El Madrid regaló la Liga en agosto y la entregó al Barça tras un triste empate ante el Espanyol

El Barcelona ya es campeón de Liga de manera matemática y lo es gracias a que el Real Madrid no fue capaz de ganar al Espanyol en Cornellá. El empate y lo sucedido en el partido reflejó a la perfección lo que ha sido el campeonato para un equipo del que se esperaba mucho y se ha quedado en casi nada. De la Liga de los récords se ha pasado a un Real Madrid repleto de relajación y  desidia. Como casi siempre la reacción apareció, pero en esta ocasión tarde y sin la suficiente energía como para voltear el gol de Stuani. Marcó Higuaín en el minuto 58, pero tras el tanto del argentino poco más. Ni la entrada de Ronaldo sirvió para que sus compañeros hicieran algo más de lo hecho en la primera mitad. Lo sucedido en el estadio espanyolista ha sido el reflejo de una Liga que, por extraño que parezca, su entrenador dejó pasar allá por el mes de diciembre de manera oficial. Eso si, antes los jugadores empezaron a pasar del título, allá por el mes de agosto. 

El Real Madrid ha culminado una de las Ligas más tristes de su historia. La proclamación del Barcelona en el salón de su casa, sin jugar y como consecuencia de un nuevo fallo madridista, es el punto y final que refleja lo sucedido. El campeonato que entregaron en las primeras jornadas de Liga lo han entregado en bandeja de plata al Barcelona y, encima, en el campo del Espanyol, socio de antaño y enemigo de los azulgrana. 

Lo cierto, ya con el equipo dirigido por Tito Vilanova campeón, es que al Real Madrid ya le quedan pocos tragos más de esta Liga que se ha convertido en un auténtico suplicio para los madridistas. Sin un patrón claro de juego desde hace meses, el ánimo ha sido definitivo a la hora de encarar los partidos. El rival apenas ha importado y sí la mentalización, la entrega y el coraje de los de Mourinho. Tras la exhibición de ganas del pasado miércoles ante el Málaga, esta vez tocaba salida relajada, tranquila y sin ninguna prisa. La reacción llegó tras el descanso, aunque algunos jugadores tipo Benzema o Di María prolongaron el descanso hasta la final de Copa. 

Una vez más, el Real Madrid regaló espacio y tiempo. Mourinho decidió dejar fuera a algunos que pueden ser titulares ante el Atlético. Ronaldo, Xabi Alonso, Carvalho e incluso Benzema se quedaron bien en el banquillo, bien en la grada. El problema volvió a llegar con los no habituales, a excepción de Nacho y Albiol, decidieron dimitir del partido, dejar pasar los minutos a la espera de noticias. El Espanyol se iba a cercando poco a poco a la portería de Diego López. La intensidad de jugadores como Stuani, Víctor Sánchez o Verdú bastaba para crear peligro. El Espanyol corría. El Real Madrid paseaba. No todos, pero sí muchos de los que anoche vistieron de blanco.

Las llegadas empezaban a mostrar indicios de un próximo gol del Espanyol, pero el gol llegó tras un saque de esquina defendido de una manera esperpéntica. Hasta tres toques de los jugadores de Aguirre dentro del área pequeña y que terminó con el octavo gol recibido tras un córner. No hay otro equipo igual en la Liga. Stuani fue el encargado de dar forma de gol a los reiterados toques de los jugadores espanyolistas. Veintidós minutos tardaron en hacer realidad lo que se veía sobre el césped.

El Real Madrid estaba perdido y más tras la lesión de Varane y que propició la entrada de Xabi Alonso, más preocupado de pequeñas cuitas con jugadores de Aguirre que de armar el juego del equipo blanco. Modric no acompañaba en nada, mientras que Kaká estaba más tiempo en el suelo que en pie. De esta manera, los madridistas se sentían incapaces de llegar con peligro. Además, la intensidad que ponían no permitía hacer nada más que aguantar las acometidas del Espanyol, equipo al que anularon un gol por un motivo desconocido. Héctor Moreno remató de cabeza tras la salida de otro córner al filo de la media hora, pero Iglesias Villanueva decidió no conceder el tanto.

En la segunda mitad, el Real Madrid dio un paso adelante, buscó algo más, jugó con más intención, pero lejos del acierto de otro días. Modric empezó a mostrarse, se asociaba con Benzema e Higuaín, pero por ahí estaban los Colotto, Héctor Moreno o Forlín para frenar cualquier tipo de aventura. El gol, con más de media hora por delante, llegó tras una falta que cabeceó Higuaín. A partir de ese momento, dominio blanco, pero sin apenas profundidad. Benzema e Higuaín apenas dejaron rastro de esa capacidad que cada día que pasa está más en el olvido.

Es más, fue el Espanyol el que tuvo las ocasiones más clara, como la que salvó Nacho a los pies de Sergio García allá por el minuto cinco. Escena repetida con Carvalho tres minutos después o en el minuto 77 con Diego López salvando el gol ante Héctor Moreno. Di María decidió hacer la guerra por su cuenta, algo habitual por cierto, mientras que Ronaldo se dedicó a cerrar heridas o, mejor dicho, a abrir nuevas brechas con los jugadores del Espanyol. La consecuencia, apenas oportunidades de ganar y evitar, de esta manera, el perezoso alirón azulgrana.

Ficha técnica:

1 - Espanyol: Kiko Casilla; Javi López, Colotto, Héctor Moreno, Capdevila; Forlín, Víctor Sánchez; Stuani, Verdú (Simao, min.82), Wakaso (Baena, min.90) y Sergio García.

1- Real Madrid: Diego López; Albiol, Varane (Xabi Alonso, min.19), Carvalho, Nacho; Essien, Modric; Kaká (Cristiano Ronaldo, min.56), Di María, Morata (Benzemá, min.46) e Higuaín.

Goles: 1-0, min.24: Stuani; 1-1, min.69: Higuaín;

Árbitro: Iglesias Villanueva (comité gallego). Expulsó a Víctor Sánchez (min.90). Amonestó a Stuani (min.30), Essien (min.42), Verdú (min.50), Wakaso (min.61), Xabi Alonso (min.65), Modric (min.69), Carvalho (min.70), Albiol (min.76), Forlín (min.79), Cristiano Ronaldo (min.79).

Incidencias: partido correspondiente a la trigesimoquinta jornada de la Liga BBVA disputado en el estadio de Cornellá-El Prat ante 30.023 espectadores.