Joselu, el niño al que hizo feliz Cristiano Ronaldo y que celebró en París como un madridista más

Ya se ha desvelado uno de los grandes culebrones del verano. El Real Madrid presentó a Joselu Mato como nuevo futbolista blanco, un delantero que regresa a la casa blanca ya consolidado como goleador y que llega en calidad de cedido para suplir la ausencia goleadora que dejan, especialmente, las salidas de Karim Benzema y Marco Asensio. Y la clave oculta, que estaba en ver qué dorsal vestiría, ya ha quedado resuelta: llevará el '14'.

Si el Madrid le ofrecía el '9', quedaba muy claro que el club no tenía intención de hacer un gran desembolso por otro killer, léase Kylian Mbappé. Si, por el contrario, vestía el otro dorsal disponible, el '14', todas las especulaciones quedaban en el aire, pues se antojaba difícil no ver un 'nueve' en el Madrid. Por último, si lucía un número más allá del '24' o aparecía sin un dorsal asignado, se confirmaría que quedan abiertas todas las puertas. Ahora, queda claro que el equipo no está cerrado.

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Rubén Rodríguez

Sea como fuera, lo cierto es que Joselu vuelve al Real Madrid por la puerta grande tras salir del club blanco en el verano de 2012. Más de una década después, a sus 32 años, el equipo de Carlo Ancelotti vuelve a apostar por el gallego para reforzar su delantera, después de que la pasada temporada se convirtiera en el tercer máximo goleador del campeonato español con 16 goles. El niño al que hizo feliz Cristiano Ronaldo vuelve a casa como una pieza pesada del ataque. "Llevar el escudo del Real Madrid en el pecho es el orgullo más grande que un jugador puede tener", afirmaba en su presentación como jugador blanco.

Nacido en Stuttgart (Alemania), donde se encontraba trabajando su familia, regresó a Vigo con cuatro años. Sus primeros pasos deportivos los dio en la SD Silleda para, con 18 años, convertirse en canterano del Celta. Solo un año después, el Real Madrid pagaba 1,5 millones para hacerse con sus servicios, incorporándole en el Castilla. No necesitó demasiado para demostrar que era un goleador con un futuro impresionante y pronto se convirtió en pieza básica.

Un debut ilusionante

En su primer año, formando dupla atacante con Álvaro Morata, Joselu fue el máximo goleador del equipo, con 14 tantos; una temporada más tarde, era fundamental en el ascenso del filial blanco a Segunda. Tuvo escasas oportunidades en el primer equipo, pero no defraudó: solo jugó ocho minutos en Liga, ante el Almería, y catorce en Copa del Rey, ante la Ponferradina. Pues bien, el delantero dejó su sello indeleble con un gol en cada uno de los partidos.

Pero aquel primer gol con el Madrid sería inolvidable: Joselu entró al campo en el minuto 82 y solo tardó cinco en anotar su primer gol. Tras hacer un gran desmarque al segundo palo, Cristiano Ronaldo le puso un balón perfecto que el canterano empalmó de primeras para anotar el 8 a 1 definitivo. Joselu salió corriendo a abrazar con fuerza al portugués, quien con una gran sonrisa le devolvió el gesto al jugador. Un abrazo que no olvidaría en toda su vida.

Sin embargo, a partir de ahí, se tuvo que buscar la vida fuera del Madrid. Sin oportunidades en el primer equipo, el Castilla se le quedaba pequeño, y comenzó su peregrinaje por Europa: Hoffenheim, Eintrach, Hannover, Stoke City, Deportivo de la Coruña y Newcastle fueron sus destinos, hasta encontrar acomodo en el Alavés. Llegó a Vitoria en 2019 y solo necesitó tres temporadas para convertirse en un ídolo y en el máximo goleador histórico de la entidad en Primera, con 36 goles.

Tras el descenso del Alavés y justo antes de fichar por el Espanyol, Joselu viajó a París. El Real Madrid se jugaba la Champions ante el Liverpool y el delantero se dejó ver con la camiseta del conjunto blanco. No solo existía un vínculo personal, sino que existía otro emocional, pues Dani Carvajal y él son cuñados. Unas semanas más tarde, se confirmaba su fichaje por el Espanyol donde, a pesar de la mala temporada perica, Joselu firmó uno de los mejores cursos de su carrera.

Su enorme temporada le ha servido para ser indiscutible con la Selección española y para regresar al Real Madrid, donde ahora lo hace como pieza importante del ataque blanco. El niño que abrazó a Cristiano vuelve a su casa una década más tarde con la intención de convertirse en una referencia atacante. A la espera de ver qué pasa con Mbappé, de momento el gallego ya sabe que tiene la misión de marcar para el equipo cuya camiseta llevó hace menos de un año como un aficionado más.