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La frustración del Real Madrid: falla un penalti y dice adiós al liderato contra Osasuna (1-1)
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Gran imagen de los rojillos

La frustración del Real Madrid: falla un penalti y dice adiós al liderato contra Osasuna (1-1)

El Santiago Bernabéu vivió una noche gris de fútbol en la que el Madrid cedió sus primeros dos puntos de la temporada, así como el liderato, al empatar con el Barcelona

Foto: Benzema, tras fallar el penalti. (EFE/Chema Moya)
Benzema, tras fallar el penalti. (EFE/Chema Moya)

Noche de reencuentros en el Santiago Bernabéu después del parón de selecciones. Osasuna llegaba en buena forma al reino merengue y prometía un partido trampa. Y así lo fue. Jagoba Arrasate dio una clase maestra de saber manejar un encuentro y puso contra las cuerdas a Carlo Ancelotti. El Real Madrid acabó desesperado, superado por momentos y falló un penalti en los últimos minutos para ceder el invicto (de victorias) en liga y el liderato por el 1-1 definitivo. Kike García hizo el gol de los rojillos y Vinícius firmó el del Madrid en un centro envenenado. Benzema provocó la expulsión de David García a diez minutos del final y mandó la pena máxima al larguero en un regreso frustrado para el capitán merengue. Real Madrid y FC Barcelona empatan a 19 puntos, pero el gol 'average' sitúa a los de Xavi Hernández como primeros de la clasificación por primera vez en la temporada.

El Real Madrid comenzó dominante, impregnado de esa sensación de superioridad que Carlo Ancelotti había conseguido dar a su equipo en esta temporada. A veces con brillantez, a veces con oficio, esta vez tocó la segunda opción. Dani Ceballos recibió un guiño por parte del técnico italiano después de las buenas palabras de las últimas ruedas de prensa: el andaluz comenzó de titular como sustituto de Luka Modric, uno de los soldados caídos por el virus FIFA. El regreso de Karim Benzema, recuperado de su lesión, demostró que el francés solo va a descansar cuando sea estrictamente necesario. Buenos minutos iniciales ofreció el capitán madridista, ofreciéndose en todo momento. De sus botas salió la primera jugada de peligro para los locales, con un mal despeje de Sergio Herrera que casi permitió el gol de Tchouaméni. En esos primeros compases de partido, el vértigo lo puso (una vez más) Vinícius Junior, desatado desde el costado izquierdo.

Jagoba Arrasate dejó claro cuáles eran sus pautas para lograr puntuar y dar el susto en el Santiago Bernabéu: orden, contras y nada de nervios. Y poco a poco se cumplió su libreta. Osasuna esperaba su momento, con la novedad de Abde, blaugrana cedido, en el once titular. De las botas del extremo llegó la mejor oportunidad para los 'rojillos', quien superó con calidad a la defensa madridista, pero al que le faltó templanza para resolver mejor una jugada que acabó en disparo desviado. El líder de LaLiga respondió con un cabezazo de Mendy a centro de Dani Carvajal, cada día es más peligroso con sus centros laterales, para no dejarse intimidar.

Foto: El delantero polaco fue el autor del único tanto del encuentro. (Reuters/Vincent West)

El partido se interrumpió por un incidente en la grada, donde un aficionado sufrió un problema médico que quedó en un susto, a juzgar por la rapidez con la que Cuadra Fernández puso en juego el balón. Poco antes, Nacho Vidal había desperdiciado una gran ocasión dentro del área defendida por Lunin, en una volea que se marchó fuera y que merecía más calma. Aumentó el nivel Osasuna, espoleados por un Abde efervescente. La pizarra de Arrasete encerró las ideas del Madrid, incomodísimo en el segundo tramo de la primera mitad. Solo encontró destellos vía Vinícius por la izquierda, a quien, por cierto, se le vieron detalles de estar al límite en su relación con los árbitros y con los rivales. Una ansiedad permanente en forzar la falta y en protestar, que no se ajustaba al buen nivel que estaba ofreciendo a su estadio. Eso sí es un problema y no cómo celebra un gol. El brasileño le puso a Benzema un centro con el exterior digno que el francés se encargó de convertir en una (casi) obra de arte con un remate acrobático que se marchó por centímetros.

Con los dedos juntos, al más puro estilo italiano, Ancelotti pedía a los suyos una reacción. Esta llegó de manera casi absurda. Vinícius colgó un balón con rosquita buscando la entrada de Benzema, el francés no llega a rematar, Sergio Herrero se confía, da un paso a un lado... y la pelota acaba dentro de la portería. Hubo chequeo de VAR, Rudiger estaba en posición irreglamentaria y trató de golpear la pelota. ¿El problema? El alemán se quedó a casi dos metros de impactar con la bola, algo que Cuadra Fernández no vio suficiente motivo como para pitar fuera de juego posicional. Era una jugada gris. Gol y el Madrid por delante cuando peor estaba jugando. No fue la mejor jugada de Vinícius, pero merecía el tanto. Pequeño comentario para el debate absurdo del momento, si es que le interesa a alguien: sí, Vinícius bailó para celebrar su gol.

placeholder Vinícius, el mejor jugador del Real Madrid en el partido. (Reuters/Isabel Infantes)
Vinícius, el mejor jugador del Real Madrid en el partido. (Reuters/Isabel Infantes)

Si la inyección de moral de un gol al filo del descanso podía resucitar a un Madrid que estaba dejando mala imagen en el Bernabéu, el inicio de la segunda mitad no fue muy esperanzador. Osasuna volvió a asumir riesgos, a jugar valiente, a intentar dominar al equipo de Ancelotti en casa. Y tuvo premio. Unai García puso un centro lateral y Kike García hizo un remate de película, peinando hacia atrás, superando la marca de Rudiger y marcando por la escuadra. A Lunin se le quedó cara de circunstancia, y era normal, ningún portero habría parado esa pelota. Olió sangre Osasuna y apretó, provocando nerviosismo en el Bernabéu que veía peligrar el empate. Aceptó el guante Ancelotti y puso sobre el césped a Camavinga y a Valverde, sustituyendo a Ceballos (gris) y a Tchouaméni (cumplidor).

Las sustituciones permitieron respirar al Madrid, que hizo frente a la falta de espacios de Osasuna amenazando desde lejos con un lanzador como Camavinga, de potente disparo a larga distancia, al igual que Valverde. El francés puso un caño de los que hacen jalear al Bernabéu. Él y Vinícius pusieron las intenciones. Marco Asensio también tuvo su oportunidad, saliendo por la derecha —sustituyendo a Kroos— y optando por un 4-4-2 para los minutos finales. De las botas de Camavinga salió la jugada clave del partido. El mediocentro puso un balón con nieve a Benzema, control exquisito del delantero, que se fue al suelo al recibir un empujón de David García cuando se disponía a marcar. El árbitro primero dijo que no había nada. Acto seguido fue al VAR y, en apenas dos tomas, vio que se había equivocado. Penalti y expulsión. De libro. Benzema asumió la responsabilidad en su regreso... y la mandó al larguero.

placeholder El penalti de David García a Benzema. (EFE/Chema Moya)
El penalti de David García a Benzema. (EFE/Chema Moya)

El francés marcaría minutos después de una jugada repleta de rebotes, anulado inmediatamente. Las líneas del videoarbitraje confirmaron que existía fuera de juego. Tenía el Madrid diez minutos por delante, y un hombre más en el césped, para retener el liderato y el invicto. Puso toda la carne en el asador Ancelotti, dando minutos a Mariano (y no a Hazard), dejando fuera a Carvajal y poniendo defensa de tres. Con cinco delanteros acabó el partido el Real Madrid. Un cabezazo de Mariano y otro de Benzema estuvieron a puntos de obrar el milagro (de casi siempre). Esta noche no tocaba. Adiós a la racha de victorias consecutivas para Ancelotti. Adiós al liderato. Un empate duro, pero no dramático para el Madrid.

Noche de homenajes y de nervios por Courtois

Antes del inicio del partido, Amancio Amaro, nuevo presidente del honor del Real Madrid, salió al terreno de juego acompañado por Benzema, ejerciendo de capitán, para hacer el saque de honor. Federico Valverde, al que Ancelotti decidió dar descanso tras el desgaste del parón internacional, recibió por su parte el premio a mejor jugador de septiembre de toda LaLiga. Noche de festejos solo empañada por las tristes noticias llegadas desde Indonesia, donde el fútbol mostró su peor imagen, y por lo que el estadio guardó un minuto de silencio.

placeholder Benzema y Amancio, abrazados. (Reuters/Isabel Infantes)
Benzema y Amancio, abrazados. (Reuters/Isabel Infantes)

La noche tomó la capital con cierto nerviosismo para los madridistas. Thibaut Courtois, el gran estandarte de la portería blanca, era baja de última hora. "Tras las pruebas realizadas a nuestro jugador, Thibaut Courtois, por los servicios médicos del Real Madrid, se le ha diagnosticado una ciatalgia izquierda", aseguró la entidad madridista en un escueto —y habitual— comunicado, que no estimó tiempo de baja y catalogó el estado del guardameta como "pendiente de evolución". No se deslizó demasiada inseguridad desde los servicios médicos, pero con el terrorífico calendario que le espera a los pupilos de Ancelotti durante el próximo mes, con partidos cada tres días, hasta un resfriado es preocupante si lo sufre el mejor portero del mundo.

Noche de reencuentros en el Santiago Bernabéu después del parón de selecciones. Osasuna llegaba en buena forma al reino merengue y prometía un partido trampa. Y así lo fue. Jagoba Arrasate dio una clase maestra de saber manejar un encuentro y puso contra las cuerdas a Carlo Ancelotti. El Real Madrid acabó desesperado, superado por momentos y falló un penalti en los últimos minutos para ceder el invicto (de victorias) en liga y el liderato por el 1-1 definitivo. Kike García hizo el gol de los rojillos y Vinícius firmó el del Madrid en un centro envenenado. Benzema provocó la expulsión de David García a diez minutos del final y mandó la pena máxima al larguero en un regreso frustrado para el capitán merengue. Real Madrid y FC Barcelona empatan a 19 puntos, pero el gol 'average' sitúa a los de Xavi Hernández como primeros de la clasificación por primera vez en la temporada.

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