¿Cuál es el origen exacto de los dolores de Tiger Woods?

¿De verdad Tiger no podía haber acabado su vuelta en el North course de Torrey Pines, hasta el punto de tener que abandonar una vez más por lesión a causa de unos espasmos en un glúteo?Tratemos de arrojar algo de luz a este morboso interrogante, sobre el que se ha puesto la lupa tanto en Estados Unidos como en el resto del planeta golf.

En primer lugar hay que ponerse en la piel de alguien que evidentemente viene sufriendo múltiples y variadas dolencias en los últimos años. Cualquier mal gesto, cualquier pequeño indicio de dolor, dispara las alarmas. Es normal, por tanto, que Tiger Woods se ponga en lo peor y busque una salida conservadora o preventiva. Pero es más que probable, si no seguro, que el meollo de la cuestión no sea tan simple…

Porque es un error muy común disociar las parcelas mental y física en un deportista de élite. Sin embargo, no es casualidad, por ejemplo,que las lesiones se multipliquen en equipos cuya dinámica de resultados es negativa. Expuesto de un modo llano: el estrés o la ansiedad pueden llegar a bloquear parcialmente la acción normal de los músculos e inmediatamente se multiplica el riesgo de pequeñas lesiones. Son estos los indescifrables círculos viciosos y nocivos del deporte de élite. Una dolencia física puede llegar a desestabilizar mi cabeza y ésta, a su vez, puede arruinar una excelente preparación física. La armonía siempre marca la diferencia.

La cabeza (o si lo preferimos así: la subjetividad y el equilibrio de las emociones) y el resto del cuerpo no funcionan en compartimentos estancos, sino que hay vasos comunicantes reales de ida y vuelta. Conexiones casi tangibles, podría decirse, según la experiencia de preparadores físicos, fisioterapeutas, osteópatas y médicos en general. Visto así, el morbo ante el enésimo abandono de Tiger Woods en una ronda de competición casi se diluye: no importa tanto si los espasmos resultaban incapacitantes, como resolver la ecuación verdaderamente importante: ¿cuál es el origen exacto de los dolores de Tiger?

El umbral del dolor de cada cual no se puede medir. No al menos de un modo exacto. Ni tampoco es el mismo en una persona de un modo estable y continuo. No olvidemos que este mismo jugador ganó precisamente en Torrey Pines un US Open arrastrando una tara física de grado muy superior a cualquiera de las que después ha sufrido. Su umbral de dolor, en aquel entonces, se situaba muy por encima de la información que el sistema nervioso le enviaba desde su maltrecha (casi destrozada) rodilla izquierda. Hoy, sin embargo, dicho nivel anda por los suelos, así que conviene no juzgar a la ligera.

El origen de los problemas de Tiger Woods no está en sus glúteos o en su espalda. Y desde este punto de vista, según entiendo yo, no cabe la censura ácida a su decisión de abandonar la ronda en el hoyo 11.

Otra cuestión sería ahondar en si este gran campeón ha encontrado de verdad el mejor camino hacia la anhelada armonía, porque en ocasiones, cuando uno lee o escucha las cosas que dice y cómo las dice, transmite una sospechosa sensación de andar huyendo hacia adelante...

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