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Los fichajes fantasma que desea Míchel y desbarata el jeque del Málaga
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Los fichajes fantasma que desea Míchel y desbarata el jeque del Málaga

El director deportivo, Francesc Arnau, y el técnico tenían casi cerrado a Javi García, pero Al-Thani le tachó por mayor y caro. Ahora el dueño busca fichajes sin preguntar a los técnicos

Foto: Michel, en la primera jornada de Liga. (EFE)
Michel, en la primera jornada de Liga. (EFE)

El mercado de fichajes produce ansiedad. Lo sabe cualquier aficionado, que se pasa el día haciendo cábalas, pensando dónde podrá ir el dinero que llegó de aquel traspaso y cuál puede ser la ganga que termine convirtiéndose en crack para la salvación, la UEFA, la Champions o el título, dependiendo de cuál sea el objetivo del club del aficionado. Esta tensión no deja de ser ocio, los entrenadores, que también la tienen, no pueden disfrutar del tema a secas. No es un proceso lúdico, es casi de vida o muerte.

Míchel llegó al Málaga en el último tramo de la pasada temporada. El equipo llevaba una mala racha y coqueteaba con el descenso, posiciones de las que, en principio, debían mantenerse alejados por la calidad de su plantilla. Tomó los mandos, estabilizó al equipo y consiguió holgadamente la permanencia en Primera. Se ganó, por lo tanto, el derecho a un año más en el banquillo. Lo que probablemente nadie le contó era el sufrimiento que iba a padecer en verano.

Se dio por hecho desde muy pronto que Sandro, el joven delantero que se estaba convirtiendo en estrella, no iba a durar mucho. Su cláusula de seis millones de euros era una ganga en un mercado desbocado, iba a tener buenas ofertas tanto deportivas como económicas que el club de la Costa del Sol no podría igualar en todo caso. El destino final fue el Everton, aunque por el camino se llegase a dar por hecho que el Atlético sería su destino final.

Foto: En la imagen, Pizarro durante el Istanbul Basaksehir-Sevilla. (Reuters)

Perder al delantero centro era solo el principio del drama. Pasaron los días y la plantilla malaguista siguió perdiendo efectivos. Primero Camacho, el mediocentro sobre el que se había cimentado el equipo en las últimas temporadas, que se escapó al Wolfsburgo. Unos días después, y por sorpresa, el canterano Fornals pagaba su cláusula de rescisión y se marchaba al Villarreal. Tres de los pilares del equipo se evaporaban de golpe.

Tampoco es extraño que a los equipos pequeños les desmantelen el equipo de repente. Los directores deportivos tienen que lidiar con esa coyuntura todas las temporadas, la necesidad de repensar un equipo desde una base menor. El Málaga, de todos modos, es un caso algo extraño en todo esto. Hoy es un club más, de mitad de la tabla, pero no hace tanto gastaba dinero como el que más. Todo fue cosa de un jeque, Al-Thani, que cubrió de dinero al club cuando lo compró. Ese mismo hombre es el que cortó el grifo y el que sigue siendo propietario, aunque el maná que fue se haya escapado y ahora, en no pocas ocasiones, sea más un incordio que una solución. Y eso bien pueden preguntárselo a Michel.

La incontinencia tuitera del jefe

Sufre el jeque de incontinencia tuitera, un mal de la actualidad que no siempre ayuda a que las cosas salgan bien. Y no se corta mucho en utilizar su cuenta, una curiosa mezcla entre árabe y un inglés un poco macarrónico, para hablar de los movimientos y, si es preciso, desautorizar a su entrenador o a su director deportivo, Francesc Arnau.

Fue el caso de Javi García, que vestirá este año la camiseta del Betis pero estuvo cerca de recalar en el Málaga. Le gustaba a Michel, que lo conocía de la cantera del Madrid. Arnau fue cercando su posición, un futbolista con recorrido y buen físico, un muy buen recambio para Camacho. El entrenador lo daba caso por hecho: "No sé el dinero que hay pero necesitamos refuerzos. En cuanto se apriete el botón por Javi García va a estar aquí. He hablado con él y sé lo que piensa. El jugador estaría encantado de venir mañana mismo, pero no se de finanzas".

placeholder Arnau, Al-Thani y Míchel. (EFE)
Arnau, Al-Thani y Míchel. (EFE)

Entonces llegó Al-Thani y desbarató lo hecho. "Con todo mi respeto hacia el jugador, Javi García no es nuestro objetivo. No somos tontos para pagar un salario de dos millones por un jugador de 30 años. Por favor, cerrad esa puerta", expresó el mandatario que, en paralelo, empezó a negociar personalmente con jugadores argentinos para esa posición sin consultarlo con Arnau, que en principio debería ser quien llevase las riendas de estas cosas. El jeque, días después, puso otro tuit diciendo que Michel le había pedido perdón por medio de su hija, que no debería de haber pedido ese refuerzo concreto. El caso es que Rolón, que parecía el hombre elegido, tampoco es probable que llegue. El jeque ha descartado su propia negociación.

Michel, que sigue esperando refuerzos, no ha estallado del todo pero no parece muy lejano a eso. En los micrófonos de la COPE le preguntaban por los fichajes y él respondía: "Yo creo mucho en los Reyes Magos, pero esperemos que lleguen antes del 6 de enero". Una y otra vez era preguntado por la curiosa manera que tiene le jeque de gestionar la empresa.

Fichajes que no llegan

"Yo con el que hablo y con el que debatimos sobre la situación del equipo es con Francesc Arnau, que es mi jefe. Con el propietario no tengo una relación directa. Sé de todos los movimientos del mercado y de todas las situaciones que se producen porque me informa Arnau y yo doy mi opinión. Nuestro plan era reconstruir el equipo con el dinero de Sandro buscando soluciones de clase media y creo que lo conseguimos, pero los movimientos de Camacho y Fornals nos han trastocado los planes porque la idea era mantener a los dos y buscar un delantero. Seguimos en esa búsqueda", diserta el exmadridista, tratando de obviar una presencia como la del dueño. Porque tan cierto es que buscan soluciones como que no fraguarán si al jeque no le gustan. No es teoría, es algo que ya ha pasado.

Michel se muerde la lengua, aunque a nadie se le pasa por la cabeza que la gracia tuitera de Al-Thani para él no lo es tanto. En su voz hay cierto resquemor, aunque las palabras no lo expresen así. "Me cabree o me guste, yo no lo puedo evitar. No soy de los que contestan en Twitter. Son situaciones que no puedo manejar. Yo manejo al equipo. No puedo poner como excusa que no hayan venido algunos jugadores y si no vienen habrá que cambiar los objetivos", relata el técnico.

Foto: Vitolo será jugador del UD Las Palmas hasta enero. (EFE)

Su consuelo, más que ver la luz al final del túnel, está en la costumbre. Lleva años ya en los banquillo y nunca ha estado en clubes en los que no hubiese preocupaciones. "Nunca he tenido la suerte de ir a un equipo donde me pueda gastar dinero, ya fuera el Olympiacos, el Getafe... Siempre hay que vender para construir y es lo que pasa aquí", contempla resignado.

Que entienda la situación, aunque sea por repetición, no quiere decir que la ansiedad no esté presente. Es entrenador, tiene unos objetivos por cumplir. "Hemos tenido que reconstruirnos en algunas situaciones que habíamos previsto. También ha habido otras que no habíamos previsto. Desde el 3 de julio que se marchó Camacho y desde el 10 o el 12 de julio que se marchó Fornals el equipo es prácticamente el mismo. Estamos buscando soluciones, pero parece ser que no las encontramos. Me puede venir mejor o peor pero tengo que trabajar con lo que tengo, que no es poco", termina en lo que califica como "un verano muy duro". Quedan solo ocho días para que se cierre el telón. Michel busca jugadores, pero la situación es más difícil con tantas voces, y tan dispares, opinando sobre el tema.

El mercado de fichajes produce ansiedad. Lo sabe cualquier aficionado, que se pasa el día haciendo cábalas, pensando dónde podrá ir el dinero que llegó de aquel traspaso y cuál puede ser la ganga que termine convirtiéndose en crack para la salvación, la UEFA, la Champions o el título, dependiendo de cuál sea el objetivo del club del aficionado. Esta tensión no deja de ser ocio, los entrenadores, que también la tienen, no pueden disfrutar del tema a secas. No es un proceso lúdico, es casi de vida o muerte.

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