La película romántica de Sergio García, el héroe de Valderrama

Sergio García sonríe en calma, ha terminado en Valderrama un torneo perfecto que, de algún modo, cierra una temporada memorable. No es que no le queden torneos por delante, que no es eso, pero sí es cierto que hay cosas que no terminan con el fin real sino en un momento cumbre. Las películas románticas no cuentan las minucias del matrimonio sino que se quedan en la boda o en el primer beso, en ese momento en el que suena la banda sonora y todos son felices. Ganar en casa puede ser algo así para un golfista. Más aún en una temporada como la que está teniendo Sergio.

García ha sido el más regular durante todo el fin de semana en San Roque. Desde el primer día cogió la delantera y se ha dedicado, más que nada, a no falla, a controlar a Luiten que ha sido capaz de hacer un albatros estos días, pero tener momentos así ayuda pero no certifica. García ha encontrado la manera de hacer muchos, muchos 'birdies'. En su peor día, el segundo, quedó en el par del campo. En los otros tres, incluido el definitivo último, le fue recortando al difícil campo de Valderrama hasta demostrar, una vez más, que ha sido el mejor de todos.

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Gonzalo Cabeza

Es un torneo que ha jugado con calma, sin mucha presión y con su mejor golf. La relajación tiene sentido, está en un momento vital casi inmejorable y, además, en Valderrama siempre se ha sentido cómodo. Ha costado horrores conseguir que el Masters de Andalucía se disputase, los organizadores tienen un mérito enorme porque han sacado dinero de debajo de las piedras y, en todo caso, siempre han contado con el apoyo de Sergio García por detrás, lo cual es en sí mismo un empujón. Porque un patrocinador está siempre más contento. Él es una estrella mundial.

La fundación de Sergio García, clave

Su apoyo al torneo ha sido decidido, tanto que le han colocado como anfitrión por medio de su fundación. Es un gesto más o menos habitual en el circuito europeo, pero está reservado a jugadores de alto copete. No vale cualquiera, tiene que tener un arraigo con la tierra y una carrera a su espalda. Sergio García, con más de 30 torneos a sus espaldas y, ahora, campeón de un 'major', va como anillo al dedo. García se ha comportado como tal, tanto en el campo como fuera de él.

La muestra más clara está en la cena de gala. Sergio García fue agasajado por los organizadores y por el circuito europeo, que le concedió la membresía honorífica, uno de los mayores méritos que reparten desde los rectores del golf continental. También el club Valderrama le concedió el título de socio de honor de uno de los campos más míticos de todo el continente. El que tuvo el honor de tener la primera Ryder fuera de las Islas Británicas.

Luiten se sube a las barbas

Que haya sido un fin de semana positivo, casi plácido, no quiere decir en absoluto que en el recorrido lo haya tenido fácil. Hasta los últimos hoyos tuvo que luchar y ver como su rival, Luiten, se le subía a las barbas con un interés claro de que no todo saliese como soñaban los organizadores. Es su trabajo también, la vida del golfista consiste con frecuencia en ser un aguafiestas.

En el hoyo 15, tras un 'birdie' del holandés, ambos marchaban empatados. Quedaban por lo tanto solo tres opciones y los dos las iban a luchar a cara de perro. Un 'bogey' de Luiten en el siguiente hoyo rebajaba algo la presión de García, pero era algo transitorio, porque un golpazo de salida en el 17 de su rival le dejaba opción de 'birdie' y, por lo tanto, de llegar al último hoyo con todo por hacer.

Claro que Sergio no quería verse en esa tesitura, así que optó por jugar largo. García lleva todo el fin de semana arriesgando, como si él supiese algo de Valderrama que el resto desconocen. Ese hoyo 17, además, es uno de sus favoritos del recorrido. Un par 5, bueno para su juego. Tres días, incluido este último, lo ha hecho en cuatro. Y es 'birdie' era decisivo para llegar al último hoyo con la mínima ventaja. Mínima, sí, pero suficiente, porque salvar el par le dio para ganar de nuevo en Andalucía.

Es la segunda vez que Sergio gana este torneo, también el tercero del año después de imponerse en Dubai y, por supuesto, de esa chaqueta verde que le ha hecho mirar la vida con otras perspectivas. El resumen de un año que suena bien mes a mes. El año de Sergio García.