Los médicos se quedan sin trabajo por el momento: la temida Puna puede esperar

A las 23:17 del pasado martes, hora peninsular, cuatro menos en el Aconcagua, sonó el móvil. Era la comunicación diaria de Fernando. Se había retrasado, algo poco habitual, pues suele llamar como un reloj pasadas las diez. Una tardanza que produjo inquietud. Las comunicaciones son una gran ventaja. Sin embargo, cuando pasan a ser una rutina, su ausencia o demora causan desazón. Pero anoche estaba todo en orden. La dilación se justificaba por la gastronomía: ¡Preparaban un asado!

Amanecieron con algún pequeño dolor de cabeza. El primer reconocimiento médico lo pasaron satisfactoriamente. Les queda un chequeo más que lo habrán hecho en la mañana del miércoles.El tiempo va mejorando y se espera que continúe así los dos próximos días. Se calmó el fuerte viento que les recibió al llegar al campo base. Ahora bien, en el Aconcagua un viento calmado debe entenderse tan solo como que no te golpea, que no te impide andar. Pero sigue siendo un gran obstáculo para la marcha.

Nos dice Fernando que las previsiones a largo plazo “dan bastante viento. Ese va a ser nuestro problema”.El miércoles habrán subido al campo de altura 1. Está a una altitud entre 5.000 y 5.100 metros. Dejarán comida y gas y volverán a bajar a Plaza Argentina. Todavía no toca dormir allí. Aprovisionarán un campo de altura que se encuentra trescientos metros por encima de la cumbre del Mont Blanc. Es la montaña más alta de la Unión Europea y tiene una altitud de 4.810. Su ascensión es un reto para muchos alpinistas. Nuestros expedicionarios, en esta segunda fase de la aclimatación, suben y bajan diariamente a mayor altura que el Mont Blanc y salvan un desnivel de mil metros en tan solo cuatro kilómetros.

A los que hacemos esta crónica nos gustaría disponer de fotografías de lo que está sucediendo ahora en el Aconcagua e ilustrar con ellas la información. Pero no es posible salvo que decidamos colapsar la capacidad del teléfono satélite. Las comunicaciones se realizan por tres medios. Los guardaparques lo hacen por emisoras de radio entre los distintos puestos y Punta de Vacas. Cuando los expedicionarios suben a los campos de altura las conversaciones con el campo base se realizan con walkis. El teléfono satélite es el único medio propio que asegura la conexión con el exterior. Está diseñado para asegurar la comunicación, no para enviar fotos, ya que se colapsaría. El material gráfico, como ya informamos al inicio de esta crónica, corresponde a distintas expediciones.

La Puna no bromea. Los chequeos médicos tienen como propósito prevenir el Mal Agudo de Montaña (MAM) o Puna, como se le conoce en las regiones andinas. Es la afección más temida en el montañismo de altura. Está causado por la reducción de la presión atmosférica y los niveles de oxígeno que disminuyen según se gana altitud. Los síntomas aparecen como respuesta de adaptación a la hipoxia (déficit de oxígeno en los tejidos).El Aconcagua, por sus rutas normales no tiene ninguna dificultad técnica, pero tiene unas características climáticas que le hacen muy especial. Hay que estar muy atento a la reacción de nuestro organismo y no engañarse a uno mismo.

Los síntomas del MAM se detallaron en lo que se conoce por el Consenso de Lake Louis, en Canadá en 1993. Se define por la aparición de cefaleas en una persona no aclimatada que llega a una altitud de más de 2.500 metros, más la presencia de uno o más de los siguientes síntomas: molestias gastrointestinales, insomnio, mareos, laxitud o fatiga. Ocurre generalmente entre las 6 y 10 horas de la ascensión. Se precisó también el edema pulmonar de gran altitud: la dificultad para respirar, inclusive sin hacer ejercicio, tos, debilidad o pérdida de la capacidad atlética, opresión del pecho o congestión. El frío y el ejercicio empeoran el cuadro. Se debe bajar rápidamente para aliviarse, es raro a menos de 2.500 metros.Y, por último, el edema cerebral causado por la altura. Caracterizado por la presencia de ataxia y/o trastorno de la conciencia, representa el estadio final del mal de altura.

La puntuación de Lake Louisevalúa de forma precisa la gravedad del MAM. Valora parámetros gastrointestinales, cefalea, marcha, fatiga, sueño, trastornos mentales, ataxia y edemas periféricos. Con la suma de los puntos se obtiene un valor final: de 1 a 3 puntos (leve), de 4 a 6 puntos (moderado) y 7 puntos o más (grave).Contar con servicios médicos en los campos base del Aconcagua es una garantía para todos aquellos que aspiran a alcanzar su cumbre.