Ni Casillas ni Diego López se sienten cómodos con los cambios en la portería

El conflicto sigue abierto. No termina de cerrarse. La decisión de Ancelotti de dar la titularidad en Liga a Diego López y en Champions y Copa a Casillas sigue levantando polémica y, lo que es más importante, no termina de convencer a ninguno de los dos porteros. El debate no cesa y basta una parada o un fallo de uno de los dos para que todo el mundo cuestione que en el siguiente partido la titularidad vaya a cambiar de dueño una vez más.

Ni Diego ni Iker se sienten cómodos con este rol que les ha colocado Ancelotti. En pocas ocasiones un movimiento táctico ha podido crear tanta competencia entre dos porteros. La relación que mantienen es de compañeros. Se respetan, pero no van más allá de lo que marcan las normas de convivencia. Casillas cree que sigue siendo el gran perjudicado del último año de Mourinho en el banquillo del Real Madrid, mientras que el ex del Sevilla piensa que los medios de comunicación no están siendo justos con él ni valoran lo que está haciendo desde que llegó a la portería blanca el pasado mes de enero.

El mensaje de Casillas nada más terminar el partido ante la Juventus del pasado martes fue contundente, mucho más que la tan comentada rueda de prensa de Hyundai. En esta ocasión no mandó ningún mensaje encriptado ni nada que pudiera ser manipulado: "Jugando cada dos semanas no es fácil tener concentración. No es sencillo jugar partidos cuando estás tanto tiempo. Notas que faltan cosas cuando pasan dos semanas".

Iker y su presencia en Brasil

Y es que el campeón del mundo está viendo como el tren del Mundial se puede alejar, al menos el de la titularidad. En la última concentración de la Selección comprobó que ya no es intocable para Del Bosque al ser suplente en el partido ante Bielorrusia. Casillas sabe que, si no juega cada semana, su presencia entre los tres palos durante la cita de Brasil se complica. El tope de partidos que jugaría en toda la campaña se situaría en 24 en el mejor de los casos. Poco para la exigencia de un Mundial.

Su buen encuentro ante la Juventus le anima a pensar que está viviendo una situación injusta, circunstancia que pasa por la mente de Diego López cuando se acerca la máxima competición continental y sabe que por muy bien que lo haga en el partido anterior, volverá a comprobar el sabor del banquillo. Ni uno ni otro se sienten cómodos con lo que están pasando. No hay antecedente alguno y el italiano ha logrado que ni Iker ni Diego se sientan titulares, algo inaudito en la portería.

La plantilla, acostumbrada

Goal adelantó la semana pasada que la decisión del portero es la de cambiar de aires en enero. Los dirigentes del Real Madrid hablan de la obsesión que tiene el guardameta de levantar la Décima, algo que es incompatible con la posibilidad de dejar el club blanco en el mercado de invierno.

Diego López sigue a lo suyo. Entrenándose, trabajando e intentando aislarse de todo lo que se dice a su alrededor. Agradece al club el gesto de aumentar su ficha, lo cual refuerza su posición dentro del vestuario. No quiere problemas con nadie y por eso mismo no va a pronunciar palabra alguna respecto a esta especial situación que atraviesan tanto él como Iker. Respeta la decisión de Ancelotti, pero no le gusta.