Quartararo resuelve el Mundial 2021 y Márquez anticipa el 2022

Todo apuntaba a que la resolución del título tendría que retrasarse hasta la próxima carrera, el Gran Premio del Algarve, del 7 de noviembre, dado que Fabio Quartararo se había complicado la carrera con una mala sesión de clasificación, colocado en quinta línea de salida, mientras que su gran rival, Pecco Bagnaia, salía desde la pole position. Pero las cosas de las carreras son así, basta un instante para que todo se dé la vuelta. Y así ha sido.

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EC / Agencias

Ducati hizo una apuesta muy arriesgada colocando un compuesto duro en el tren delantero, mientras el resto de la parrilla optaba por el neumático medio, sin duda una opción más conservadora para asegurar el agarre ante la baja temperatura con la que los pilotos han tenido que lidiar, porque en comparación con la carrera que hicieron aquí hace un mes, hoy estaban con la pista a solo 23 ºC, ya en el límite, mientras que en septiembre se rodó con el asfalto a 30 ºC. Enseguida se vieron los problemas de semejante apuesta, cuando Jack Miller, la segunda Ducati, se cae en la cuarta vuelta al perder agarre delante.

Sin embargo, Bagnaia, aparentemente no tenía mayores dificultades, porque lideraba con autoridad y un ritmo impresionante, batiendo incluso el récord de la pista, y soportando la presión de un increíble Marc Márquez, que se enganchó a las dos Ducati tras una espectacular salida. El ritmo de la carrera ha sido muy vivo, y mientras Bagnaia se encaminaba hacia una prácticamente segura victoria, dado que Márquez no andaba excesivamente sobrado a pesar de mantenerse siempre muy cerca del italiano, Quartararo, con mucho oficio, supo ganar terreno poco a poco desde una atropellada salida en la que incluso llegó a perder terreno, llegando a rodar 17º. Pero desde el fondo del pelotón, el francés remontó, y en la segunda mitad de carrera se entonó, aunque en la mejor de las previsiones bastante sería si lograba acabar quinto, que no estaba nada mal. Y sin embargo…

Las carreras son así, como dice el dicho. Un instante y al suelo. Porque a pesar de su impresionante ritmo, Bagnaia no podía relajarse ni un solo momento. La presión de Márquez era continua, especialmente en el cuarto y último sector del circuito, donde terminó cayéndose. Bagnaia se podía tomar un respiro en la sección de las curvas rápidas enlazadas, pero en las siguientes curvas Márquez se le echaba encima. No le dio un momento de respiro a pesar de contar con un holgado margen en la parte final de la carrera, y cometió un error fatal que le llevó al suelo y coronó a Quartararo. En cualquier caso, Bagnaia solo podía hacer lo que hizo si quería agotar todas sus opciones. No hay nada que reprochar.

Para Márquez este triunfo significa mucho, muchísimo. Él mismo reconocía que era la carrera más importante de la temporada, porque mostraba su evolución y le devolvía la confianza y la seguridad. Su físico va sanando, y este resultado le da la calma necesaria para abordar en óptimas condiciones las últimas carreras y, sobre todo, el trabajo de pretemporada de cara a 2022. Y ver a la segunda Honda de fábrica en el podio con Pol Espargaró –la primera vez que coloca el Repsol Honda a sus dos hombres en el podio desde 2017- es un aviso: ojo con Honda, que no se ha dormido.

Y un último apunte: una mirada a la remontada de Maverick Viñales. Le faltan kilómetros y confianza sobre la Aprilia y arrancó en el fondo del grupo, pero su progresión durante la segunda parte de la carrera le permitió llegar octavo, a rueda de su compañero Aleix Espargaró y a un segundo de Alex Rins, que fue sexto.

Quartararo, campeón

Francia es uno de los países con mayor tradición en el mundo del motociclismo, pero tienen pocos campeones del mundo, y ninguno en la máxima categoría. Quartararo ha alcanzado el mayor resultado en la historia del motociclismo galo, con solo 22 años, y lidera la nueva generación de pilotos, una generación que ha dado dos campeones, él y Joan Mir, y cuyo destino es destronar definitivamente al último dominador de MotoGP, Marc Márquez.

El triunfo de Quartararo es también el triunfo de una nueva estrategia deportiva. Si en el pasado el acceso a la máxima categoría del motociclismo estaba marcado por pasos cortos y asentados, categoría a categoría, a poder ser con una corona bajo el brazo antes de subir al peldaño siguiente, la llegada de Quartararo a MotoGP en 2019 supuso un cambio en esa política deportiva de las marcas. El francés llegó al Mundial de Moto3 en 2016 como una de las mayores promesas del motociclismo, por su precocidad y por su acierto, pues llegaba tras ganar dos títulos de Moto3 en el CEV (Campeonato del España) y FIM CEV (Mundial Junior a partir de 2016), pero su trayectoria fue caótica y decepcionante, saltando de equipo cada temporada y pasando de Moto3 a Moto2 sin obtener grandes resultados.

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Por eso cuando el equipo Petronas Yamaha anunció su fichaje para la temporada 2019, resultó sorprendente. ¿Sería capaz de conseguir en MotoGP lo que no había logrado en las categorías inferiores? Pues sí, y lo demostró de inmediato, haciendo frente a Márquez con el descaro de sus 20 años. El año pasado recayó sobre él la responsabilidad de sostener a Yamaha, sacando los colores a los pilotos de fábrica, y acusó la presión. Pero esta temporada hemos asistido a la consolidación de aquel niño que en un pasado no muy lejano impresionó a todos por sus carreras en Moto3 en los circuitos españoles.

De su mano, Yamaha ha recuperado un título que no disfrutaba desde 2015, cuando Jorge Lorenzo, que estuvo presente en Misano y no dudó en ser de los primeros en felicitar al francés, ganó su última corona de MotoGP. Como el mallorquín le dijo al fundirse en un abrazo: Fabio, te lo mereces.