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Cuando Lorenzo aprieta, Márquez se inventa una "arriesgada" forma de batirle
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EL DE YAMAHA CRITICÓ EL ADELANTAMIENTO DE MARC

Cuando Lorenzo aprieta, Márquez se inventa una "arriesgada" forma de batirle

Marc Márquez dibujó un adelantamiento digno de un videojuego para desesperación de un Lorenzo que volvió a criticar las maneras del líder sobre la Honda

Foto: A escasas vueltas del final, Marc Márquez adelantó a Lorenzo para ganar (Repsol Media).
A escasas vueltas del final, Marc Márquez adelantó a Lorenzo para ganar (Repsol Media).

A pesar del alivio que sintió dos semanas atrás, los focos no habían dejado de estar centrados en él. Quizás habían rebajado un tanto la intensidad de su luz, pero desde ayer vuelven a funcionar a pleno rendimiento en torno a la figura de Marc Márquez. El líder conquistó un trazado que hasta el momento era ‘territorio Lorenzo’. Lo cierto es que los pasos que dio hasta la carrera hacían pensar en una victoria, pero el piloto de Yamaha llenó de interrogantes Silverstone. Jorge ganó la partida al de Repsol Honda en la salida y lideró la prueba hasta que, a cuatro vueltas para el final, Márquez decidió defender su liderato como gato panza arriba. Un primer arañazo, la respuesta de su rival y el zarpazo que hirió definitivamente a Lorenzo. Dos giros para ver la bandera a cuadros, un adelantamiento digno de ciencia ficción y la undécima victoria de Marc. Para quitarse el sombrero. O mejor dicho, el bombín.

“He cometido un error y he empezado a pensar en el año pasado. Entonces me he dicho: voy a intentar abrir un hueco”. Márquez tenía un par de asuntos sin resolver y no quería dilatarlos más en el tiempo. En su mente, grabados a fuego, estaban el cuarto puesto de Brno y la última vuelta del año pasado en Silverstone en la que Jorge Lorenzo le arrebató la victoria. Igual que sucedió en Qatar con Valentino Rossi, el líder ha esperado un año para pagar al compañero del italiano con la misma moneda. Marc encontró la calma que reconoció necesitar para recuperar su normalidad, que no es otra que la victoria. A partir de la décima vuelta, el ecuador de la prueba, la gente empezó a removerse en su asiento esperando la reacción de un Márquez que iba segundo.

Metro a metro, giro a giro, curva a curva comió la moral a un Lorenzo del que no se “esperaba que estuviera tan fuerte desde el principio y con un ritmo muy alto. Él estaba tirando muchísimo al principio y yo intentaba cuidar los neumáticos, pero era difícil porque si no me iba ganando distancia”. El piloto de Repsol Honda amagó, se hizo con el liderato, erró y dejó en bandeja la primera posición al de Yamaha. Una nueva carrera había empezado y Márquez pretendía que el final fuera el mismo que en las primeras diez carreras del Mundial. Con Lorenzo apretando e intentando vender caro el triunfo, Marc activó su arriesgado plan a dos vueltas para el final. Una vez más, el estratega que lleva dentro dio una lección: cuando el rival aprieta, reinventar el pilotaje es una opción tan sorprendente como efectiva. Así lo reflejaron los gestos de Alzamora y Santi Hernández en el muro de Honda o los de Mark Webber cuando, tras la carrera, se acercó a felicitar al ganador.

Márquez se sacó de la manga un adelantamiento digno de un especialista en efectos especiales: atacó a Lorenzo por el interior de la curva trece, se quedó sin espacio y, sobre la marcha, cambió de ángulo para rebasarle por el interior de la catorce. Un lugar por el que Lorenzo no esperaba a su rival. Un hueco por el que sólo cabía un alfiler. “Una acción del estilo de Marc, más agresiva de lo normal”. Jorge Lorenzo no se calló en el ‘parc fermé’ porque el mallorquín consideró que el adelantamiento, con un pequeño toque incluido, sobrepasaba el límite de lo permitido. “Ya sabéis cuál es mi opinión cuando uno te pasa y tú tienes que levantar la moto y salir de la trayectoria, quizás ese es el límite. Si Dirección de Carrera lo permite, hay que adaptarse”.

Igual que sucedió en Jerez la temporada pasada cuando fue víctima de un arriesgado adelantamiento y negó el saludo a Márquez, en Silverstone Lorenzo volvió a ser el damnificado: “Él ha frenado tardísimo sin importarle mucho que yo ya estaba entrando en la curva. Si no hubiera levantado la moto seguramente nos hubiésemos tocado y no sé cuál hubiese sido el resultado. Quizás nos hubiésemos caído los dos, yo o si se tocan los dos manillares podría haber una caída un poco fuerte”. Con la versión de Lorenzo sobre la mesa, Márquez reconoció que “han sido dos adelantamientos agresivos, pero dentro de la normalidad de las últimas vueltas que es cuando todo el mundo empuja. El año pasado fue él que me gano la partida tocándonos un poco y esta vez también nos hemos tocado, pero muy suave”.

En una carrera “divertida y reñida”, en palabras del ganador, Marc Márquez firmó la undécima victoria de la temporada. No ha sido una más, ha igualado el récord de triunfos en un año en la máxima categoría desde que ésta se conoce como MotoGP. La marca era propiedad de Valentino Rossi desde 2005; el italiano vio desde el tercer cajón cómo su digno sucesor le igualaba mientras él escribía su propia página en la historia de las dos ruedas. A sus 35 años puede presumir de haber participado en 246 carreras después de superar a Alex Barros; un récord absoluto en el Mundial de Motociclismo que, de momento, podrá disfrutar sin la amenaza de Márquez. Al líder cada vez le queda menos para revalidar el título y mucho para equipararse a un mito como Valentino Rossi.

A pesar del alivio que sintió dos semanas atrás, los focos no habían dejado de estar centrados en él. Quizás habían rebajado un tanto la intensidad de su luz, pero desde ayer vuelven a funcionar a pleno rendimiento en torno a la figura de Marc Márquez. El líder conquistó un trazado que hasta el momento era ‘territorio Lorenzo’. Lo cierto es que los pasos que dio hasta la carrera hacían pensar en una victoria, pero el piloto de Yamaha llenó de interrogantes Silverstone. Jorge ganó la partida al de Repsol Honda en la salida y lideró la prueba hasta que, a cuatro vueltas para el final, Márquez decidió defender su liderato como gato panza arriba. Un primer arañazo, la respuesta de su rival y el zarpazo que hirió definitivamente a Lorenzo. Dos giros para ver la bandera a cuadros, un adelantamiento digno de ciencia ficción y la undécima victoria de Marc. Para quitarse el sombrero. O mejor dicho, el bombín.

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