El judoca Sergio Ibáñez araña el oro en los Paralímpicos y logra una plata más para España

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A las cuatro preseas que ya han logrado los nadadores españoles concentrados en Tokio en estos Juegos Paralímpicos 2020 y el primer oro con el que se hizo el andaluz Alfonso Cabellos en la prueba de kilómetro contrarreloj C4-5, se ha sumado en esta tercera jornada de competición una nueva medalla de plata al medallero español, la primera que consigue la delegación patria en deportes de contacto después de años de sequía. El judoca Sergio Ibáñez ha peleado este viernes por el oro en la final de la categoría de hasta -66 kilos contra el uzbeco Uchkun Kuranbaev, a quien finalmente no ha derrotado por lo que el atleta aragonés de 22 años se alzará con la plata en el podio.

Ibáñez, que ha estado muy cerca de conseguir la deseada medalla dorada en sus primeros Juegos Paralímpicos por el combate tan reñido que ha disputado contra Kuranbaev, aseguró lamedalla para la delegación nacional al clasificarse este viernes de forma brillante para la final de la categoría de -66 kilos. El español ha perdido por un waza-ari en una contienda sin la presencia de ippon, en sintonía con lo que explica la organización de los Juegos Paralímpicos de Tokio en su sitio web. Debido a que ninguno de los dos conseguía el ippon, se ha extendido el tiempo de combate en el tatami, aunque el deportista aragonés no ha logrado imponerse a su rival.

Aunque en su debut en una cita olímpica el judoca ha competido en los Paralímpicos dada su discapacidad visual del 78%, ha competido en varias ediciones del Campeonato de España absoluto contra atletas sin discapacidad, logrando una medalla de plata en 2018 y la presea de bronce en 2020. El judo es uno de los deportes que menos modificaciones tiene en su modalidad paralímpica. Una de las diferencias más sustanciales es la forma en la que el árbitro transmite las señales a los luchadores o el hecho de que los contrincantes en el tatami arrancan el combate ya agarrados. En caso de que se separen, el árbitro se ve obligado a detener el combate para que puedan volver a agarrarse.