La indolencia de Benzema vuelve a provocar el enfado del Bernabéu

Son tiempos de zozobra para Benzema, que parece haber roto su idilio con el Bernabéu. Pese a llevar dos goles en Liga y dar dos asistencias en el duelo ante el Athletic, no se encuentra ahora mismo entre los favoritos de la parroquia blanca. Sustituido en el minuto 72 de partido, recibió pitos por parte de un sector de la grada, que sigue penando ese aire de indolencia que en ocasiones desprende el francés. Siempre han despertado cierta reticencia los jugadores con talento en el Bernabéu, siempre en permanente examen. Ocurrió antes con Míchel, se repitió con Guti y sucede ahora con Benzema y Özil, que ni siquiera saltó a calentar ante los de Ernesto Valverde. No se negocia para el aficionado madridista el esfuerzo. Exige el talento, pero siempre acompañado de esfuerzo. Algo que le cuesta asimilar al francés, que aunque lleva buenos números en este inicio de campeonato está en el punto de mira del Bernabéu.

“He entendido la reacción del público con Benzema”, afirmó Ancelotti. “Fue muy clara una cosa: a Benzema lo han pitado un poquito y a Di María todo el estadio lo ha aplaudido. Significa que los aficionados miran mucho el trabajo. Creo que Benzema juega en una posición diferente, no necesita trabajar tanto como Di María, pero la señal del público es importante para todos. Aquí aplauden el trabajo”. Se congratuló el italiano del aplauso a hombres como Di María y Modric, que ante los ‘leones’ mostraron un derroche físico no exento de talento a la hora de la construcción del juego. Por el contrario, dio un aviso tanto al ‘9’ blanco como al alemán, que está pasando por un momento difícil. “Puse a Di María porque tenía mucho ritmo e intensidad”, declaró en referencia a la ausencia del alemán en el once. Exige por tanto trabajo el italiano, consciente de que debe apretar el equipo en defensa para ser competitivos.

Se presentaba la temporada como un nuevo despegue de Benzema. Traspasado Higuaín al Nápoles, no reforzó el club la posición del nueve. Lo fían todo al francés, que cuenta únicamente con la competencia de Morata, algo verde todavía para partidos de cierto vigor. Pese al tirón de orejas desde la directiva por, a su entender, falta de actitud, no termina de activarse. Nunca se mostró como un gran fajador, por lo que la hinchada siempre mostró más simpatía por gladiadores como Higuaín, al que sin embargo su falta de puntería terminó por obligarle a marchar. Mimado por Zidane, que este año está de nuevo encima de él, no ha logrado sacudirse la cruz que le ha impuesto el Bernabéu en este inicio de Liga.

Ya en su llegada a Chamartín tuvo problemas de adaptación. Su carácter introvertido, refugiado en su barrio de Lyon, impidieron que rompiera a jugar salvo en contadas ocasiones. Fue con la lesión de Higuaín, en 2010, donde se vio en la obligación de dar un paso adelante. Pese a ser determinante en varios partidos, no terminó nunca de ganarse la confianza de Mourinho, que siempre se inclinó más por la brega del ‘Pipa’ que por lo fino del ariete francés. En su segunda temporada con el entrenador portugués, destapó a jugar y se sitúo como el delantero titular en su eterna pugna con el argentino. Cuando parecía que su consolidación era un hecho, volvió a perder vuelo la pasada temporada, arrastrado por el convulso ambiente del vestuario, más pendiente de brechas internas que de poner los focos en el juego. Precisa agitarse de nuevo el francés si no quiere ver como el Bernabéu, de gusto tornadizo en ocasiones, le devora.