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Müller ejerce de Cristiano en un rodillo alemán marcado por la expulsión de Pepe
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'Hat-trick' del alemán

Müller ejerce de Cristiano en un rodillo alemán marcado por la expulsión de Pepe

Portugal comenzó muy bien, cerrando los espacios a los alemanes, pero un penalti riguroso y la expulsión del madridista facilitaron el hat-trick del alemán (4-0)

Foto: Müller continuó su magnífica relación con los Mundiales al anotar un doblete (Reuters).
Müller continuó su magnífica relación con los Mundiales al anotar un doblete (Reuters).

Thomas Müller no va a llenar minutos y minutos de vídeos de YouTube, no tiene una técnica deslumbrante y jamás parecerá que baila un vals con el balón. Pero el canterano del Bayern hace todo bien, todo, sin excepción. No es un ‘9’, pero ejerce como tal de cara a gol. Es capaz de jugar sobradamente de mediapunta o extremo, de enganche o segundo delantero y todo lo hace bien. Es la imagen viva del fútbol puro, sin parafernalia, los destellos de un balompié con aroma a clásico inmortal. Jugó su primer partido en Brasil y ya es máximo goleador del torneo. Sus tres goles llenarán portadas, pero poco se hablará de su trabajo, del pase en profundidad para Schürrle que originó una clarísima ocasión de Götze. Se esperaba que fuera el partido de Cristiano Ronaldo, pero fue el de Thomas Müller, y con letras mayúsculas.

Cualquiera que se hubiese conectado tarde para ver el partidazo de la jornada entre Alemania y Portugal, podría pensar que los germanos han avasallado a los lusos de principio a fin. Tendrán razón sólo si eliminamos la palabra principio de esa frase, porque fue precisamente en el inicio del choque cuando Alemania sufrió. Sí, ha goleado a Portugal, pero en los primeros diez minutos los de Joachim Löw no estuvieron ni un poco a gusto. La característica ya no tan novedosa de jugar el balón desde atrás de los alemanes no pudo llevarse a cabo por la enorme presión portuguesa a la salida de pelota.

Cuatro de rojo ocupaban todos los espacios posibles entre Neuer y el centro del campo. El arquero del Bayern, acostumbrado ya en su club y en su selección a tocar la pelota con los pies para no rifarla, tenía que optar por esto último al no encontrar alternativas efectivas de pase. Philipp Lahm, siempre tan seguro de sí mismo y de lo que le rodea, estaba muy incómodo y encerrado en la maraña creada entre Veloso, Meireles y Moutinho, lo que provocó que perdiera varios balones. Y si Lahm no está cómodo, Alemania es complicado que esté cómoda.

Tanta es la repercusión de Pep Guardiola en Alemania que hasta una decisión suya como fue colocar a Lahm como pivote creativo se ha exportado a la Mannschaft y ello ha obligado a Löw a jugar contra dos extremos tan potentes como Cristiano y Nani con cuatro centrales en la defensa, siendo Jérôme Boateng y Benedikt Höwedes los encargados de ocupar las bandas. El capitán del Schalke 04 ha jugado varias veces en la izquierda, como por ejemplo en el 1-6 del Real Madrid en la ida de los octavos de Champions League. De hecho, fue Nani en la derecha el que más peligro creó en el primer tiempo, mientras que Boateng controló con excesiva tranquilidad a Cristiano Ronaldo, absolutamente intrascendente.

Pero en el Mundial de los errores arbitrales, por ahora Portugal se lleva la palma. Dos decisiones de peso muy cuestionables hundieron las aspiraciones lusas desde muy pronto. Sin casi quererlo ni buscarlo, Alemania se encontró con el primer gol. Recibió Götze una pelota filtrada y JoãoPereira le cerraba el espacio, pero el del Bayern, tan hábil y resbaladizo, se iba y Joao pareció agarrarlo y Mario cayó al suelo. Mirolad Mazic, el árbitro serbio, no dudó en señalarlo. Lo cierto es que el agarrón es muy liviano y parece que Götze se va al suelo por pura inercia. Pero el penalti se pitó y Müller siguió su romance con los Mundiales anotando el primerode sus goles.

Fue el momento en el que murió Portugal y toda su resistencia. La frescura con la que inició el partido no volvió a aparecer. Vieron cómo su esfuerzo inicial no sólo no les servía para conseguir algo provechoso y cómo a las primeras de cambio estaban ya debajo en el resultado. Además, le fueron sucediendo cosas que no estaban en el guion y que fueron minando cada vez más una moral en decadencia evidente. Primero se lesionó Hugo Almeida (que por el nivel mostrado hasta ese minuto 27, podía ser hasta una buena noticia) y en los siguientes diez minutos recibieron el segundo y Pepe fue expulsado.

Fueron los instantes más negros de Pepe en Portugal y no hay peor escenario para ello que el debut en el Mundial. Hummels le ganó clarísimamente en el salto para anotar el 2-0. Dos jugadores que son portentosos en el juego aéreo, pero en esta ocasión la potencia desatada del jugador del Dortmund venció al madridista. Y tan sólo cinco minutos después, Müller acabó en el suelo por un manotazo de Pepe al proteger la posesión de la pelota, pero el árbitro no sancionó nada. Pepe le recriminó acercando su cabeza a la del alemán y fue entonces cuando Mazic le mostró la roja. El manotazo, si acaso falta, no es ni de largo una agresión sancionable y mucho menos el supuesto cabezazo. Con dos goles de desventaja y con un jugador menos, nada iba a hacer después Portugal. Además, al poco de empezar el segundo tiempo, Fábio Coentrão se lesionó los abductores de su pierna derecha y tuvo que ser sustituido.

Después, uno sabía que tenía el partido ganado y otro que no tenía opciones ni de empatar y el ritmo, por consiguiente, decayó de forma notable. La cualidad más definible del Bayern de Guardiola es su capacidad para dormir partidos en los que tiene ventaja para descansar mediante la posesión de la pelota y, por consiguiente, esa estrategia se trasladó también a Alemania. No iban a arriesgar la posesión a no ser que el propio juego pausado generase espacios. Y, como el rival tenía uno menos, los generó. De todas, sólo Müller pudo aprovechar sus ocasiones. Los dos, de depredador de área, algo que nadie pondría como etiqueta para el que lleva el mismo número que su tocayo de apellido Gerd. La tuvo Özil, la tuvo Götze, la tuvo Khedira… pero fue la tarde de Müller.

Ficha técnica:

4. Alemania: Neuer; Mertesacker, Hummels (Mustafi, m.73), Boateng, Höwedes; Lahm, Khedira; Kroos, Özil (Schürrle, m.63) y Götze; y Müller (Podoslki, m.82).

Seleccionador: Joachim Löw.

0, Portugal: Rui Patrício; JoãoPereira, Pepe, Bruno Alves, Fábio Coentrão (André Almeida, m.65); Miguel Veloso (Ricardo Costa, m.46), Raúl Meireles, Moutinho; Nani, Hugo Almeida (Éder, m.27) y Cristiano Ronaldo.

Seleccionador: Paulo Bento.

Goles: 1-0, m.12: Müller, de penalti. 2-0, m.32: Hummels. 3-0, m.45: Müller. 4-0, m.78: Müller.

Arbitro: Milorad Mazic (Serbia). Expulsó con roja directa a Pepe (m.37) y amonestó a JoãoPereira.

Incidencias: partido de la primera jornada del grupo G disputado en el estadio Arena Fonte Nova, de Salvador, ante 51.081 espectadores.

Thomas Müller no va a llenar minutos y minutos de vídeos de YouTube, no tiene una técnica deslumbrante y jamás parecerá que baila un vals con el balón. Pero el canterano del Bayern hace todo bien, todo, sin excepción. No es un ‘9’, pero ejerce como tal de cara a gol. Es capaz de jugar sobradamente de mediapunta o extremo, de enganche o segundo delantero y todo lo hace bien. Es la imagen viva del fútbol puro, sin parafernalia, los destellos de un balompié con aroma a clásico inmortal. Jugó su primer partido en Brasil y ya es máximo goleador del torneo. Sus tres goles llenarán portadas, pero poco se hablará de su trabajo, del pase en profundidad para Schürrle que originó una clarísima ocasión de Götze. Se esperaba que fuera el partido de Cristiano Ronaldo, pero fue el de Thomas Müller, y con letras mayúsculas.

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