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Sergio García, un idilio con Valderrama que sigue en el año que cambió su vida
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favorito para ganar el único torneo español

Sergio García, un idilio con Valderrama que sigue en el año que cambió su vida

El golfista español lidera el Masters de Andalucía a falta de una jornada. En este 2017 ha ganado un grande, se ha casado, será padre y ha cambiado de palos tras 15 años

Foto: Sergio García, en el Masters de Andalucía. (EFE)
Sergio García, en el Masters de Andalucía. (EFE)

Es el año de Sergio García, es evidente. Ganó el Masters de Augusta, la pieza clave de su carrera. Sergio ha sido siempre un buen jugador de golf, muy bueno incluso. Siempre entre los diez mejores de la clasificación mundial, muchos títulos ganados, el prestigio de la Ryder Cup o de muchísimos torneos logrados a lo largo de sus días como golfista. Pero claro, eso, sin un grande, era difícil de poner a todos de acuerdo. A veces el prestigio solo se gana entre los que realmente saben lo que cuesta llegar arriba y algo así le sucedía al castellonense. Aquellos más amantes del deporte en general que del golf le veían, invariablemente, como un jugador fallido. Como si su deporte se jugase solo cuatro fines de semana cada temporada.

Ganar Augusta fue, en todo caso, una de las mayores reivindicaciones de un deportista en este 2017. Los amantes del golf casi respiraron, no es plato de gusto ver a un grande, y Sergio lo es, sin un grande. Pasa un poco con otros como Colin Montgomerie o Lee Westwood, se pasan muchos años intentándolo, tienen el juego para conseguirlo y el aficionado al golf casi empuja para que así sea. Se convierte casi en una relación personal, no se quiere ver frustrado a quien tanto lucha cada semana en el circuito.

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GRA371. SAN ROQUE (CÁDIZ), 21 10 2017.- El español Sergio García (i) termina líder provisional con -8 en la tercera jornada, y saluda a su compañero de partida Scott Jamieson durante la tercera jornada del 'Andalucía Valderrama Masters-Fundación Sergio García', que se disputa hasta el domingo en el Real Club Valderrama de Sotogrande, en San Roque (Cádiz). EFE A.Carrasco Ragel

Liderando en Valderrama

Sergio también se ha casado este año y ha anunciado que dentro de unas semanas será padre por primera vez. Por si le quedaban pocas cosas de recordar en este 2017, que no es el caso, su vida personal ha tomado una estabilidad y una tranquilidad que le dibuja una sonrisa permanente en la cara. No siempre ha sido así, García ha tenido fases de su vida en las que parecía enfadado con el mundo, con el rostro serio y pocas ganas de relacionarse con el universo. Por eso no siempre ha sido querido, incluso comprendido, por muchos aficionados y analistas del deporte. El talento estaba ahí, pero en ocasiones no era un tipo del todo agradable.

Ahora, en Andalucía, en casa por lo tanto -aunque viva a caballo entre Suiza, Texas y Castellón- se le ve relajado. Feliz. Consciente de que la vida, más aún que siempre, le sonríe. Y está jugando de lujo. Casi siempre lo hace en casa, porque hay jugadores que se presionan en exceso y no se encuentran cómodos, prefieren estar en entornos menos favorables y en los que puedan pasar sin más. Pero no, Sergio en Valderrama es un jugador tremendo, conoce bien el campo y lo disfruta, encuentra las líneas perfectas.

Foto: Jon Rahm, con cara de circunstancias. (EFE)

Y eso se ve en el marcador, que le coloca con -8 en el torneo en la primera posición, por encima de Brooks y Luiten. Está siendo, sobre todo, regular. Ayer rebajó el par del día en tres golpes, hizo un excelente 68, en una vuelta sobra y que remarca el estado de forma de Sergio en este fin de semana. Pegando muy duro, arriesgando, sin miedo a un campo, Valderrama, que es para tenerlo.

Más cosas están cambiando en la carrera y la vida de Sergio García. En las últimas semanas se ha sabido que este será el último año que jugará con los palos de Taylormade. Su relación con la marca se ha extendido durante 15 años, así que no es exactamente un cambio menor. En un comunicado de hace dos semanas se hablaba de separación de mutuo acuerdo y se recordaba lo que ha sido una década y media de éxitos internacionales blandiendo esos palos.

La decisión tiene mucho que ver con un movimiento empresarial enorme de los últimos meses. Adidas, la marca que ha vestido a Sergio durante toda su carrera, que le ha escogido como uno de sus grandes iconos, ha vendido la firma de palos de golf a un fondo de capital de riesgo por 425 millones de dólares. Con esa ruptura era lógico pensar en un cambio, aunque solo sea porque García seguirá, sin lugar a dudas, con la marca de las tres bandas.

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GRA299. SAN ROQUE (CÁDIZ), 21 10 2017.- El español Sergio García lanzado una bola desde el hoyo 11 durante la tercera jornada del 'Andalucía Valderrama Masters-Fundación Sergio García', que se disputa hasta el domingo en el Real Club Valderrama de Sotogrande, en San Roque (Cádiz). EFE A.Carrasco Ragel

Buscando la bolsa perfecta

Las principales marcas deportivas tienen una relación de amor-odio con el golf. Es uno de los deportes más lucrativos que existen, mueve cientos de millones entre profesionales y, también, entre aficionados que pagan auténticas fortunas por tener una bolsa de palos completa y las mejores bolas posibles. Pero también es un mundo en el que hay ciertas marcas muy asentadas que hacen un trabajo enorme y que son difíciles de empujar para encontrar el espacio propio. Nike, con el ascenso de Tiger Woods, creó su propio material para este deporte, le puso horas y cariño al tema. Pero cuando el genio entró en ocaso la firma decidió que en el golf encontraba más penas que alegrías y, por eso, se marcharon por donde habían venido. Algo parecido hace Adidas, prefiere una desinversión, una buena venta, que seguir con esta preocupación.

Ahora Sergio está probando diferentes armas para la batalla. Se van a pelear por él, dinero no le va a faltar en el contrato porque Sergio, además, es uno de los golfistas más mediáticos del planeta. Desde que era 'El Niño' y saltaba por los campos siempre tuvo cierto magnetismo de la mejor escuela. Callaway aparece como favorita en principio, se le ha visto probar un 'putter' y un 'wedge'. Pero quedan muchas cosas más por probar, por ejemplo las bolas, que es clave. Tanto Tiger Woods como Rory McIlroy sufrieron por ellas cuando cambiaron de palos, porque no es solo tener una buena herramienta, es que esté en armonía con la bola. Él, por el momento, dice solo estar probando.

Foto: Garrido, Ballesteros, Jiménez y Olazabal en la Ryder del 97. (Getty Images y RC Valderrama)

Los palos son importantes, por supuesto. En los últimos meses ha estado también probando cosas con el 'putter' el golpe más sensible de todos y en el que a veces pierde un poco la buena línea. Ha cambiado el de pinza por uno que tiene un agarre más natural aunque el primero tenía, en principio, mejores resultados objetivos. Las sensaciones, sin embargo, le dicen a Sergio que no es así, que con el 'grip' regular tiene más confianza y se encuentra más cómodo. Pocos deportes viven más de eso, del tacto, que el golf.

Los otros cambios en la vida de Sergio están aparejados a su éxito reciente. En la cena de gala del Masters Andalucía Valderrama le dieron la membresía honoraria del circuito europeo. Es un reconocimiento a lo logrado en Augusta y le convierte en el tercer español en conseguir tal distinción que alcanza a 53 personas en total. Tiene 37 títulos, 13 en el circuito europeo y su desempeño en la Ryder le ha hecho siempre uno de los golfistas de referencia en el continente. "Es un honor extraordinario ver mi nombre junto al de Seve y José María en la lista de miembros honorarios del Tour Europeo, y se suma a todo lo bueno que me ha ocurrido este año tanto dentro como fuera del campo de golf", comentaba el castellonense al respecto.

García también recibió otro premio, el de miembro de honor del Club de golf Valderrama. La lista es aún más corta, pues solo siete personas tienen ese honor. Es lógico que sea él, pues siempre que va a San Roque, triunfa. Y este domingo lo intentará una vez más. Seguir el idilio y alargar un poco más la lista de éxitos en el mejor año de su vida.

Es el año de Sergio García, es evidente. Ganó el Masters de Augusta, la pieza clave de su carrera. Sergio ha sido siempre un buen jugador de golf, muy bueno incluso. Siempre entre los diez mejores de la clasificación mundial, muchos títulos ganados, el prestigio de la Ryder Cup o de muchísimos torneos logrados a lo largo de sus días como golfista. Pero claro, eso, sin un grande, era difícil de poner a todos de acuerdo. A veces el prestigio solo se gana entre los que realmente saben lo que cuesta llegar arriba y algo así le sucedía al castellonense. Aquellos más amantes del deporte en general que del golf le veían, invariablemente, como un jugador fallido. Como si su deporte se jugase solo cuatro fines de semana cada temporada.

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