Una galopante crisis puede hacer estallar al Barcelona si no levanta la Copa del Rey
El Barcelona se juega más que un título el miércoles en Valencia. Una derrota en la final de la Copa puede generar una tremenda tormenta en el club azulgrana
“Es un paso atrás”, dijo un lacónico Iniesta a pie de campo cuando las pulsaciones continuaban estando altas. La derrota de Granada dolió de verdad.El manchego no dijo una palabra más alta que la otra, pero en su semblante se reflejaba la compleja situación que vive el club azulgrana. Sólo la final de Copa del Rey puede rehabilitar en estos momentos a un equipo que navega a la deriva. Si hay derrota en Mestalla, la crisis puede dar paso a un estallido total en los cimientos del club y del vestuario.
La situación del Barcelona es más que preocupante a todos los niveles. En los despachos y en el vestuario, los problemas se acumulan. Hasta hace unos días el ‘triplete’ era algo de lo que se hablaba en el club. Ahora, la cita de Valencia del próximo miércoles se antoja como un auténtico salvavidas para respirar. Una derrota en el Clásico copero puede provocar un terremoto en el Camp Nou de consecuencias imprevisibles.
El Barcelona jugó sin centrales puros y acabó pagándolo. El Granada creó algunas oportunidades, pero fue la que acabó decidiendo el partido la que puso de manifiesto las carencias defensivas del equipo. Ni Mascherano ni Busquets-éste último retrasó su posición en Los Cármenes-, llegaron a tiempo y el único que pudo hacerlofue Montoya desde su carril. El club y Martino apostaron por no fichar un zaguero en los dos últimos mercados y el equipo lo está pagando.
El ambiente en el vestuario no es el mejor en estos momentos. Desde hace tiempo, el aire no corre limpio en el interior, algo que también está teniendo reflejo en el terreno de juego. Desde hace meses, el grupo no conecta con el Tata Martino. El paso del tiempo, lejos de arreglar ese problema, lo ha acentuado, al mismo tiempo que los resultados se han ido torciendo.
Asegurar la continuidad del entrenador argentino es deporte de riesgo. Aunque el club manifestó su deseo de prorrogarle el contrato una temporada más -firmó hasta 2015-, lo más probable es que cuando acabe este ejercicio haga las maletas. El club no le ha facilitado las cosas en muchas cuestiones y tiene claro que la situación debería girar de manera radical como para seguir en el cargo.
Un dato revelador es que el Barcelona no sufría cinco derrotas ligueras en una misma temporada desde la que supuso el estreno de Guardiola en el banquillo azulgrana. En aquella campaña 2008/2009 el Barça también cayó en cinco oportunidades, pero dos de ellas se produjeron cuando el equipo había ganado la Liga. En el presente ejercicio, el equipo de Martino ha caído ante Valencia, Granada, Athletic, Real Sociedad y Valladolid. Precisamente, desde aquella campaña el equipo no sumaba dos partidos seguidos sin marcar, como ha sucedido esta semana.
La situación institucional no invita a la tranquilidad. Esta siendouna campaña salpicada por informaciones extradeportivas, empezando por todos los pormenores del fichaje de Neymar y acabando con la dura sanción impuesta por la FIFA. Josep María Bartomeu se aferra al cargo, pero la presión social puede ser tan asfixiante que si el Barcelona no gana nada,el actual presidente podría verse obligado a convocar elecciones.
Javier Mascherano lanzó un mensaje contundente nada más finalizar el partido disputado en Los Cármenes. El argentino dejó claro que “no valen excusas. Habrá que sacar fuerzas de donde sea. Nos merecemos ganar por nosotros mismos esa final de Copa. Tenemos que levantarnos y poner la cabeza en alto pensando que es una final y que no podemos fallar. Tenemos que ir a por ella y darnos una alegría a nosotros mismos y luego a nuestra gente. Ahora es cuanto tenemos que demostrar nuestra hombría”.
Mientras, Andoni Zubizarreta, director deportivo del Barcelona, explicó ante el micrófono de Canal+ que “caer eliminado en cuartos de la Champions no es la mejor noticia. Por eso el partido ante el Granada era importante. Ahora nos toca reponernos porque el miércoles nos jugamos un título en una competición que va a ser muy exigente. Vi bien a Messi, generando muchas oportunidades. No tuvimos problemas en crear, simplemente el fútbol es así, imprevisible”.
“Es un paso atrás”, dijo un lacónico Iniesta a pie de campo cuando las pulsaciones continuaban estando altas. La derrota de Granada dolió de verdad.El manchego no dijo una palabra más alta que la otra, pero en su semblante se reflejaba la compleja situación que vive el club azulgrana. Sólo la final de Copa del Rey puede rehabilitar en estos momentos a un equipo que navega a la deriva. Si hay derrota en Mestalla, la crisis puede dar paso a un estallido total en los cimientos del club y del vestuario.