El Real Madrid encuentra la felicidad y el Barcelona se disipa entre dudas

ElReal Madridpuso fin a un trienio traumático. Guste o no a los defensores deMourinho, los36 meses del portuguéssignificaron un giro hacia lo radical. El término medio desapareció en un club que cerró la última temporada del portugués en fracaso. Por contra, elBarcelonaganó el trofeo doméstico, el más preciado por aquello de la regularidad, pero el cuerpo no estaba para fiestas.

Con la competición a cuatro semanas de su inicio nadie piensa en laLigapasada. El Real Madrid ha encontrado una paz y una tranquilidad que invita a pensar en un cambio de ciclo, al menos dentro delmadridismo. Pocos se acuerdan de la última campaña, esa que terminó con los dudosostítulos de semifinales de Championsy los subcampeonatos deLiga y Copa.

El club ha recuperado su sitio y ha dejado aAncelottisu espacio justo. Ni más ni menos. Respiran tranquilidad. Desde el presidente hasta los encargados de que todo esté reluciente en el vestuario deValdebebas. Todo el que pasa por lafábrica blancaha dejado de ser sospechoso. La sonrisa y la cordialidad vuelven a presidir el club y todos sus estamentos. Ahora el debate se centra si llegará o noel galáctico (Bale)y todo pinta como los primeros años del siglo XXI: tranquilidad total y absoluta. Una prueba más de los nuevos vientos que corren por la entidad es el hecho de que el Real Madrid acudirá gratis a participar en el Teresa Herrera el próximo 29 de agosto, como gesto para ayudar al Deportivo de la Coruña en su delicada situación económica.

Dos meses atrás, elBarcelonacelebraba la conquista de la Liga más extraña de la historia. Lo que debía ser una fiesta, no paso de un tono agridulce. Título 'ganado' en el mes de septiembre ante la actitud pasiva delReal Madrid; distanciamiento de ciertos jugadores con el club y con el cuerpo técnico casoThiago y Villa; dudas respecto a la continuidad de Tito por su salud (lamentablemente confirmadas); premura en cerrar el fichaje de Neymar y el baile de cifras; guerras internas; lasdudas impositivas de Messi y su padre; batalla entre Guardiola y Rosell...

Como ven, infinidad de motivos para olvidar el campeonato ganado, el de los 100 puntos y para pensar en el regreso del Barcelona de antaño, el de la capacidad autodestructiva tan característica de los años deNúñez y Gaspart. Nadie se acuerda de la Liga y menos aún de ese autobús descapotable que paseó por laCiudad Condal. Suene extraño o no, el equipo azulgrana debe reconstruirse. Eso sí la base del equipo parece sólida salvo queNeymaryMessipiensen lo contrario.

Para acometer la reconstrucción, elBarcelonaha fiado todo aGerardo 'Tata' Martino, el técnico argentino que desde esta misma semana se hará cargo del equipo en sustitución de TitoVilanova. La apuesta por un entrenador ajeno a la casa despierta dudas entre una afición que veía con mejores ojos a Luis Enrique. La elección ha estado supeditada a los gustos deRoselly puede que deMessi, admirador de su compatriota y afín por la amistad que une a sus familias. Claro que la empresa que tiene por delante no es cuestión de amigos, en apenas 20 días tendrá que dar forma a un proyecto que nace precipitado tras el doloroso adiós de Tito Vilanova. Pero es lo que tiene el fútbol, no da tregua ni tiene memoria. Unos no se acuerdan de sus logros recientes y otros de la odisea vivida...