Es noticia
"Igual lo dejo por mi madre". Cuando Natxo González vivió la otra cara del surf
  1. Deportes
CHARLA CON EL ÚNICO 10 EN LA HISTORIA DE NAZARÉ

"Igual lo dejo por mi madre". Cuando Natxo González vivió la otra cara del surf

Natxo González es uno de los mejores surfistas de olas gigantes del mundo. Hace un mes realizó el único 10 en la historia de Nazaré, un hito que pudo no haber sucedido tras lo que le ocurrió en 2017

Foto: Natxo González en acción. (Foto: Jon Aspuru)
Natxo González en acción. (Foto: Jon Aspuru)

¿Y si Natxo hubiera dicho hasta aquí? ¿Y si Natxo se hubiera bajado de este carro? Natxo González (Plencia, Vizcaya, 1995) vivió un dramático episodio a mediados de 2017 en la playa de Nazaré, la que tiene la ola gigante más famosa del mundo. Natxo se quedó medio inconsciente tras una sacudida que le hizo replantearse si merecía la pena seguir surfeando y poniendo en riesgo su vida. Tardó dos meses desde dicho percance hasta volver a enfrentarse a una ola gigante y un año y medio después, en ese mismo escenario, cogió la mejor ola del mundo e hizo el único 10 en la historia de Nazaré. Fue un antes y un después para Natxo y el surf.

Las emociones, lágrimas, risas, brindis, sonrisas, gritos y suspiros de hace un mes en el Nazaré Challenge -era la antepenúltima parada del Circuito Mundial de Olas Grandes- dibujan la cara amable del surf. La imagen bonita de la pose, el éxito, el cabello dorado y el cuerpo esculpido que se asocia a este deporte desde fuera, pero existen “situaciones críticas… Muchas veces nos jugamos la vida. La gente dice que vivimos muy bien, pero es un trabajo y hay partes que no te gustan y nos metemos en 'fregaos' bastante heavies. Estamos continuamente empujando los límites”, señala Natxo a El Confidencial.

placeholder Natxo González en Nazaré. (Jon Aspuru)
Natxo González en Nazaré. (Jon Aspuru)

"Natx, se te ha ido de las manos..."

Para muestra de esta 'cara B' del surf, su narración de lo que recuerda de su mala experiencia en Nazaré en 2017: “Los surfistas de olas gigantes llevamos chalecos hinchables que se activan cuando te tira una ola. A mí me tiró una ola grande y vi que no se me hinchaba el chaleco... y me cayeron cinco olas (de colosales dimensiones) seguidas. A la tercera no sabía ya ni quién era. Estas situaciones las entrenamos y lo recomendable es estar lo más tranquilo posible (para no perder energías ni oxígeno). El chaleco definitivamente no se inflaba y me dije: “Natx, se te ha ido de las manos la historia. Tienes que salir por tus propios medios”. Sentí cómo el cerebro me mandó una orden de desconexión… Había un punto en el que me estaba quedando dormido. De repente, un amigo me rescató cogiéndome del gorro y me montaron en la moto de agua estando yo casi sin conciencia”.

El tono pausado de Natxo reflejaba la dureza de ese momento. ¿Molesta contar esta historia? “No te quieres acordar, pero es algo que está ahí... Después de esto me planteé un poco la vida, de si merece la pena estar ahí… Desde entonces igual ya no vas atan a saco. Me costó un poco -dos meses- volver a coger olas grandes. Pero al final tus sensaciones… No sé. No vas a dejar de hacer lo que te gusta”, reflexiona el vizcaíno.

placeholder Issey Miyake Parfums 'inspiró' a Natxo González y al fotógrafo Coke Bartrina en Nazaré.
Issey Miyake Parfums 'inspiró' a Natxo González y al fotógrafo Coke Bartrina en Nazaré.

De aquel capítulo donde le vio las orejas al lobo recogió que “la experiencia te enseña. Por ejemplo, había dos motos de agua y éramos tres surfistas. Ahora siempre ponemos una moto de agua por surfista. Veo a mucha gente que va a Nazaré y no tiene mucha experiencia... Yo voy con un equipo, con radios fuera del agua, y muy preparado”. Su gran susto puede servir a otros cazadores de gigantes marinos a medir su pericia en relación al monstruo al que se enfrenta y si ha puesto las suficientes medidas de seguridad.

Su "ama" en su cabeza

La preocupación de Natxo, no obstante, no gira únicamente en torno a sí mismo, sino a los sentimientos que despierta su trabajo en la gente que le importa. Sobre todo, es consciente del sufrimiento en su madre. “Si mi madre lee el periódico mañana igual flipa, porque no se lo he contado (el episodio de Nazaré 2017). Mi padre normalmente ha confiado o ha estado algo más tranquilo, pero mi ama siempre me dice que tenga cuidado. No le cuento las cosas porque sé que sufre. Con mi ama, siempre es lo mismo. Me dice que no vaya, que va a estar grande (la ola)… Y le digo que no no va a estar tan grande, que son olitas. Si sucede algo luego le enseño las fotos y ve que ya ha pasado todo y no pasa nada”.

"Si mi madre lee el periódico mañana igual flipa, porque no se lo he contado"

Natxo continúa. “Muchas veces lo he pensado: igual lo dejo por mi madre, para que no sufra. Pero es lo que me gusta y es mi vida. Es mi trabajo y soy un afortunado de la vida. Creo que cada uno tiene que hacer lo que le gusta”. Y Natxo sigue haciéndolo cada vez que puede.

Recogiendo las dos preguntas del inicio del texto -¿y si Natxo hubiera dicho hasta aquí? ¿Y si Natxo se hubiera bajado de este carro?- y tras esta confesión, si Natxo hubiera elegido parar sería otro Natxo. Ni mejor ni peor, simplemente otro porque el Natxo por el que sufre la familia, amigos, “hasta mi cámara, ¡a veces me dice que estamos locos!” es el surfista de las olas gigantes, el que es feliz con el 10 de Nazaré y el que vive por y para cabalgar sobre ondas de agua salada: “Para mí el surf significa todo. Dedico mi vida a esto, no me imaginaría mi vida sin el surf. Todo el día estoy pendiente de lo que hace el mar. Hay veces que me voy a Hawai y sólo cojo una ola... y ya con eso me vale”. Este es Natxo. Emoción por una ola.

El antes y después del 10 de Natxo, contado por él mismo

Fue un día súper bonito. Llegué dos días antes con mis amigos al campeonato en coche, echándote unas risas para quitarte presión. Vas con la gente que te quiere y te olvidas un poco del campeonato. Me di un bañito el día anterior, cuando teníamos dudas de si habría olas tan grandes como decían... Estrené una tabla de surf y las sensaciones eran brutales. Esta, la de Nazaré, era la ola que conocía y sabía que tenía que hacerlo muy bien. Tenía cierta presión.

Amaneció con unas olas increíbles. Soleado, precioso. Eran unas condiciones épicas y estaba emocionado. Durante la primera ronda estaba nervioso, no estaba conectado con el mar y pasé de ronda a falta solo de dos minutos. Ahí ya me quité presión y en las semifinales, como todo el mundo dice, cogí la mejor ola en la historia de Nazaré… En la final, después de aquella ola, me daba igual lo que pasara porque sabía que por mi parte ya había hecho todo.

Me pasé todo el día llorando, me subí a la moto de agua llorando, con mis amigos también... Por la noche estuve toda la noche con el móvil en mi cama leyendo mensajes y se me caían las lágrimas.

Al día siguiente no pudimos ni celebrarlo porque me fui a coger olas al sur de Marruecos. Luego nos dieron alerta verde para la siguiente parada del circuito en Hawai, donde en el último día me lesioné después de tanta tensión acumulada, sufrí un desgarro entre el pulmón y las costillas. No fui yo quien decidió parar, sino mi cuerpo.

Natxo González viaja este miércoles a California para la última parada del Circuito Mundial de Olas Gigantes, el cual tiene opciones de ganar aunque son algo remotas. Está situado quinto en la clasificación y su principal objetivo es terminar entre los diez primeros, algo que le posibilita tanto continuar en el campeonato de 2019 como mantener su actual estado de felicidad.

¿Y si Natxo hubiera dicho hasta aquí? ¿Y si Natxo se hubiera bajado de este carro? Natxo González (Plencia, Vizcaya, 1995) vivió un dramático episodio a mediados de 2017 en la playa de Nazaré, la que tiene la ola gigante más famosa del mundo. Natxo se quedó medio inconsciente tras una sacudida que le hizo replantearse si merecía la pena seguir surfeando y poniendo en riesgo su vida. Tardó dos meses desde dicho percance hasta volver a enfrentarse a una ola gigante y un año y medio después, en ese mismo escenario, cogió la mejor ola del mundo e hizo el único 10 en la historia de Nazaré. Fue un antes y un después para Natxo y el surf.

Surf Nazaré
El redactor recomienda