El encendido de la antorcha olímpica de Tokio 2020, como el fútbol: a puerta cerrada

Aunque en principio no se ha decidido su suspensión, los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 están en el aire. El Comité Olímpico Internacional (COI) se ha dado unos tres meses (desde finales de febrero) para tomar una decisión sobre si se celebra o no este acontecimiento, que arranca en Japón a finales de julio. El país asiático es uno de los muchos, muchísimos países con infectados por el coronavirus que provoca el Covid-19. Por ahora, lo que sí se ha decidido es que la ceremonia del encendido de la llama olímpica se lleve a cabo sin público, tal y como han anunciado los propios organizadores, como sin público se van a llevar a cabo todos los encuentros deportivos en España.

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La ceremonia tiene lugar este jueves, 12 de marzo, en el Templo de Hera de la antigua Olimpia, en Grecia, y al contrario de lo que suele ocurrir en otros acontecimientos olímpicos, se llevará a cabo solo ante un centenar de personas acreditadas por el COI y el Comité Organizador de los Juegos de Tokio 2020. La llama olímpica deberá llegar a Japón el 20 de marzo después de su paso por Grecia y un acto en Atenas el 19 de marzo.

Normalmente, el encendido de la llama tiene lugar varios meses antes de que comiencen los juegos: tras este acontecimiento, cientos de personas portan la antorcha, en pequeñas etapas, hasta que llega a la sede principal de los Juegos, que este año es Tokio. Los portadores finales llevan la antorcha dentro del estadio el día de la Ceremonia de Apertura de los Juegos y ahí, se prende el caldero olímpico, que se mantiene encendido hasta la conclusión de los juegos.

Una vez en Japón, la antorcha tiene previsto pasar por 859 municipios: tras llegar al país el 20 de marzo, la antorcha tendría que empezar su camino el día 26 desde el J-Village National Training Center, en la prefectura de Fukushima, para viajar a lo largo de todo el país durante 121 días. El relevo de la antorcha olímpica en Japón está preparado para que puedan presenciarlo el 98% de la población nipona, sin embargo, dadas las circunstancias actuales no se puede garantizar que se haga todo el recorrido como se viene haciendo desde hace casi un siglo.