más contenta del agua que cuando entraba. Aunque nunca creí que pudiera llegar a conocer casi todo el mundo con una tabla bajo el brazo.

P: Hasta que llegó el accidente en Hossegor en julio de 2018...

R: Sí. Para ser deportista de elite, hay un alto grado de obsesión. Cuando llegas a la madurez deportiva, como creo que me encuentro ahora, lo vives de una manera más serena, pero la lesión llegó justo entre los dos primeros años en los que se podría decir que ya vivía solo del surf. He estado en miles de lugares como Florida, Barbados, Australia, Indonesia... Llevaba mucho tiempo con molestias, pero fue el accidente lo que me hizo parar. Fue tan duro que no sabía si podría volver a competir y ahí me dije: 'Volver a competir, ya veremos, ¿pero cómo no voy a seguir disfrutando del mar?

placeholder Garazi, surfeando la ola. (Cedida)
Garazi, surfeando la ola. (Cedida)

P: ¿Cómo te cambió la vida?

R: Precisamente ahí, tras la lesión, fue donde tuve una conversación con Pelayo Salinas, un científico que trabaja para Nationhal Geographic, en la que me di cuenta de lo poco que sabía del mar. Descubrí que no lo miraba de frente y ni tan siquiera me interesaba. Era el momento de hacer algo, porque si yo que vivo de esto sabía tan poco, entendía que había mucha más gente a la que le pasaba algo parecido.

P: Y ahí llegó tu primer documental, 'Vergüenza'

R: Sí, fue una experiencia en la que logré despertar mi propia conciencia. Ver qué bonitos son los océanos y qué poco cuidados están. Aquello fue tan increíble que quería llegar a un proceso de cambio; hacerlo a través de una bonita creación audiovisual, me hizo sentir que iba en la dirección adecuada.

P: Ahora, dos años después, llega 'Quitando la vergüenza, la segunda parte. ¿En qué se diferencia?

R: Este nuevo documental tiene más contenido práctico, y no es tan espectacular. Intentamos resolver dudas o abrir los ojos sobre el cambio climático. No voy a decir a nadie lo que tiene que hacer, pero los expertos nos pueden inspirar y dar esperanzas para ayudarnos a cuidar mejor el medio ambiente, a lograr un cambio. El objetivo es que podamos aplicarlo a nuestras circunstancias.

P: Por tanto, ¿es el paso de reflexión a la acción?

R: Sí, es el momento de plantearnos: ¿ahora, qué hacemos? Es posible que queramos cambiar ciertos hábitos para mejorar el planeta, pero debemos de partir de la base de que no lo vamos a hacer perfecto. Es posible que no podamos hacerlo al cien por cien, pero tenemos que saber que todo lo que hagamos, siempre va a ser bueno y nos va a hacer sentir más útiles. Es importante que el debate no culpabilice. No podemos ser perfectos, pero sí mejores. Por ejemplo, por mi profesión tengo que coger aviones, pero tengo que decidir entre cuidar el planeta y seguir mi carrera. Sé que volar tiene un impacto medioambiental, pero puedo hacer otras cosas para ayudar. Ser consciente de lo que haces mal genera incomodidad, pero te hace más fácil estar en paz.

placeholder Garazi, en una de las entrevistas. (Cedida)
Garazi, en una de las entrevistas. (Cedida)

P: ¿Cómo se acepta ese proceso de cambio de hábitos para ser más respetuoso con el medio ambiente?

R: Al ser humano, le cuesta gestionar el corto y el largo plazo, por lo que hay que lidiar con eso. Cuando empiezas a cambiar, estás más cómodo que cuando no haces nada. Por ejemplo, yo ahora soy más consciente de lo que hago mal, pero también sé que lo que hago tiene un efecto positivo. Me hace sentir parte de algo. Creer que hay una opción de mejorar nuestro planeta nos ayuda a hacer sacrificios y esfuerzos. Los gobiernos tienen que ponerlo más fácil, pero nosotros también tenemos cierta responsabilidad que solo está en nuestras manos.

P: ¿Qué te ha enseñado este nuevo documental?

R: Que se genere un debate sobre la sostenibilidad es bueno, porque te hace ver que hay un cambio, es una señal de que todo va mejor. Hay una frase que me marcó: 'El mundo no nos necesita a nosotros, pero nosotros no podemos vivir sin el mundo'. Quería sacar un decálogo de conclusiones y me he dado cuenta de que, como casi todo en la vida, lo importante está en los grises. Es importante convivir con esos grises y que no nos lleve a la inacción, que las ganas de perfeccionarlo nos lleve a ver cómo mejorar cada día, algo que tiene un paralelismo muy grande con el deporte. Hay que ser tolerante, pero a la vez crítico, que es lo complicado. Ser honestos y siempre escuchar.

Muchas veces, la vida nos lleva por caminos inesperados que terminan por cambiar la manera en la que vemos el mundo. Una conversación, un encuentro casual o un libro nos pueden modificar nuestra perspectiva de manera radical y, lo más curioso, es que muchas veces lo hemos tenido delante de nuestros ojos, pero ni tan siquiera habíamos reparado en ello. En el caso de los deportistas, suele ocurrir de manera similar, aunque suele haber un patrón común: una lesión de larga duración hace que algo haga 'clic' en la cabeza y se vea la vida de otra manera. Es el caso de la surfista Garazi Sánchez.

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