MotoGP tiene dos hombres fuertes: Enea Bastianini y Aleix Espargaró

Cuando a principio de temporada intentábamos digerir las constantes alternativas que nos estaba regalando el Mundial de MotoGP, nos decíamos, muy ufanos y seguros de nosotros mismos: cuando el campeonato llegue a Europa colocará a cada uno en el sitio que le corresponde. Porque pensábamos que las victorias de Enea Bastianini, o la de Aleix Espargaró con la Aprilia, no eran más que la consecuencia de una serie de circunstancias. ¡Pero qué equivocados estábamos!

En Le Mans ha quedado de manifiesto que los dos hombres más fuertes del campeonato en estos momentos son, precisamente, ellos dos: Enea Bastianini y Aleix Espargaró. ¿Alguien lo puede dudar? Sí, el líder es el campeón Fabio Quartararo, que avanza metido en una montaña rusa de emociones que un día le llevan a estar arriba y otro a pasar las de Caín, como ha sucedido en Le Mans, donde ha terminado con una evidente decepción después del clímax que se ha vivido en el circuito francés, que ha recibido la entrada más grande de su historia confiando en que, por fin, se iba a ver el triunfo de Quartararo en el Gran Premio de Francia. Habrá que seguir esperando.

Bastianini y Espargaró son los más fuertes porque así lo atestiguan sus resultados, aunque la constancia y regularidad de Quartararo, que como Espargaró no ha dejado de puntuar en ninguna de estas siete carreras, permite al piloto galo seguir al frente de la clasificación, por el reducido margen de cuatro puntos sobre el piloto español, y ocho sobre el italiano.

Bastianini ha ganado tres de las siete carreras, ha sido un tanto irregular en las otras, pero como los demás no son ningún prodigio de la consistencia, cada vez que sube al podio lo hace para ganar. Y gana delante de las Ducati de fábrica, con la moto menos evolucionada de la cuadrilla boloñesa. El italiano está jugando un pulso con la fábrica, que aún no ha definido su formación para las próximas campañas. Le queda un asiento libre, y a él optan Bastianini, Jack Miller y quizás, aunque perdiendo muchos enteros por el camino, Jorge Martín.

Es curiosa la forma de hacer de Bastianini, que no se deja impresionar por la fábrica. Él está satisfecho con su Ducati Desmosedici GP21, la misma que pilotaron Bagnaia y Miller el año pasado, y aunque en la jornada de pruebas realizada en Jerez al día siguiente del Gran Premio de España, Ducati puso a su disposición el paquete aerodinámico que llevan los pilotos de fábrica, Bastianini declinó el ofrecimiento después de probarlo. Ni falta que le hace, por lo que vemos. Hoy ha sumado su tercera victoria sin elementos que disfrutan los pilotos de fábrica.

Si Ducati lidera la clasificación de fabricantes, es gracias a Bastianini. De los 156 puntos conseguidos hasta ahora por el fabricante italiano, 75 se los ha dado Bastianini. Lo sangrante es que incluso los pilotos de Pramac, Johann Zarco y Jorge Martín, han dado a la marca más puntos para el campeonato de fabricantes que los pilotos del equipo de fábrica…

La madurez de Aleix

¿Qué podemos decir de Aleix Espargaró? A estas alturas de campeonato ya no tendría que sorprendernos hablar del piloto de Aprilia en estos términos, como segundo en la clasificación del Mundial, como un claro aspirante a la corona. Porque esto es así. Por el momento es el piloto que más veces ha subido al podio esta temporada, con cuatro podios: una victoria y tres terceros. Y lo grande de Aleix es que es de los pocos que tiene capacidad para hacer buenos registros a una vuelta en la clasificatoria, y a la vez tiene ritmo de carrera.

Hoy falló en la salida, cedió demasiadas posiciones en la arrancada y en la comprometida primera curva, viéndose luego atrapado en el embudo de la primera chicane. Y ese fue su único problema, salir mal, porque sus registros en carrera fueron similares a los de Bastianini. Una vez consolidó su posición se mantuvo a ritmo, fue constante, pero en Le Mans era imposible ganar terreno habida cuenta los ajustados tiempos en los que se rodaba en cabeza. No cabe duda que se encuentra en un momento de madurez extraordinario.

Lo sorprendente es que en esta situación, Aprilia todavía no haya cerrado su renovación. Es para no creérselo. Si borráramos a Aleix de la clasificación, ¿dónde estaría Aprilia? Maverick Viñales hace lo que puede en su compleja adaptación al motor V4 después de toda la vida pilotando un cuatro en línea, y consigue con regularidad colarse entre los diez primeros, pero su horizonte no va más allá de la séptima u octava posición. Entonces, ¿a qué espera Aprilia?

Quartararo lidera a pesar de todo

Puede que con el panorama que se presenta ahora en MotoGP con la marcha de Suzuki, con más pilotos disponibles que motos, los fabricantes intenten negociar a la baja. No lo digo solo por Aprilia sino por todos los fabricantes. Desde 2023 habrá dos asientos menos si nadie lo remedia —y no creo que haya muchos candidatos a montar una escudería solvente en MotoGP— y estoy convencido de que las ofertas serán a la baja. ¡Es el mercado, amigos!

Esto también lo sabe Quartararo. Atrás quedó el invernal desplante que le hizo a Yamaha pidiéndole una cifra astronómica por la renovación, pensando que podría encontrar acomodo en Honda, e incluso acercándose a Suzuki, antes que los gerifaltes de Hamamatsu anunciaran que echaban el cierre a final de temporada. Hoy lidera el campeonato, a pesar de todo, y eso que ha dejado pasar dos oportunidades únicas para ganar, en Jerez y Le Mans, dos circuitos que se adaptaban como un guante a las características de su Yamaha. Pero falló en la salida, que actualmente es un momento clave en MotoGP, tanto como una buena clasificación, donde tampoco estuvo afinado en Le Mans, saliendo desde segunda línea, él, que había sido un prodigio haciendo poles hace no tanto tiempo.

Ahora se abre ante Quartararo un segundo tercio de campeonato donde el único terreno favorable puede ser la pista de Sachsenring, en Alemania, sin contar con la incógnita finlandesa de KymiRing, desconocido para todos. Los demás escenarios son, sobre el papel, desfavorables para su Yamaha.