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Dembélé, otro negocio ruinoso del Barça: cómo gastarse 500 millones... e ingresar menos de 90
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VENDIDO POR 'SOLO' 50 'KILOS'

Dembélé, otro negocio ruinoso del Barça: cómo gastarse 500 millones... e ingresar menos de 90

El jugador francés, que llegó hace seis temporadas a la entidad azulgrana, se marcha por la puerta de atrás, sin llegar a ofrecer el rendimiento esperado y sin hacer caja para el club

Foto: Dembélé celebra un gol con el Barcelona. (EFE/Siu Wu)
Dembélé celebra un gol con el Barcelona. (EFE/Siu Wu)

Ousmane Dembélé ya es historia en el Barcelona. El futbolista francés, que llegó al conjunto azulgrana en el verano de 2017 con la intención de convertirse en un jugador que marcara una época, se marcha por la puerta de atrás... y dejando más dudas que ingresos. El PSG se ha hecho con sus servicios por 50 millones -aunque 25 son para el jugador- tras ejecutar el requerimiento del fichaje antes del 1 de agosto, una letra pequeña que había en la cláusula del francés que dejaba su precio a la mitad. Y vuelve a ser un duro golpe para un Barcelona que, una vez más, ve cómo uno de los fichajes más caros de su historia se marcha con más pena que gloria.

Con solo 20 años, Dembélé comenzó a demostrar que lo tenía todo para ser un jugador determinante en el Borussia de Dortmund. Rápido, desequilibrante, potente, descarado, con mucho gol y, sobre todo, ambidextro, el extremo francés demostraba ser un dolor de cabeza para las defensas rivales. Después de haber firmado un gran año en el Stade Rennais, el equipo entrenador por Thomas Tuchel no dudó en firmar a un Dembélé que era determinante. Aquella temporada, en la que compartió equipo con Marc Bartra o Mikel Merino, entre otros, firmó 10 goles y dio 21 asistencias. El Barça no quería que se le escapara.

Foto: Dembélé ya es nuevo jugador del PSG. (EFE/Siu Wu)

Así, solo unos meses más tarde, la entidad culé desembolsaba 145 millones para hacerse con el fichaje de un jugador que estaba llamado a marcar una época. Pero si aterrizaje en el Barcelona no fue nada sencillo: no solo le costó acostumbrarse al estilo de juego y al fútbol azulgrana, sino que las lesiones se convirtieron en parte inherente a su naturaleza. Una tras otra, acumulaba dolencias físicas constantes que le impedían coger ritmo y, cuando empezaba a coger vuelo, otra vez aparecía un problema. Una rueda constante de la que Dembélé era incapaz de salir temporada tras temporada.

En esos seis cursos deportivos, Dembélé ha vivido un calvario con las lesiones que le han impedido poder tener continuidad sobre el césped. Los números asustan por sí solos: ha sufrido un total de 17 lesiones diferentes, que le han supuesto un total de 794 días de baja y que le han hecho perderse 119 partidos. Y si a todos estos problemas le sumamos el alto coste que supuso y el dinero que deja, la reflexión es clara: un ruinoso negocio para el Barça. Llegó por 145 millones, se marcha dejando solo 25 kilos en las arcas azulgranas y aportando tres Ligas, dos Copas del Rey y dos Supercopas de España como gris bagaje en su estancia como culé.

El problema no radica en una mala operación, que todos los clubes han tenido, sino que, en menos de un lustro, el Barça acumula cuatro grandes fracasos. Cuatro de los fichajes más caros de la historia del club no solo no triunfaron con la camiseta azulgrana y se marcharon por la puerta de atrás, sino que sus ventas fueron ridículas comparadas con el gasto que supusieron. Hablamos del citado Dembélé, además de otros nombres como Philippe Coutinho, Antoine Griezmann y Miralem Pjanic, cuatro jugadores que costaron un total de 500 millones a las arcas culés y que fueron clavos en el ataúd económico del equipo.

En el mercado de invierno de la 2017-18, el Barcelona realizaba el fichaje más caro de su historia, pagando 160 millones al Liverpool para hacerse con los servicios de Coutinho. Solo estuvo seis temporadas como culé, en las que jugó 105 partidos, anotando 25 goles y dando 14 asistencias. No logró encajar en el equipo, lo que le valió para ser cedido varias veces a Bayern de Múnich y Aston Villa, club que finalmente se hizo con sus servicios por 20 millones -amén de los 8,5 que pagó el club bávaro por su cesión, donde será recordado por el doblete que le hizo al Barça en el famoso 2 a 8 de Champions-.

placeholder Dembélé y Xavi se saludan en un partido. (EFE/Alejandro García)
Dembélé y Xavi se saludan en un partido. (EFE/Alejandro García)

Un curso después, en la 2018-19, el Barcelona soltaba 120 millones al Atlético de Madrid para fichar a Antoine Griezmann. El francés llegaba como uno de los mejores jugadores de la Liga, pero no logró sentirse cómodo en el conjunto azulgrana. Tanto que, solo dos cursos después, regresaba cedido al conjunto rojiblanco, club por el que volvió a fichar la pasada temporada. Los del Metropolitano pagaron 10 millones por la cesión y otros 20 para cerrar de nuevo el fichaje, en otra operación de dudoso éxito para un Barcelona que volvió a pagar un precio muy alto, y vender barato, por un jugador que no llegó a brillar.

Al curso siguiente, el conjunto azulgrana fichó a Miralem Pjanic, procedente de la Juventus, por 60 millones. Tan solo jugó 30 partidos en dos temporadas y no aportó ni goles ni asistencias esa temporada. Una cesión al Besiktas y su posterior salida como agente libre al Sharjah de Emiratos Árabes acabó con el jugador fuera del Camp Nou. O, dicho de otra manera, los 500 millones que el Barça pagó por Coutinho, Dembélé, Griezmann y Pjanic se convirtieron en 83,5 en ventas por los cuatro. Un póker de negocios ruinosos que se ha cerrado con la salida de Dembélé al PSG, el último negocio de dudoso éxito del Barcelona.

Ousmane Dembélé ya es historia en el Barcelona. El futbolista francés, que llegó al conjunto azulgrana en el verano de 2017 con la intención de convertirse en un jugador que marcara una época, se marcha por la puerta de atrás... y dejando más dudas que ingresos. El PSG se ha hecho con sus servicios por 50 millones -aunque 25 son para el jugador- tras ejecutar el requerimiento del fichaje antes del 1 de agosto, una letra pequeña que había en la cláusula del francés que dejaba su precio a la mitad. Y vuelve a ser un duro golpe para un Barcelona que, una vez más, ve cómo uno de los fichajes más caros de su historia se marcha con más pena que gloria.

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