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Brasil ha disfrutado con la humillación sufrida por la Selección en el Mundial
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ANTIDEPORTIVO COMPORTAMIENTO DE LA AFICIÓN

Brasil ha disfrutado con la humillación sufrida por la Selección en el Mundial

Parece que Brasil tenía miedo de España, que se tornó en animadversión cuando Diego Costa decidía jugar con la Roja, algo demostrado en este Mundial

Foto: La afición brasileña se cebó con la hinchada española desplazada al Mundial.
La afición brasileña se cebó con la hinchada española desplazada al Mundial.

Brasil tenía miedo de España. Aficionados, jugadores y técnicos querían la eliminación de la campeona del mundo. Era el enemigo público número uno. Lo demostraron en la Copa Confederaciones y ha dado la sensación de que la presencia de Diego Costa había convertido a la Roja en algo más que un rival deportivo, pasando a ser una cuestión de estado. Del primer al último día, Brasil y sus aficionados no se han comportado de manera deportiva, humillando y restregando las derrotas de España a los tranquilos seguidores de la Roja. Incluso con España ya eliminada.

En Salvador de Bahía, en el estreno mundialista, el estadio se tiñó de naranja y amarillo, pitando cualquier aparición de los españoles, haciendo especial énfasis en el delantero nacido en Lagarto y que se convirtió en el objetivo de todos. Fiesta y a lo grande de los aficionados locales. La 'manita' la sacaban a pasear sin respeto alguno. En el estadio y en cualquier lugar, en cuanto veían algo que asociaban a España, sonrisa y comentario.

Marcaná y Río de Janeiro ya demostraron hace un año que el que era uno de los símbolos del fútbol mundial -ahora convertido en un estadio más- iba a ser territorio enemigo para España. Ese día, la multitud era roja, pero su acento les delataba. Y por sí fueran poco los 40.000 chilenos que dieron calor y color al estadio, allí estaban los otros 40.000 brasileños que disfrutaron con la exhibición andina el hundimiento español.

Los 'olés' atronaban en un Maracaná que vivía una fiesta auténtica con los gritos de "eliminados" y las estrofas del "canta y no llores" que a coro cantaban los 80.000 enemigos de la Roja, y que señalaban a los 4.000 que lucían la estrella en el pecho. Incluso se vivieron momentos de tensión en la grada.

Lo peor llegó en Curitiba. España ya era una comparsa. Los educados australianos veían cómo otros que vestían de amarillo celebraban y festejaban cualquier acercamiento de sus jugadores al área de Reina. Los españoles habían desertado ante la ausencia de competición en el partido. Pues bien, a los pocos que había en el Baixada Arena, los machacaron e intentaron humillar desde el primer al último minuto.

España siempre ha respetado a la Brasil futbolística, de ahí que está animadversión, incluso con la Selección ya eliminada, haya sorprendido a jugadores, técnicos y federativos. Esta claro que Villar no tiene planeado un regreso de agradecimiento como sucedió con Sudáfrica por el trato recibido durante 2010. No merecen ni una postal.

Brasil tenía miedo de España. Aficionados, jugadores y técnicos querían la eliminación de la campeona del mundo. Era el enemigo público número uno. Lo demostraron en la Copa Confederaciones y ha dado la sensación de que la presencia de Diego Costa había convertido a la Roja en algo más que un rival deportivo, pasando a ser una cuestión de estado. Del primer al último día, Brasil y sus aficionados no se han comportado de manera deportiva, humillando y restregando las derrotas de España a los tranquilos seguidores de la Roja. Incluso con España ya eliminada.

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