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Ingeniería y golf: la vida en Iowa de la chica que jugaba "como un muñeco de PlayStation"
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Barquín fue asesinada en el campus de ames

Ingeniería y golf: la vida en Iowa de la chica que jugaba "como un muñeco de PlayStation"

La joven cántabra Celia Barquín Arozamena es recordada como "un cerebrito" que había encontrado su mejor juego en la apacible universidad de Ames en la que fue asesinada

Foto: Fotografía de Celia Barquín cedida a El Confidencial por la Real Federación Española de Golf.
Fotografía de Celia Barquín cedida a El Confidencial por la Real Federación Española de Golf.

La Universidad de Iowa State llora la trágica pérdida de la estudiante y golfista cántabra Celia Barquín Arozamena, de 22 años. Ha ocurrido en un campo de golf de Ames, una localidad situada en pleno centro de Iowa, conocida por su buen nivel económico, sus numerosos parques y su chispeante vida deportiva. Una vida que ha sido paralizada en señal de luto. Diferentes voces del deporte y la política han expresado su conmoción por este crimen acaecido en el extenso y hasta entonces plácido corazón rural de Estados Unidos. Nadie lo entiende, nunca se entiende, ni en el campus, ni en el estado ni, por supuesto, en su España natal, donde el reducido mundo del golf profesional reaccionó con dolor y rabia.

Conmoción en España por el asesinato de la golfista Celia Barquín en EEUU

“Esto es muy traumático y triste. Todavía no me puedo creer que esto haya pasado en Ames, Iowa”, declaró Sage Rosenfels, antiguo jugador de fútbol americano de Iowa State. Una española que pasará el año estudiando en esta universidad comentaba en las redes sociales: “Todo el mundo me decía: ‘Esto es Iowa. Aquí nunca pasa nada”, para describir a continuación el clima de tristeza y parálisis que se había instalado en el campus.

Al otro lado del océano, el dolor es similar. "Es un palo enorme, sus padres están destrozados", cuenta Gonzaga de Escauriaza, presidente de la Real Federación Española de Golf. Él tampoco lo entiende, como ocurre con sus excompañeras y la gente que ha estado presente en su historia. "Una chica tan joven, es antinatural, la familia tiene que estar destrozada, es terrible, terrible", cuenta un atleta que coincidió con ella en la Blume y se muestra compungido al teléfono. "Cuando lo hemos sabido, hemos enviado a una persona desde California, que además tiene hilo directo con las universidades, para ayudar en todo lo necesario", cuentan desde la federación española.

Foto: Imagen colgada en la cuenta de Twitter del COE (@COE_es) en homenaje a Celia Barquín.

El equipo oficial donde solía jugar Barquín Arozamena, los Ciclones, decidió abandonar la competición del torneo East & West en Michigan, donde habían alcanzado las semifinales, para honrar la memoria de su antigua compañera. Barquín ha sido homenajeada por el periódico universitario como “una de las mejores golfistas de la historia de Iowa State”, a la vista de sus numerosos galardones, entre ellos el Europa Individual Femenino, conseguido hace poco más de dos semanas. La publicación especializada 'Golfweek' le adjudicó el puesto 69 entre las mejores golfistas de Estados Unidos. En España también habrá recuerdos, esta semana se reúnen las mejores golfistas españolas en el Estrella Damm Mediterranean Open. Habrá un minuto de silencio el jueves, también crespones negros para expresar el duelo.

Iowa State ha habilitado servicios de ayuda psicológica para aliviar “la ansiedad, la pena y el miedo” entre los estudiantes que puedan sentirse más afectados por lo ocurrido. “Algunas personas podrían necesitar apoyo adicional”, declaró Martino Harmon, vicepresidente del departamento estudiantil. “Animamos a los estudiantes que puedan estar sufriendo con esta triste noticia a que echen mano de los muchos recursos del campus”.

placeholder Homenaje a Celia en Cantabria. (EFE)
Homenaje a Celia en Cantabria. (EFE)

"Otra muerte horrible"

La universidad donde Barquín Arozamena cursaba su último semestre de ingeniería civil es conocida por su acumulación de talento deportivo y por su labor histórica en el desarrollo de la agricultura local. A día de hoy, el 90% de la superficie de Iowa está formado por cultivos, semejantes a mares de trigo acotados por carreteras delgadas y graneros mudos de color rojo. La ciudad de Iowa State, Ames, fue considerada en 2010 como uno de los 10 mejores lugares para vivir de EEUU gracias a su paro inexistente y la burbujeante vida deportiva y académica. Los 36.000 estudiantes de Iowa State representan más de la mitad de la población de Ames.

“Otra muerte horrible, sin sentido”, tuiteó la gobernadora de Iowa, la republicana Kim Reynolds. La gobernadora se refería al asesinato que tuvo lugar este verano en la vecina Universidad de Iowa. El martes 21 de agosto, las autoridades encontraron el cuerpo sin vida de Mollie Tibbetts, estudiante de 20 años que había desaparecido un mes antes mientras había salido a correr. El hecho de que su muerte fuera presuntamente a manos de un inmigrante indocumentado hizo que el caso se contaminase de política. El presidente de EEUU, Donald Trump, achacó el asesinato a la inmigración ilegal. “No tenía que haber ocurrido”, declaró en un mitin. “Pero las leyes son tan malas, las leyes migratorias son una enorme desgracia”.

La prevención del asalto sexual, en sus diferentes grados, se ha transformado en una de las prioridades de las universidades estadounidenses en la última década. Diferentes casos pusieron de relieve la falta de una política preventiva y en 2011 la administración de Barack Obama estableció una serie de pautas. Entre ellas, rebajar la cantidad de pruebas necesarias para hacer una acusación y agilizar la respuesta oficial a cada caso. Según la Unión Americana de las Libertades Civiles, ACLU, el 95% de los asaltos sexuales en las universidades nunca llegan a ser denunciados.“Superaremos esta tragedia juntos”, declaró Matt Campbell, entrenador del equipo de fútbol americano de la universidad. “Lo que es especial de estar en Iowa State es la unidad que muestran nuestros estudiantes-atletas”. El Departamento de Atletismo de la universidad honrará la memoria de Barquín durante el partido de fútbol contra Akron este sábado.

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El sueño de Celia

En Iowa, Celia Barquín cumplía su sueño. Hoy en día, para ser profesional en el campo femenino, el camino más lógico es una beca de estudios en una universidad de prestigio de Estados Unidos. "Era una estudiante estupenda y muy perseverante, trabajaba el fisico, la técnica y la cabeza, por eso le llegaron los éxitos, lentos, pero seguros, sabíamos que iba a brillar. Se fue a Estados Unidos también porque le importaban mucho los estudios", recuerda Marta Figueras-Dotti, que fue su entrenadora los dos años que estuvo Barquín en la Blume. Ella, además, fue una de las pioneras en marcharse al extranjero para estudiar y aconsejó a la cántabra, como a otras muchas, sobre la posibilidad de marcharse: "Yo les decía que a mí me cambió la vida personalmente, que me dio todo lo que soy ahora. Obviamente, compartía mi experiencia como profesional, no creo que haya una educación mejor que experimentar esa vida universitaria: sales de tu zona de confort y mejoras, claro que mejoras".

Y las cosas iban funcionando. "Coincidimos en la Solheim Cup hace unos meses, donde yo era vicecapitana, estuvo ayudándonos en el torneo y la vi genial, contentísima con sus estudios, con su juego y también con Estados Unidos. Era feliz. Hay algunas jugadoras que se encuentran problemas, pero no era el caso de Celia, estaba encantada", comenta Figueras-Dotti. "A ella le ayudó estar en Iowa, mejoró en todos los sentidos, por eso fue campeona de Europa y por eso se clasificó para el US Open".

Todo eso a pesar de que, cuando llegó a la Blume, no llamaba la atención. "Vino siendo muy joven, tenía 15 años y era entrañable. Un poco introvertida, pero muy perseverante, muy dedicada a sus estudios. No era una persona que destacara al principio tremendamente. Era una jugadora buena, pero no de esas que ves con una pegada tremenda o que destacan especialmente, pero tenía una fuerza mental bestial y lo que se proponía lo conseguía", cuenta su entrenadora. En el campo, ya tan joven, destacaba sobre todo por su personalidad. "En la Blume se apartaba a un lado del campo de práctica y seguía sola sus rutinas y trabajos. Son muy jóvenes y pasas mucho con ellas, pero ella no era la típica jugadora que necesita contarte todo, nos veíamos cada mañana y era muy independiente, se colocaba en su zona, siempre la misma, a entrenar, siempre muy profesional", comenta Figueras-Dotti. Ese 'rincón de Celia' es recordado por todos los que estaban en el CAR en aquel tiempo, la golfista dejaba huella.

Foto: Collin Daniel Richards, el presunto asesino de la golfista Celia Barquín Arozamena.

"Como un muñeco de PlayStation"

Sobre su juego habla Gonzaga de Escauriaza, presidente de la federación, a quien le tiembla la voz al otro lado del teléfono: "Coincidimos en los juegos de la Juventud de Nankin, allí le dije que parecía que era un muñeco de PlayStation, porque era capaz de tirarla una y otra vez al mismo sitio". El golf tiene un buen número de jugadores recreativos, pero son muy pocos los que deciden entregarse a él completamente. Los que están en el mundillo se conocen y saben de quienes aspiran a lo máximo, los que tienen entre ceja y ceja convertirse algún día en profesionales. Para eso, junto a la entrega y el tesón, es necesario el talento.

"Ella sabía muy bien lo que quería, lo tenía claro, conocía su juego y su potencial, era una persona con las cosas muy claras", dice Escauriaza, que la vio ganar el último europeo. Ambiciosa, sí, pero sin que eso la convirtiese en nada más que una joven adorable. Los que hablaban con ella la recuerdan con sumo cariño. "El espíritu que siempre creó en el equipo nacional fue maravilloso. Era una muy buena amiga de sus amigas y una persona con la que podías contar sin ninguna duda", señala la exgolfista. También muy inteligente, estaba muy cerca de graduarse en una ingeniería, algo no muy habitual en una deportista. "Sí, era un cerebrito, estaba siempre para ayudar a las demas tanto en el campo como en los estudios", relata Figueras-Dotti.

La tragedia es aislada, un asesinato en un campo de golf, un forcejeo, una cuchillada, un delincuente reincidente... "Estados Unidos sigue siendo un lugar maravilloso para enviar a nuestros chicos a estudiar. Esta es una tragedia que podía haber sucedido en cualquier lugar", dice el dirigente español. Hay otros 19 golfistas y muchos más deportistas. Ames seguirá siendo un lugar apacible en el que Celia Barquín fue feliz hasta que se topó con la más grande de las tragedias.

La Universidad de Iowa State llora la trágica pérdida de la estudiante y golfista cántabra Celia Barquín Arozamena, de 22 años. Ha ocurrido en un campo de golf de Ames, una localidad situada en pleno centro de Iowa, conocida por su buen nivel económico, sus numerosos parques y su chispeante vida deportiva. Una vida que ha sido paralizada en señal de luto. Diferentes voces del deporte y la política han expresado su conmoción por este crimen acaecido en el extenso y hasta entonces plácido corazón rural de Estados Unidos. Nadie lo entiende, nunca se entiende, ni en el campus, ni en el estado ni, por supuesto, en su España natal, donde el reducido mundo del golf profesional reaccionó con dolor y rabia.

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