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Bienvenidos al nuevo fútbol: más penaltis y goles en el descuento que nunca
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RÉCORD EN LA HISTORIA DE LOS MUNDIALES

Bienvenidos al nuevo fútbol: más penaltis y goles en el descuento que nunca

En la fase de grupos del Mundial de Rusia, el 16% de los goles se han marcado a partir del minuto 90. Es un hito histórico propiciado por las nuevas tecnologías

Foto: Granqvist anota su segundo gol de penalty contra México ayer (Reuters)
Granqvist anota su segundo gol de penalty contra México ayer (Reuters)

La final del Mundial 1990 fue la primera en decidirse por un penalti. Sucedió a seis minutos del final, en una internada de Völler en el área cortada por el central argentino Néstor Sensini. Codesal, el árbitro de la final, no dudó ni un momento en señalarlo, pese a que Maradona estuviera a punto de dejarle sordo a base de vocearle la oreja. Menos aún dudó Brehme a la hora de lanzarlo, colocándoselo a la derecha de Goycoechea, un portero de efímera gloria que había destacado en el campeonato precisamente atajando desde los once metros.

En los días posteriores, este hecho, unido a la preponderancia del juego defensivo en Italia, desató un profundo debate sobre el camino que estaba siguiendo el fútbol, en constante perjuicio del espectáculo. Todo aquello se zanjó con la introducción de una nueva regla, la de la cesión al portero, para evitar que los equipos perdiesen tiempo jugando hacia atrás.

Hoy esa final habría acabado de otra manera. De haber existido el VAR, Codesal habría visto que Sensini toca el balón y que Völler, reincorporado tras la sanción por escupir a Rijkaard en los octavos de final, se deja caer al notar el contacto. Con la llegada del videoarbitraje el fútbol ha cambiado: hay más penaltis y goles en el tiempo de descuento que nunca.

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En la primera fase, y a falta de que se juegue la última jornada, se han marcado 18 goles de penalti, cinco más que en Francia 98, que detenta el segundo puesto, y más del doble que la media, en torno a 8 o 9 en toda la fase de grupos. En este aspecto el VAR ha sido determinante, ya que la mayoría de los casos estudiados ha terminado en pena máxima, con raras excepciones como el piscinazo de Neymar contra Costa Rica, que el colegiado erróneamente indicó para después retractarse tras consultar la pantalla. Según una reciente investigación de 'The Economist', seis de estos goles no se habrían producido de no ser por la nueva tecnología, lo que pondría al Mundial de Rusia en la media de los pasados campeonatos. Además, continúa el semanario londinense, el VAR ha conseguido reducir en un 80% la tasas de errores arbitrales, lo cual convierte al fútbol en un deporte más serio donde todo lo que sucede en el terreno de juego tiene consecuencias.

No obstante, el VAR no es la panacea. Por el momento solo puede aplicarse en cuatro situaciones distintas: en los penalties, en las tarjetas, en los goles y para identificar a un determinado jugador. Quedan espacios grises, como pudo comprobarse en el gol de Iago Aspas que significó la clasificación de España como primera de grupo. Como bien señaló un usuario de Twitter, el córner que da paso al gol no debió pitarse, ya que Rodrigo no llegó a tiempo y el balón salió por la línea de fondo. Además, y contra el criterio del árbitro, los de Fernando Hierro sacaron desde la otra esquina, aprovechando el desconcierto generalizado. En esta jugada se recurrió al VAR, pero solo para verificar si existía fuera de juego.

Apurando hasta el final

Por otra parte, los constantes recursos a la repetición están generando que los partidos se alarguen más que en el pasado. En Rusia estamos viendo muchos encuentros en los que se descuentan entre seis y diez minutos por encuentro, casi el 10% del tiempo reglamentario. En consecuencia, también es el Mundial con más goles en el descuento, y, sobre todo, en los minutos finales de las segundas partes: nada menos que 19 se han anotado a partir del minuto 90 incluido, justo el doble que en Mundial de Brasil, que es el siguiente junto a Francia 98, primer torneo en el que los árbitros empezaron a señalar el descuento tal y como estamos acostumbrados a verlo. Eso eso, el 16% de todos los goles en Rusia han sido después del tiempo reglamentario.

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Como no podía ser de otra manera, este incremento de goles sobre la bocina ha disparado la emoción del campeonato hasta niveles nunca vistos. Ya forman parte del imaginario colectivo la falta de Kroos contra Suecia desde el costado del área, que finalmente sirvió para poco, el derechazo del zurdo Rojo contra Nigeria que casi mata al Pelusa o la remontada de Brasil contra Costa Rica, que llegó al 90 con 0-0 y terminó con goles de Coutinho en el 91 y de Neymar en el 97.

Pero jugársela en los minutos finales es también una tendencia cada vez más clara en los últimos Mundiales. La mejor preparación atlética de los futbolistas es un factor determinante para que en las fases de grupo de las últimas cuatro competiciones, dos de cada diez goles se hayan marcado en los últimos diez minutos de partido. El Mundial de Rusia está –siempre a falta de los partidos de este jueves– solo dos puntos por debajo del récord marcado en Alemania.

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La llegada del VAR, y no medidas como la cesión al portero, ha servido para disparar la emoción del Mundial hasta el infinito. No importa que las selecciones insistan en jugar con un solo delantero ni que guarden los muebles hasta la segunda parte: ahora se huele el peligro en cada llegada al área y hasta que pita el colegiado no se puede dar ningún partido por perdido. Ni por ganado.

La final del Mundial 1990 fue la primera en decidirse por un penalti. Sucedió a seis minutos del final, en una internada de Völler en el área cortada por el central argentino Néstor Sensini. Codesal, el árbitro de la final, no dudó ni un momento en señalarlo, pese a que Maradona estuviera a punto de dejarle sordo a base de vocearle la oreja. Menos aún dudó Brehme a la hora de lanzarlo, colocándoselo a la derecha de Goycoechea, un portero de efímera gloria que había destacado en el campeonato precisamente atajando desde los once metros.

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