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Un excelso Karim Benzema ilumina el prometedor destino de una letal Francia
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contundente triunfo ante Suiza (2-5)

Un excelso Karim Benzema ilumina el prometedor destino de una letal Francia

Karim marcó uno de los cinco goles de los galos a Suiza (2-5). Los 'bleus' acceden a octavos con un juego directo y vertical que augura un buen porvenir

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A diferencia de los problemas del pasado sábado en el choque ante Honduras, en el Arena Fonte Nova de Salvador de Bahía sí resonó con fuerza La Marsellesa. Sobre el verde, el tronío de su música se tradujo en un fútbol poderoso,incansable y sin dobleces, inabordable para la tímida Suiza. En dos minutos mágicos, los goles de Giroud y Matuidi aprovechaban los descuidos infantiles suizos y abrían el camino de un triunfo tan merecido como incontestable. Con Suiza resquebrajada, presa de sus propios errores, la pólvora de Francia machacó al contragolpe por medio de Valbuena, sentenciando el choque antes del descanso. Luego llegarían los tantos de Benzema, que aún en el primer acto se permitió la licencia de fallar un penalti, y Sissoko para calibrar de forma fiella distancia real entre ambos equipos. Sólo la dejadez francesa y el coraje de los helvéticos consiguieron maquillar el resultado con dos goles (Dzemaili y Xhaka) en los últimos diez minutos (2-5). Los ‘bleus’ certifican su pase a octavos con una solvencia y un juego que ninguna de las favoritas ha conseguido desplegar hasta el momento.Iluminados por el brillo de un excelsoBenzema, el futuro de Franciapromete emociones fuertes.

Didier Deschamps, reconocido amante del orden y la disciplina, propuso dos cambios respecto al equipo que barrió a Honduras en la primera jornada. Giroud y Sissoko fueron de la partida sustituyendo a Griezmann y Pogba. En Suiza, Hitzfeld confió ciegamente en Seferovic y Mehmedi, artífices de la agónica remontada ante Ecuador. Como un aviso del meneo que estaba por llegar, el choque arrancaba con una patada involuntaria de Olivier Giroud sobre el central Von Bergen. Aturdido y con un corte profundo en el párpado, el central abandonaba el terreno de juego con uno de los miembros del equipo médico suizo tratando de frenar la hemorragia. La imprevista ausencia de uno de sus baluartes en el eje de la zaja supuso un contratiempo que paralizó a una Suiza disminuida.

En apenas dos minutos, el panorama se oscureció para un conjunto del que no se esperaba caer con tanto estrépito. Valbuena botaba un centro desde la esquina derecha que Giroud cabeceaba con elegancia y jeraquía. Sin tiempo para lamentarse, Behrami regalaba a Benzema un pase preciso al recibir la pelota desde la medular. Como un relámpago, el Benzema más voraz e incisivo no perdonó y se asoció con criterio con Matuidi. Tras controlar y plantarse en el corazón del área, el centrocampista del PSG conectó un disparo seco al palo corto, pillando a contrapié a un Benaglio más pendiente de recuperar el medio desu portería.Pese a la diferencia que gobernaba el marcador, los se abrieron sin remedio, apostando por dificultar la salida de balón de los jugones que lucen en el ataque galo. Camino de la primera media hora de encuentro, Suiza encontró su oportunidad en una contra dirigida por Xhaka. Su disparo lejano lo despejó Lloris a la izquierda donde Shaquiri esperaba con el rifle desenfocado.

Pero de nuevo la inconsistencia y los fallos incomprensibles acabaron con Suiza. Lichtsteiner, hombre poco acostumbrado a figurar en banda, dejó huérfana su banda izquierda. En la enésima incursión en el área, Benzema, sacando petróleo en cada embestida por el carril zurdo, aguantó con cautela y se aprovechó de la inocencia del rival. Djourou, tierno y blando, pecó y prefirió meter la pierna en lugar de esperar con quietud. Penalti absurdo que el inspirado Benzema marró vilmente. Tembloroso y carente de decisión, Karimlanzó abajo pero centrado, provocando que en una estirada sin demasiada exigencia Benaglio repeliera el esférico hacia el centro del área. Con todo a su favor, Valbuena no pudo castigar un nuevo error suizo y su remate con el interior acabó estrellándose en el travesaño. El fallo parecía dar alas al alicaído conjunto alpino. Suiza creció como equipo y se apoderaba del control en tres cuartos. Tras un nuevo choque con Lichtsteiner, Giroud quería desmarcarse de las acusaciones de asesino en serie que se cernían sobre su persona. Las contras se sucedían y en cada carrera de los galos se mascaba la tragedia.

Y a la contra mató Francia. De un corner en campo francés nació la puntilla. Tres toques bastaron para que Giroud condujera y sirviera en bandeja el balón a Valbuena ante la desesperación Benaglio. Pim, pam, pum. Una oda al fútbol de contragolpe. Entre los ‘olés’ de la grada, con Suiza deambulando desconcertada sobre el verde, sin un rumbo fijo, el cerco a la meta no veía su fin. Como había hecho durante todo el choque, Benzema, animador y principal referencia ‘bleu’, conducía y galopaba con alegría, surtiendo de balones a sus compañeros en la delantera. En su papel de segunda punta, el delantero galo disfuta como un enano con terreno por delante y escorado a la banda. En la última de la primera parte, Benaglio despejaba con apuros una volea de Valbuena a pase de Benzema. Para alivio helvético, llegaba el descanso. Una tregua al avasallador juego francés que el cuadro de Ottmar Hitzfeld pedía a gritos.

Al regreso de la caseta, los suizos trataron de convertir en fútbol los alaridos del veterano técnico alemánen el descanso. El pasional entrenador alemán abandonará los banquillos tras el Mundial y a estas alturas de su vida no está para según qué cosas. Suiza quiso encomendarse al orgullo y la entidad de la cita para maquillar su triste primera parte. Francia, disciplinada y ordenada, no tenía prisa y esperaba su momento con los ojos inyectados en sangre.Y es que el hambre de este equipo demostró no tener fin. Benzema encontró recompensa a su entrega en forma de gol. Con la inestimable ayuda de un Senderos en penumbra, el punta francés pinchó un pase en diagonal de Pogba, recién ingresado en el campo en sustitución de Giroud. Seis minutos después, con Suiza inmersa en la depresión más profunda, Benzema abrió a la derecha desde el centro donde Sissoko llegó como un tren de mercancías para batir por quinta vez la meta de Suiza. Francia era dueña y señora de un partido que murió muy joven.

Benzema, el mismo jugador que estuvo un año sin marcar con el equipo del gallo, ha dado un paso al frente y, con la confianza plena de su técnico,se ha convertido en el abanderado de un fútbol vertical y sin recovecos que promete dar muchas alegrías en el torneo. En medio del festival galo, Dzemaili encontró la complicidad de Benzema primero, al elevarse en la barrera, y de Lloris después, incapaz de llegar a un balón factible, para convertir una falta rasa desde más allá de 30 metros. Seis minutos después, Xhaka volvió a fusilar a placer la autocomplacencia gala. Una generosa honra que sabe a muy poco. Sobre la bocina, el holandés Bjorn Kuipers se disculpó con Benzema tras birlarle el que hubiera sido el sexto. ‘Suficiente por hoy’, debió pensar el trencilla tulipán. La única mala noticia llegó con la retirada por molestias musculares de Shako, debutante en el centro de la zaga junto a Varane. Un mal menor en medio de una soberana lección futbolística.

Ficha técnica:

Suiza: Benaglio; Lichtsteiner, Djourou, Senderos, Ricardo Rodríguez; Verami (Blerim Dzemaili, m.46), Inler; Shaqiri, Xhaka, Mehmedi; y Seferovic (Drmic, m.69).

Francia: Lloris; Debuchy, Varane, Koscielny (Sakho, m.65), Evra; Sissoko, Cabaye, Matuidi; Valbuena, Giroud (Pogba, m.63) y Benzema.

Goles: 0-1, m.17: Giroud. 0-2, m.18: Matuidi. 0-3, m.40: Valbuena, 0-4, m.67: Benzema. 0-5, m.73: Sissoko. 1-5, m.81: Dzemaili, de libre directo. 2-5, m.87: Xhaka.

Árbitro: el holandés Bjorn Cuipers amonestó a Cabaye, quien se perderá por acumulación de tarjetas amarillas el próximo partido contra Ecuador.

Incidencias: partido de la segunda jornada del grupo E.

Estadio: Arena Fonte Nova, de Salvador.

A diferencia de los problemas del pasado sábado en el choque ante Honduras, en el Arena Fonte Nova de Salvador de Bahía sí resonó con fuerza La Marsellesa. Sobre el verde, el tronío de su música se tradujo en un fútbol poderoso,incansable y sin dobleces, inabordable para la tímida Suiza. En dos minutos mágicos, los goles de Giroud y Matuidi aprovechaban los descuidos infantiles suizos y abrían el camino de un triunfo tan merecido como incontestable. Con Suiza resquebrajada, presa de sus propios errores, la pólvora de Francia machacó al contragolpe por medio de Valbuena, sentenciando el choque antes del descanso. Luego llegarían los tantos de Benzema, que aún en el primer acto se permitió la licencia de fallar un penalti, y Sissoko para calibrar de forma fiella distancia real entre ambos equipos. Sólo la dejadez francesa y el coraje de los helvéticos consiguieron maquillar el resultado con dos goles (Dzemaili y Xhaka) en los últimos diez minutos (2-5). Los ‘bleus’ certifican su pase a octavos con una solvencia y un juego que ninguna de las favoritas ha conseguido desplegar hasta el momento.Iluminados por el brillo de un excelsoBenzema, el futuro de Franciapromete emociones fuertes.

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