Ancelotti sabe que su primer gran reto es solucionar las diferencias entre Casillas y Arbeloa

Carlo Ancelotti llegará a Madrid el próximo viernes tras pasar diez días de vacaciones en Canadá. El italiano tiene sobre la mesa varios asuntos que resolver. En el de la confección de la plantilla da su opinión, pero no exige, se adapta a las necesidades del club. La principal preocupación del ex del PSG es el de recuperar el equilibrio emocional de la plantilla. Quiere terminar con las rencillas aparecidas en el vestuario tras el tormentoso final de José Mourinho como entrenador madridista. Sabe que el punto de partida para que se respire aire sano dentro del grupo es solucionar o por lo menos suavizar la tensa relación que existe entre Casillas y Arbeloa.

Uno y otro han reconocido las diferencias. Mantienen una relación profesional, pero distante y fría. En la Selección, durante la convivencia, cada uno se movía con su círculo y el diálogo apenas ha existido entre ellos. No parece que exista una solución sencilla, más allá de la demostrada en los últimos meses en los que cada uno hacían su vida con independencia. El problema es que Ancelotti pretende que en el vestuario reine el entendimiento y el diálogo, pero entre los dos campeones del mundo parece que no hay posibilidad de recuperar el entendimiento de antaño.

Ancelotti quiere apoyarse en Casillas desde su capitanía y por la ascendencia que tiene sobre el grupo, tal y como ha quedado demostrado en los últimos meses. Jugadores como Sergio Ramos, Pepe, Cristiano Ronaldo, Özil, Khedira o Benzema se alinearon de lado del portero, dejando a futbolistas como Xabi Alonso o Arbeloa en el lado del entrenador. Pues bien, el que fuera entrenador del Milan quiere terminar con esos grupos o, por lo menos, limar diferencias entre los jugadores.

El nuevo técnico madridista antepone el interés del colectivo a la lucha de egos. Lo ha demostrado en vestuarios tan complicados como el del Milan, Chelsea o PSG con la bomba Ibrahimovic merodeando por el Parque de los Príncipes. Es su estilo y lo coloca como punto de partida para los éxitos deportivos. No quiere enfrentamientos o por lo menos intenta evitar que sean tan públicos como el que mantienen Casillas y Arbeloa.

Si en la disciplina es él el que marca el territorio y busca la tranquilidad, en relación a los fichajes, su única exigencia pasa por la necesidad de incorporar un mediocentro. Vidal era la primera opción tal y como anunciamos en El Confidencial, con Illarramendi con alternativa. La Juve no negoció, algo que sí ha sucedido en primera instancia con la Real Sociedad pese a su posterior arrepentimiento. La negociación por el donostiarra sigue abierta debido a la intención del jugador de recalar en el Real Madrid. Nada cambiado. El mediocentro se presentará mañana con su equipo, pero no ha cambiado de idea, pago de cláusula o no de por medio.