El molde de Simeone no es suficiente aún para salir ganador en las grandes citas

“Sentir la energía de la gente es buenísimo y cuando es positiva la quiero”, decía Simeone en la previa del derbi madrileño. Por esta razón en el entrenamiento por la mañana del sábado, el preparador organizó un baño de multitudes para los suyos con el libre acceso. “El fútbol es un todo: la mente, el corazón y el talento. Tenerlo todo te hace indestructible”, añadía el técnico argentino en esa misma rueda de prensa. Cuando se preguntan en el club el motivo del cambio de mentalidad que proyecta la entidad, la respuesta es clara: Diego Pablo Simeone. El entrenador rojiblanco es percibido por la afición como la personificación del escudo y los valores del club.

La presencia de 21.000 almas en un entrenamiento previo a un partido simboliza a la perfección lo que percibe la hinchada rojiblanca del plantel de Simeone. Su inmaculada trayectoria en Liga y en Europa es percibida como la antesala de algo más grande que un puesto en Liga de Campeones. Cuestionado a este respecto, tras quedarse a seis puntos de los azulgranas con la derrota del sábado, el entrenador rojiblanco no quiso desviarse del partido a partido que pregona a los suyos. “Dije al principio de temporada que lo bueno sería mejorar la temporada anterior y en eso estamos”.

No es de extrañar el semblante resignado del técnico de Rosario en la rueda de prensa posterior al encuentro, consciente de que su equipo no estuvo a la altura de las sensaciones transmitidas. “En el primer tiempo el desarrollo del juego fue tranquilo, sin casi situaciones de gol para los dos equipos. No pudimos progresar en el juego ofensivo más allá de que el partido estaba tranquilo”, declaraba el técnico tras el encuentro, descartando un posible derrumbe psicológico de su equipo.

Consciente de las limitaciones del equipo, el técnico argentino lleva semanas precisando mayor intensidad y precisión en el pase. La derrota ante el Valencia confirmó los temores del preparador argentino. La ambición y determinación mostradas en aquella derrota no le llegaron para vencer. Al igual que en el partido frente al Madrid, el equipo se batió bien en el cuerpo a cuerpo, sin sufrir asedio por parte de su rival. Sin embargo, al equipo le faltó fútbol. El fútbol eléctrico practicado por el equipo en este inicio de campaña. Ese menor voltaje en el juego de ataque ha provocado una menor producción de su principal estrella, Radamel Falcao, quien ha anotado un solo gol en los últimos cuatro partidos. “Tenemos que asociarnos mejor, cuanto más lo hagamos los delanteros tendrán más tiempo para llegar al área. Siempre hemos intentado eso y vamos a seguir buscándolo”.

Consciente de que el equipo debe mejorar el juego ofensivo si quiere aspirar a más, Simeone espera recuperar pronto a los suyos. Entre ellos a otro jugador fundamental en esa claridad ofensiva que tanto reclama: Arda Turan. El ‘10’ rojiblanco, desdibujado en todo el encuentro, simbolizo en la acción que precedía al tanto de Ronaldo su actuación: una acción infantil, al acariciar con la mano el esférico ante Cristiano, provocó el principio del particular Trafalgar rojiblanco.

La derrota ante el Madrid pesa más que en otras ocasiones por lo simbólico del encuentro. Otro enfrentamiento sin vencer al eterno rival pesa. La ausencia de ese golpe en la mesa que reclamaba la parroquia rojiblanca, no debe hacer olvidar el gran mérito de esta plantilla. Un conjunto que ha logrado sacudirse el pesimismo de un club instalado en el lodo desde hace tiempo, algo que no se puede obviar. Simeone sabe que está ante uno de los mayores desafíos de su carrera. Devolver al club de sus amores al sitio que le corresponde. “Paciencia ante la adversidad. No hay que desesperarse cuando las cosas no salen”, suele decir a los suyos en los momentos críticos. A pesar del lamento, la afición sigue con su líder. Porque, como dicen en el club, el ‘Cholo’ es un acto de fe.