Txikon quiere conquistar la cima asesina del Nanga Parbat… escoltado por policías

Alex Txikon tiene previsto encarar este miércoles el tramo más técnico del reto que se ha marcado de ser el primer montañero en hollar en invierno la cima del Nanga Parbat (8.126 metros). Según ha informado su equipo de apoyo, Txikon y los que le acompañan en su aventura, los locales Muhammad Ali 'Sadpara' y Muhammad Kan, y tres iraníes incorporados después, Mahmood Hashemi, Iraj Maani y Reza Bahadorani, se encuentran en el Campo I (5.050 metros) y esperan equipar ya el miércoles al campo II (5.900), para lo que tendrán que superar el muro de roca 'Kirshoffer'. De todos modos, el montañero de Lemoa no descarta alcanzar el Campo III (6.700) e incluso el IV, en función de lo que puedan aprovechar la “ventana de buen tiempo que podría alargarse una semana” que refleja el parte meteorológico del que dispone.

Tal y como informa La Vanguardia, Txikon está custodiado por la Policía. Tras aterrizar en Islamabab le pusieron escolta y fue hasta el campo base de Diamir acompañado por cuatro policías armados, los cuales se han instalado junto a las tiendas de los alpinistas: “La relación en el campo base es buena, cooperan con nosotros, el otro día los porteadores trajeron cuatro cabras y nos ayudaron a matarlas”. Las muertes del 2013 han provocado que el Gobierno aumente las medidas de seguridad ya que las expediciones son una importante fuente de ingresos: “Con nosotros han subido hasta el campo base cien porteadores, con cargas de combustible y comida. Por un trabajo de cuatro días han cobrado 8.000 rupias, unos 70 euros, una suma muy importante para ellos”.

El Nanga Parbat tiene fama de cima asesina e inaccesible en esta época del año: antes de que Hermann Buhl se convirtiera en la primera persona en pisar su cima, en verano de 1953, ya se había cobrado la vida de 31 montañeros. En los gélidos meses invernales las 20 expediciones que hasta el momento han intentado alcanzar la cumbre han fracasado. El sangriento suceso de junio del 2013, cuando una banda terrorista mató a once personas en el campo base de la vertiente de Diamir, a 4.200 metros, el mismo en el que está Txikon, no hizo más que alimentar esa reputación de pico peligroso.

“Esta madrugada, cuando me he levantado, estábamos a 15 grados bajo cero dentro de la tienda, aunque algunas noches hemos bajado hasta los 20”, contaba a primera hora por teléfono vía satélite desde el campo base. Txikon, que sufrió una severa descomposición días atrás, y sus compañeros han tenido que descansar tres días obligados por el viento y las nevadas, después de estar otros tres “abriendo huella” hasta el Campo I. El pakistaní Muhammad Kan, cuyo papel en el futuro inmediato de la expedición era una incógnita por haber estado “varios días aquejado de gripe, dolorido y sin apenas salir de su tienda”, finalmente acompañará al resto del grupo.