Lo que esconde Pizarro, otro chollo que caza el Sevilla... y sin el sello de Monchi
Mediocentro que lo mismo juega de portero como lanza penaltis, es un viejo sueño de Berizzo para su ambicioso Sevilla. El argentino Pizarro se postula como una de las sensaciones del nuevo curso
Guido Pizarro (27) ha jugado de todo: es un medio centro que puede hacer un gol regateando a la luna, diez minutos más tarde se puede poner las calzas de portero y atajar un tiro libre con olor a veneno, para luego lanzar el decisivo penalti que dio el campeonato a su equipo. Pizarro es un 'tigre' que sonríe y la toca estilo Gardel, un bandoneón que sabe a linimento y apunta muy alto con la camiseta del Sevilla. Llegó a Nervión y Pizarro ha dicho que aspira a todo. Un equipo tan europeísta como el Sevilla le brinda el escenario. Que se ponga las botas 'El Conde'.
El 8 de julio de este verano lo tiene grabado a fuego Guido Pizarro. Con todos los papeles arreglados para jugar en el Sevilla (club que lo compró por 5,3 millones de euros), los hinchas de Tigres, club con el que disputó las cuatro últimas temporadas, logró la Copa MX y el último Apertura, además de proclamarse sub campeón de la Libertadores, coparon el aeropuerto internacional de Monterrey (llamado también General Mariano Escobedo) para despedir con rancheras a alguien que se dejó la piel y el pelo por los Tigres.
Formado en la cantera de Lanús, Guido Pizarro siempre tuvo fama de callado y cabezón. Además de un profesional intachable. El Laucha Acosta, ex compañero en Lanús y ex sevillista, dijo sobre él a 'ABC': “Conozco a Guido desde que era muy pequeño. Es un jugador increíble. Muy, muy bueno. Y mejor profesional. No conozco a un jugador tan profesional como Pizarro. Es bárbaro lo que se cuida”.
Gen competitivo
Los ojeadores de la Fiorentina pescaron al talento de los del Viaducto (así llaman a Lanús) por algo más de un millón y medio de euros. Pero en Florencia se topó con la burocracia: Guido Pizarro no tenía los papeles en regla para actuar como italiano y tuvo que agarrar las maletas y volver a su tierra. En pleno vuelo llegó la oferta de Tigres y tanto Lanús como el jugador no se lo pensaron dos veces.
El 'Toto' Berizzo y su cuerpo técnico tenían apuntada la matrícula de Pizarro desde hace tiempo. La pasada temporada, siendo entrenador del Celta, Berizzo contactó con Guido y éste, tras agradecer el gesto, descartó el ofrecimiento. Ya en el Sevilla, el técnico argentino volvió a insistir y Pizarro no pudo negarse.
El entrenador del Sevilla conoce las magníficas prestaciones que ofrece este futbolista, un tipo dotado de una cabeza para diseñar jugadas a grandes revoluciones, con un pie derecho capaz de dibujar paredes de ensueño y descerrajar obuses. Un tipo al que llaman 'El Conde' por su planta y su elegancia en el trato con la pelota, alguien con hambre de triunfos que lleva en la sangre un gen competitivo muy en la onda de los sevillistas.
Cuenta para la selección de Sampaoli
Tan competitivo que hace un año debutó con la selección argentina del Patón Bauzá, y ha vuelto a ser llamado por Jorge Sampaoli, el nuevo DT de la albiceleste. Sampaoli quiere contar con las prestaciones de este todoterreno, que abarca mucho campo y puede jugar, indistintamente, en varias demarcaciones. Con Guido Pizarro, Éver Banega y Steven NZonzi (si éste finalmente no se marcha), el Sevilla va a disponer de un centro de campo demoledor, de fuerza y talento, que hará de la sala de máquinas sevillista una de las más potentes de LaLiga.
Guido Pizarro (27) ha jugado de todo: es un medio centro que puede hacer un gol regateando a la luna, diez minutos más tarde se puede poner las calzas de portero y atajar un tiro libre con olor a veneno, para luego lanzar el decisivo penalti que dio el campeonato a su equipo. Pizarro es un 'tigre' que sonríe y la toca estilo Gardel, un bandoneón que sabe a linimento y apunta muy alto con la camiseta del Sevilla. Llegó a Nervión y Pizarro ha dicho que aspira a todo. Un equipo tan europeísta como el Sevilla le brinda el escenario. Que se ponga las botas 'El Conde'.
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