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"Mala suerte, es lo que más me jode": así se hundió Jon Rahm en el Masters de Augusta
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VICTORIA PARA Scottie Scheffler

"Mala suerte, es lo que más me jode": así se hundió Jon Rahm en el Masters de Augusta

El golfista de Barrika no encontró ni su juego, ni su estilo ni la concentración necesaria como para tratar de asaltar el título, algo que se demostró desde los primeros compases

Foto: Jon Rahm no cuajó un buen Masters de Augusta. (EFE/EPA/Tannen Maury)
Jon Rahm no cuajó un buen Masters de Augusta. (EFE/EPA/Tannen Maury)

Jon Rahm ha vivido un Masters de Augusta para olvidar. El golfista vasco, que llegaba al torneo con la intención de enfundarse la chaqueta verde por primera vez en toda su carrera, no solo se ha quedado muy lejos del objetivo, sino que ha firmado una de sus peores tarjetas en muchísimo tiempo. El español, que llegaba al Augusta National como número dos del mundo, estaba convencido de que estaba ante su gran oportunidad… Pero su juego no estuvo al nivel y acabó muy lejos de os puestos de cabeza en un torneo que ganó Scottie Scheffler, que estuvo a un nivel superlativo.

Esta era la sexta participación de Rahm en el Masters de Augusta, donde hasta la fecha había conseguido actuaciones de altísimo nivel. De hecho, en cinco ocasiones acabó entre los 10 mejores, llegando a ser cuarto en 2018. Su único borrón había sido en 2017, donde acabó 27º. Pero, en esta ocasión, el golfista de Barrika no encontró ni su juego, ni su estilo ni la concentración necesaria como para tratar de asaltar el título, algo que se demostró desde los primeros compases de la competición, donde al español no encontró el equilibrio en ningún momento.

Foto: Jon Rahm, pensativo en la última jornada. (EFE)

La primera jornada no fue demasiado positiva, acabando con una tarjeta de 74 golpes, una situación que revirtió un día después firmando un 72 que le permitía seguir jugando el fin de semana y no estar demasiado lejos de la cabeza. Así, el sábado se convertía en la fecha clave: a pesar de estar jugando bien, los resultados no estaba saliendo, pero tan solo estaba a cinco golpes de la cabeza y podía seguir soñando con el título, para lo que necesitaba hacer un fin de semana perfecto. Pero, con el paso de los hoyos, se confirmó que este no era su torneo.

Y es que el sábado no solo no logró recortar la ventaja del ya por entonces líder, Scheffler, sino que aumentó su distancia después de un paupérrimo 77 que le hacía acabar la jornada con cinco golpes sobre par y con siete golpes por detrás el primer clasificado. En estas circunstancias, afrontó Rahm el domingo, en el que precisamente firmó su mejor jornada: se entonó el último día con una vuelta de 69, la mejor de todo el campeonato. Para ello, Rahm hizo cinco 'birdies' por dos 'bogeys'. El jugador de Barrika acabó, así, el Masters con 292 golpes, es decir, con cuatro sobre el par.

De hecho, Rahm ya se dio cuenta el mismo viernes de que no había nada que hacer. Al acabar la jornada, hablaba muy claro: "Mala suerte, es lo que hay, es lo que más me jode. Ha habido buenos golpes que no han acabado como yo quería. Me fastidia bastante. Estoy cabreado por la mala suerte". Y es que, analizando todo el fin de semana del español, en realidad su juego no fue malo, pero en momentos clave se encontró con algunos elementos inesperados que le condenaron: desde el viento a golpes bien ejecutados que no encontraban su destino o, incluso, algunos extraños de la bola en momentos comprometidos.

El propio Rahm así lo expresaba: "Cuando acabé el día, mi cara era de incredulidad. Resulta que el 'putt' peor tirado en todo el día es el único que ha entrado por todo el centro". Lo intentó todo, con más corazón que cabeza y, aun así, no logró encontrar sensaciones positivas en un torneo que tradicionalmente se le ha dado bien. Por ello, lo sucedido este fin de semana es especialmente doloroso para Rahm: en una plaza que se le da bien, donde buscaba la chaqueta por primera vez para olvidar la decepción de perder el número uno, no solo no lo consiguió, sino que recibió un golpe aún mayor.

A pesar de tratar de buscar soluciones a lo largo de las cuatro jornadas, con un estilo agresivo y solvente que le permitiera crecer con el paso de los días, Rahm se ha quedado muy lejos de su objetivo, firmando uno de los Masters de Augusta más grises de toda su carrera. La chaqueta verde era su gran objetivo y este año tampoco pudo ser. No logró encontrar su mejor versión en todo el fin de semana y el de Barrika lo sabe: en esta ocasión, se le ha escapado una gran oportunidad para ganar uno de los grandes torneos que aún le faltan. Y la mala suerte ha tenido mucho que ver.

Jon Rahm ha vivido un Masters de Augusta para olvidar. El golfista vasco, que llegaba al torneo con la intención de enfundarse la chaqueta verde por primera vez en toda su carrera, no solo se ha quedado muy lejos del objetivo, sino que ha firmado una de sus peores tarjetas en muchísimo tiempo. El español, que llegaba al Augusta National como número dos del mundo, estaba convencido de que estaba ante su gran oportunidad… Pero su juego no estuvo al nivel y acabó muy lejos de os puestos de cabeza en un torneo que ganó Scottie Scheffler, que estuvo a un nivel superlativo.

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