Jon Rahm roza el milagro en el Open de España y se queda con la miel en los labios

Jon Rahm cumplió con lo prometido en la previa de la cuarta y definitiva jornada del Open de España. "A ver si tengo un buen domingo y doy espectáculo", había vaticinado el golfista vasco... mitad deseo, mitad afirmación. Y lo hizo, aunque la victoria (que solo dependía de un milagro), no llegó. Jon Rahm cerró el torneo con -14 tras dos primeras jornadas lejos de su mejor nivel y este domingo, con un -7 y un recital de birdies (ocho), para un total de 64 golpes que no le pudieron acercar al francés Matthieu Pavón, líder del torneo a 54 hoyos. Por tanto, el de Barrika se quedará con tres Open de España, igual que Severiano Ballesteros.

Igual que ya hiciera el sábado, Rahm salió al ataque y sin especular. Directo a por el triunfo, que ya se antojaba heroico. Por eso, el número tres del mundo y flamante figura en la conquista de la Ryder Cup hizo birdie en el hoyo 1 tras un gran approach y un putt a corta distancia. Se repitió lo mismo en el 2, el 3 y 4 para colocarse a cinco golpes de Pavón en un inicio fulgurante, brillando a un nivel estratosférico. Los golpes eran magníficos y las manos de Rahm se correspondían con todas las ideas que planeaban por su cerebro.

El de Barrika firmó un arranque soñado donde el eagle se le escapó por centímetros, pero estaba perfecto desde el green y los putts. Con cinco birdies en 7 hoyos, el vasco continuaría con un rendimiento excelente y bajaría la persiana de los nueve primeros hoyos con 30 golpes. El vasco cerró el ecuador de esta jornada matinal con 30 golpes. El jueves hizo 33; el viernes, 36 y ayer, 34. Salva el par en el hoyo 9.

Una remontada imposible

El acierto era tan alto y había que arriesgar tanto que la precisión quirúrgica se fue disipando, abrazada a la lógica. La remontada, entonces, se difuminó en el horizonte, aunque el público nunca dejó de disfrutar. El primer bogey de la jornada llegó en el hoyo 13 para fallar un putt a dos metros y acabar en el rough. Rahm se situó a -12 y Pavón volaba hasta los -18 tras su birdie.

Lo mismo le ocurrió en el 14, el par 5 menos asequible del Recorrido Negro del Club de Campo de Madrid. Dos birdies le sonreirían en los últimos hoyos, sabedor de que el triunfo era inalcanzable. El vasco firmó un putt de dos metros y medio en el 15, un golpeo majestuoso en el 18 y cerró la tarde entre aplausos en Madrid, una capital rendida ante su juego.