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Betis y Sevilla abandonan el lado oscuro de la fuerza para convertir el derbi en una fiesta
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HABRÁ TRES DERBIS EN UN MES

Betis y Sevilla abandonan el lado oscuro de la fuerza para convertir el derbi en una fiesta

El derbi hispalense vuelve este sábado al Villamarín (20:30 | Canal+ Partidazo), tras un curso sin disputarse por el descenso del Betis y lo hace convertido en una fiesta del fútbol tras años oscuros

Foto: Betis y Sevilla en un derbi de la temporada 2011/2012 (Reuters).
Betis y Sevilla en un derbi de la temporada 2011/2012 (Reuters).

Cuentan los acordes de la canción que “Sevilla tiene un color especial”, algo mucho más palpable en la ciudad hispalense cuando hay derbi como ocurre este sábado (20:30 | Canal Plus Partidazo). Béticos y sevillistas vuelven a enfrentarse después de una temporada sin verse las caras debido al vagar del conjunto verdiblanco por Segunda. De vuelta en la máxima categoría del fútbol español, se recupera un encuentro que muchos califican, sin complejo alguno, como el partido del año. Lo cierto es que, desde siempre, así ha sido en Sevilla; la ciudad respira un ambiente de fiesta único, mucho más desde que dejaron atrás los años en los que la competencia era tal que el fútbol quedaban en segundo plano. Ahora la rivalidad existe, por supuesto, pero reina el buen rollo porque Betis y Sevilla supieron abandonar el lado oscuro de la fuerza a tiempo.

En la ciudad del Guadalquivir, el derbi es un partido que se vive antes, durante y después. Incluso no sería atrevido asegurar que el encuentro se juega desde que se cruzan en la primera vuelta hasta que lo hacen en la segunda. En los días previos al choque, los aficionados han pugnado por lograr una entrada que les permita vivir el choque desde dentro y han sido testigos de los eventos conjuntos que han protagonizado ambos clubes: desde actos en colegios hasta el arroz con langostinos y la fideua que Emery y Mel cocinaron junto al periodista Carlos Herrera. En las jornadas que vendrán después de este sábado, béticos y sevillistas asumen que uno de los bandos tendrá que armarse de paciencia para aguantar la sorna y la guasa del rival que se ha llevado la victoria… si es que no firman las tablas.

Sea como sea, la atmósfera que se dibujará esta noche en el Benito Villamarín nada tiene que ver con lo vivido en la ciudad hispalense hace algunos años. Hubo un tiempo en el que el derbi sevillano vivió sumido en el lado oscuro acumulando capítulos cargados de surrealismo. En beneficio del fútbol, lejos quedan los partidos en los que el interés estaba más en lo que sucedía en el palco que en el juego que se desplegaba sobre el césped. En el olvido están las épocas de insultos, mal comportamiento de las aficiones o bustos que sustituían a los presidentes. A nadie se le escapa que Betis y Sevilla vivieron una realidad complicada que no beneficiaba a nadie y dejaba una imagen bochornosa.

Las revoluciones del derbi han bajado gracias, en parte, a la ausencia de Lopera. El que fuera máximo mandatario del Betis era especialista en avivar un fuego que ardía por sí mismo y, como muestra, un botón: la historia de ambos clubes aún recuerda el enfrentamiento que mantuvo con Cuervas -expresidente del Sevilla, que estuvo al frente del equipo nueve años y vivió el descenso a 2ªB por no presentar unos avales requeridos-. En una cena con carácter solidario que tuvo lugar antes de un derbi, el bético calificó como “borracho” al sevillista y éste le respondió llamándole “maricón”. El intercambio de insultos -con la Delegada del Gobierno en Andalucía en medio del fuego cruzado- derivó en una discusión sobre quién toleraba mejor el alcohol durante las horas laborales.

La salida de Lopera no ha sido la única clave de la actualidad hermandad que existe entre ambos clubes. Por desgracia, la tragedia crea lazos de unión y tanto Sevilla como Betis lo han vivido en primera persona. En agosto de 2007, fallecía Antonio Puerta y el club verdiblanco compartió y fue partícipe del dolor que golpeó a sus vecinos de Nervión. Un gesto que sirvió de bálsamo para la relación que entonces mantenían. Cinco años después, en junio de 2012, fue el Betis el golpeado con la pérdida de Miki Roqué; el Sevilla respondió y estuvo a la altura del apoyo recibido en su momento. Esa misma línea siguió Emery cuando, este viernes, twitteó un vídeo con las camisetas de los dos jugadores y lo acompañó de esta consigna: “Hay jugadores, hay capitanes... y luego están los mitos. Juguemos por ellos. ¡Vamos, Sevilla FC!”.

Bien es cierto que el partido ha sido declarado de alto riesgo por razones de seguridad, pero la rivalidad es rigurosamente futbolística. El derbi de esta noche, después de un año de ausencia, convertirá en una fiesta a Sevilla, una ciudad que necesita poco para estimularse. Los dos clubes buscarán, en un Benito Villamarín lleno hasta la bandera, romper sus malas rachas: el Betis quiere desterrar su pésima trayectoria como equipo local (cuatro derrotas y un empate) mientras que el equipo dirigido por Emery aspira a sacudirse la vitola de mal visitante (tres derrotas y cuatro empates). En las semanas previas, ambos entrenadores han cuidado al máximo sus plantillas conscientes de la importancia de una victoria esta noche; están bien situados en la clasificación y no tienen urgencias de puntos, pero saben que aunque caminen de la mano siempre hay uno que marca el ritmo. Y para ellos es vital dirimir si Betis y Sevilla; que la fuerza les acompañe.

Alineaciones probables

Real Betis: Adán; Piccini o Molinero, Bruno, Westermann, Vargas; N'Diaye, Petros; Joaquín, Dani Caballos, Álvaro Cejudo; y Jorge Molina.

Sevilla FC: Sergio Rico; Mariano, Rami, Kolodziejczak, Tremoulinas; Krychowiak, Iborra; Vitolo, Éver Banega, Reyes o Konoplyanka; y Gameiro.

Árbitro: Carlos Clos Gómez (Comité Aragonés).

Estadio: Benito Villamarín.

Hora: 20:30.

Cuentan los acordes de la canción que “Sevilla tiene un color especial”, algo mucho más palpable en la ciudad hispalense cuando hay derbi como ocurre este sábado (20:30 | Canal Plus Partidazo). Béticos y sevillistas vuelven a enfrentarse después de una temporada sin verse las caras debido al vagar del conjunto verdiblanco por Segunda. De vuelta en la máxima categoría del fútbol español, se recupera un encuentro que muchos califican, sin complejo alguno, como el partido del año. Lo cierto es que, desde siempre, así ha sido en Sevilla; la ciudad respira un ambiente de fiesta único, mucho más desde que dejaron atrás los años en los que la competencia era tal que el fútbol quedaban en segundo plano. Ahora la rivalidad existe, por supuesto, pero reina el buen rollo porque Betis y Sevilla supieron abandonar el lado oscuro de la fuerza a tiempo.

Real Betis Manuel Ruiz de Lopera
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