El secreto de la expedición: determinación y papillas para bebé a 5000 metros de altura

Fernando Garrido conectó en la noche del viernes desde 5.000 metros de altitud. Aquellos de nosotros que hemos usado el teléfono modelo Góndola, de la entonces conocida como Compañía Telefónica Nacional de España y también las cabinas con ficha, no dejamos de sorprendernos ante estos prodigios tecnológicos. Pero hay cosas que, como dicen los anuncios de Campofrío, forman parte de nuestro modo de ser. Fernando preguntó si podía saludar. Con una risa mezcla de alegría y emoción lo hizo a su mujer y a su hermana. El afecto que sientes y compartes al escuchar su saludo no se logra por muchos tuits que se pongan.

La montaña se vive en analógico. Es respetable y por supuesto cada uno lo ve a su manera, pero resulta desconcertante observar a los visitantes de un museo mirar un cuadro a través de la pantalla del correspondiente dispositivo digital. O aquellos que se pasan el concierto, en el último de Depeche Modeen Madrid sin ir más lejos, con los brazos en alto, grabándolo con la tableta a cincuenta metros del escenario. Todo lo que se vive en la montaña es fugaz y al mismo tiempo imperecedero. Son sensaciones que te impactan con tanta fuerza que pasan a formar parte de tu ser. Cuando estás allí haces algunas fotos o realizas pequeñas grabaciones de recuerdo. Pero todavía a nadie se le ha ocurrido observar la inmensidad, lo inabarcable atrapado en la pantalla de un artefacto.

Han llegado muy fuertes al campo 1. Miguel, Eusebio, Daniel y José Ángel subieron con bastante carga. Por ahora han decidido no contratar porteadores. En la crónica del pasado día 23 informábamos de que los pronósticos meteorológicos no solían acertar en el Aconcagua. Esa poca fiabilidad está resultando positiva. A día de hoy la previsión de fuertes vientos no se cumple. Disfrutaron de una tarde muy bonita fuera de las tiendas. Nada que ver con las imágenes del vídeo que documenta esta crónica. El viernes han dormido a 5.000 metros y el sábado, después de desayunar -parece que las papillas para bebe son un plato muy apreciado- habrán subido al campo 2, a 5.500. Dejado algo de material y vueltasobre sus pasos. La noche del sábado la han pasado en Plaza Argentina.

¿Cuántos metros de desnivel llevan ya en sus botas? Si las cuentas no fallan,en los últimos tres días han subido más de 3.000 metros con carencia de oxígeno. El proceso de aclimatación ylos dientes de sierra son demoledores. Y todavía les queda...

Empieza la cuenta atrás

El próximo lunes empieza la cuenta atrás de la ascensión y esta crónica encara su último tramo. Hace unos días Rafa Doménech me invitó a subir al Puerto de Navacerrada para ver una carrera por equipos de esquí de montaña. Rafa, que fue presidente de Peñalara, lleva muchos años empeñado en promocionarlo.

Le dije que no podía. Le conté que enfrentarse a diario a un folio en blanco da mucho respeto. Que asegurar la entrega diaria de la crónica tiene su aquél. Según lo hacía caí en la cuenta que los amigos de la redacción de deportes de El Confidencial -Sara, Rubén, Víctor, Alonso, Elena…- lo hacen todos los días. Tienen un folio en blanco cuando llegan a trabajar. Creo que ellos también suben con mucha frecuencia, no al Aconcagua, pero síal menos al campo 1.

Y como está crónica de hoy empezó con un saludo, es el momento de concluirla con otro. Un saludo de agradecimiento a los amigos del Club Alpino Madrileño, que han promocionado su lectura entre los socios del club más numeroso de la Comunidad de Madridy también para aquellos del Peñalara que lo han hecho a título particular.

En la próxima comunicación conoceremos cómo han llegado a Plaza Argentina después del palizón de aprovisionar el campo 2 y el plan de ataque a la cumbre. Como dice Fernando: ¡A tope!