Brasil arranca con un portero viejo mientras su gran promesa sufre en la cárcel

Ha llegado la hora de la verdad y sólo queda tiempo para dar los retoques de última hora. Brasil es, a partir de este jueves y más que nunca, el país del fútbol mundial durante un mes. Scolari y sus hombres son conscientes de la presión a la que estarán sometidos desde que el balón comienza a rodar esta noche frente a Croacia (22:00 – Telecinco). En su segundo Mundial como anfitrión, el objetivo está claro: levantar el título que les daría la gloria por sexta vez en la historia. Y para conseguirlo, el margen de error es apenas inexistente. No hay sitio para las dudas ni para las grietas aunque Nico Kovac, seleccionador croata, afirma que la defensa de Brasil tiene agujeros. Es en este escenario donde aparece el nombre de Julio César (34) y el de Bruno Fernandes (30): la veteranía de la portería brasileña y la promesa que consume sus días en la cárcel.

Sea cual sea la alineación titular que Scolari haya diseñado para jugar contra Croacia en el Arena Corinthians de Sao Paulo, las dudas nunca han rodeado la portería. El seleccionador brasileño tiene claro que Julio César es su hombre y poco le importa que desde el pasado febrero juegue en el Toronto FC, equipo de la MLS norteamericana al que llegó desde Inglaterra. El guardameta brasileño formó parte de las filas del Queens Park Rangers, pero después de que el club de Loftus Road perdiese la categoría, el banquillo se convirtió en el lugar habitual de un Julio César que vivió sus mejores años en el Inter de Milán, de donde salió después de una serie de problemas con la directiva. El paso de los años y el nivel de exigencia de sus últimos clubes han provocado un bajón que no parece influir en la decisión de Scolari.

Mientras Jefferson, portero del Botafogo, espera un turno que no parece llegar nunca, la gran promesa de la portería brasileña se pudre en la cárcel. Bruno Fernandes, capitán y guardián de las redes del Flamengo, tenía todo a su favor para convertirse en el guardameta titular de Brasil en el Mundial que arranca hoy. Desde que sustituyó a Diego, portero titular que perdió el puesto tras una lesión, empezó a deslumbrar con sus actuaciones bajo palos siendo un valor seguro cuando se enfrentaba a las penas máximas y convirtiéndose en goleador hasta en cuatro ocasiones. Su calidad traspasó fronteras y se llegó a especular con un salto a Europa, pero el Flamengo echó el cerrojo a su portería ignorando lo que sucedería dos años después de renovar a su portero estrella.

El éxito le abrió las puertas de una vida desordenada en la que no faltaba de nada. Como consecuencia, en 2010, se supo que había engañado a su esposa con Elizia Samudio y de aquella infidelidad nació el pequeño Bruno. El portero del Flamengo engañó a su amante con promesas que no llegó a cumplir ya que sus planes eran otros: contrató a uno de sus amigos de la infancia, ‘Macarrón’, para que se deshiciera de Elizia. Dicho y hecho. Acompañado del primo de Bruno, secuestraron a la amante del guardameta y dejaron que ‘Nenem’, un expolicía convertido en sicario, hiciera el trabajo sucio: supuestamente, no sólo acabó con la vida de Elizia sino que la descuartizó y con ella, alimentó a sus perros. Una escabrosa historia que acabó con Bruno cumpliendo una condena de 22 años de cárcel tras ser acusado de haber sido el autor intelectual del asesinato.

La portería vuelve a ser uno de los focos de atención de la selección brasileña… 64 años después. En el recuerdo de Brasil sigue intacto el amargo sabor que dejó el ‘Maracanazo’. En 1950, el anfitrión era el máximo favorito para levantar un título que acabó siendo para Uruguay después de que ésta derrotase (2-1) a Brasil en la final. La derrota, en Maracaná y ante 200.000 espectadores, fue un trago difícil de digerir. Tanto que los aficionados sintieron la necesidad de buscar un culpable y señalaron a Barbosa, el portero brasileño. A pesar de haber sido nombrado el mejor guardameta del torneo, su país le acusó de ser la causa del doloroso ‘Maracanazo’. Tanto que el propio Barbosa llegó a declarar: “La pena máxima en Brasil por un delito son treinta años, pero yo he cumplido condena durante toda mi vida por lo que hice”.

Sea como sea, Scolari no quiere saber qué sintieron sus compatriotas en 1950 y por ello ha llevado a cabo una concienzuda preparación, diseñada al milímetro, con el único objetivo de conquistar el título. El equipo brasileño llega a su Mundial con una racha de nueve victorias consecutivas y un grupo de gran calidad en todas sus líneas y muy compenetrado. Juegan casi sin alteraciones en su composición desde la temporada pasada en la que se hicieron con la Copa Confederaciones. La receta de Scolari para repetir el triunfo del año pasado será jugar con las líneas compactadas y con mucha intensidad para abrumar a su rival encomendándose en ataque a las genialidades de Neymar, la principal referencia de su selección, la potencia de Hulk o la habilidad de Oscar.

Alineaciones probables

Brasil: Julio César; Daniel Alves, Thiago Silva, David Luiz, Marcelo; Luiz Gustavo, Paulinho, Oscar; Hulk, Fred y Neymar. Seleccionador: Luiz Felipe Scolari.

Croacia: Pletikosa; Srna, Corluka, Lovren, Vrsaljko; Brozovic, Rakitic, Modric, Kovacic, Perisic; y Olic. Seleccionador: Niko Kovac.

Árbitro: el japonés Yuichi Nishimura, auxiliado por sus compatriotas Toshiyuki Nagi y Toru Sagara.

Hora: 22:00 (Hora de España)

Estadio: Arena Corinthians, de Sao Paulo.