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Isco y Morata hacen que al Real Madrid le funcionen las alternativas
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gol del canterano y gran regreso de bale

Isco y Morata hacen que al Real Madrid le funcionen las alternativas

En un mes pleno de compromisos determinantes, Zidane tiró de rotaciones para refrescar a la plantilla y el resultado no pudo ser más positivo: victoria sin desgaste y vuelta triunfal de Bale

Foto: Morata anotó el 1-0 a pase de Isco (Cordon Press).
Morata anotó el 1-0 a pase de Isco (Cordon Press).

La viabilidad del Madrid está en juego en estos días. Jugar tantos partidos de manera consecutiva bajo la presión acumulada durante meses y la que aún reposa sobre sus hombros convierte cada encuentro en una prueba, y visto lo visto en estas últimas semanas, la personalidad del equipo blanco se tambaleaba y había necesidad de calzarla para que al final la mesa no se viniese abajo. Al final, no hay mejor forma de asentarse de nuevo que ganando, y eso es lo que está haciendo el equipo que dirige Zidane. De manera más o menos brillante, pero ahí está una vez más, arriba en la clasificación, destacado líder y con un pie en cuartos de Champions. Y en días como hoy, se permite hasta el lujo de jugar con algunos de los que no suelen jugar... y aun así ganar con solvencia.

Foto: James, durante el partido contra el Nápoles (EFE) Opinión
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A Quique Flores el Bernabéu le trae buenos recuerdos. Ahí fue campeón de Liga. Pero la verdad es que como entrenador seguramente preferiría jugar ante el Bayern Múnich en el Allianz o el Chelsea en el Bridge, no es su rival predilecto. Volvió a perder, y bien perdido. Con todas las de la ley. Esa sombra negra que estuvo en Chamartín dicen que era el Espanyol tan en forma que aspira consciente a entrar en competición europea. Ambición ésta que apenas se vio reflejada en el campo durante los primeros veinte minutos, más por su determinación en la presión y en la colocación defensiva que por la ambición sobre la portería de un excolega como Casilla.

Y eso que el once de Zidane era, pese a la calidad evidente de sus componentes, el típico equipo con visos de partirse en dos y ser inconstante en la creación de juego. Sin su ancla, Casemiro, el Madrid pasó sus peores momentos de la temporada, cuando empató cuatro encuentros consecutivamente, dando evidentes muestras de sentirse superado en el medio. Y en ese rato inicial de excelente disposición perica, algo de aquello volvió a percibirse. Kroos y Kovacic, las herramientas de construcción elegidas por Zizou, se veían atrapados entre la línea de seis centrocampistas (incluyendo a Gerard Moreno, un 'falso 9' de manual) y la salida blanca recaía sobre Pepe y Varane, posiblemente dos de los centrales mundialmente más capacitados para ello, pero que, claro, su aportación no es comparable a la de sus compañeros centrocampistas.

En ese entramado defensivo a priori excelente que montó Quique, hubo un factor externo que no fue contemplado o, si lo fue, no pudo ser controlado en plenitud. Ese factor era Isco Alarcón. Otra vez, una vez más, fue el jugador más determinante del Madrid. A este al que han querido echar tantas veces del equipo, que dicen que no juega y que cuando lo hace no aporta. Cambió el partido en Pamplona y también ante el Espanyol. Es un faro que guía el camino del Madrid. Dio las dos asistencias de los goles y repartió el juego con el criterio de una mente privilegiada. Y quizá sea él el que más fastidiado esté con el regreso de Bale.

Eso, metido en materia, le da igual. Cuando ve un pase claro, lo da. Y si se percata de que el galés está iniciando una carrera desbocada hacia el campo contrario, se la da en ventaja para que la culmine de esa forma tan personal que tiene el chico de Cardiff. Casi 90 días han pasado desde que Bale se lesionase en Lisboa. Y ahora, cuando quedan pocos meses de temporada, retorna al equipo y lo hace dejando claro que está igual que como se fue, esto es, hambriento, deseoso de echarse el equipo a la espalda porque asume que es su responsabilidad. Le costó quince minutos lanzarse hacia el marco contrario, pero cuando lo hizo era imparable. Reza el madridismo para que su mal fario no vuelva.

Los blancos se vuelven a encontrar bien. Todos. Hasta Cristiano se ha dado cuenta de que a veces hay que levantar la cabeza, otear el horizonte y pasarla a un amigo en vez de intentar disparar desde cualquier punto del campo. Incluso le salió uno de esos regates que hacía años que ho realizaba: una elástica de belleza griega que dejó a David López avergonzado con las piernas abiertas. No marcó Cristiano, porque no es lo principal. Si puede, marca, obvio, pero si no, la pasa. Nunca es tarde para aprender esa máxima.

Foto: Bale y Morata celebran un gol (Cordon Press)

Seamos claros, si a alguien le 'molesta' especialmente la vuelta de Bale a los terrenos de juego es a Morata. Al canterano se le cierra un poco más la puerta de la titularidad, la cual no ha tenido prácticamente en estos casi tres meses sin el extremo británico. Jugarán Benzema, Lucas, James, Asensio y él. Todos por un puesto o dos. Los minutos se repartirán, como advirtió Zidane. Y no queda otra que aprovecharlos. Morata lo hizo. Como casi siempre. Anota cada 98 minutos de juego, un promedio excelente para un delantero sin continuidad. Precisamente lo que más necesita un atacante es jugar con regularidad, pero Morata es inmune a esto. Ya lo era en la Juventus, donde nunca fue indiscutible, pero donde siempre que jugaba, marcaba. Y eso es lo que le garantiza a Zidane: minutos de calidad cuando se los ofrezcan.

Ficha técnica

2.- Real Madrid: Casilla; Carvajal, Pepe, Varane, Nacho (Marcelo, min. 81); Kroos, Kovacic (Casemiro, min. 61), Isco; Lucas, Morata (Bale, min. 71) y Cristiano.

0.- Espanyol: Diego López; Diego Reyes, Duarte, David López, Aarón; Javi Fuego, Diop, Jurado (Álvaro, min. 82), Piatti, Reyes (Hernán Pérez, min. 46) y Gerard Moreno.

Goles: 1-0, min. 33: Morata; 2-0, min. 83: Bale.

Árbitro: Undiano Mallenco (Comité Navarro). Mostró cartulina amarilla a Gerard Moreno (min.28), Javi Fuego (min. 53), Diop (min. 68) y Aaron (min. 88) por parte del Espanyol y a Kovacic (min. 41), Isco (min. 48) y Casemiro (min. 83) por parte del Real Madrid.

Incidencias: partido correspondiente a la vigésima tercera jornada de LaLiga Santander, disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante 75.606 espectadores.

La viabilidad del Madrid está en juego en estos días. Jugar tantos partidos de manera consecutiva bajo la presión acumulada durante meses y la que aún reposa sobre sus hombros convierte cada encuentro en una prueba, y visto lo visto en estas últimas semanas, la personalidad del equipo blanco se tambaleaba y había necesidad de calzarla para que al final la mesa no se viniese abajo. Al final, no hay mejor forma de asentarse de nuevo que ganando, y eso es lo que está haciendo el equipo que dirige Zidane. De manera más o menos brillante, pero ahí está una vez más, arriba en la clasificación, destacado líder y con un pie en cuartos de Champions. Y en días como hoy, se permite hasta el lujo de jugar con algunos de los que no suelen jugar... y aun así ganar con solvencia.

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