El Madrid derrota a un acomplejado Atlético para seguir en la lucha por la Liga

Nuevo derbi, vieja historia. Otro triunfo del Real Madrid que lleva la racha a 21 partidos sin que el Atlético sea capaz de doblegar a los madridistas. Y lo peor de todo es que a los once minutos todo el mundo sabía, o al menos intuía, lo que iba pasar a eso de las doce de la noche del sábado. El gol de Benzema sirvió para confirmar todas las historias y leyendas contadas en los últimos días respecto a los derbis de los últimos once años, en especial, los disputados en el Vicente Calderón. 

A la primera de cambio, gol de Real Madrid. Después, buen juego del Atlético y otros tres puntos para el equipo blanco, lo que le permite seguir a media distancia al Barcelona. A día de hoy, los cinco puntos de diferencia les parecen asequible a los madridistas. Curioso cuando hace diez días siete puntos parecían una barrera insalvable. Y es que el fútbol, lo quieran o no, es cuestión de confianza y ahora todo pinta de blanco. Es lo que tiene eliminar al Lyon. Özil sentenció el encuentro tras el inicial tanto de Benzema, aunque el Kun logró meter algo de presión al Real Madrid sin casi tiempo para pensar en el empate.

Iker Casillas llevaba un tiempo fuera del protagonismo. Los últimos partidos del Real Madrid no habían necesitado de las apariciones de su capitán, pero en el derbi recordó al de meses atrás, al que salvó a España en el Mundial ante Paraguay o en la misma final. Casillas dio los tres puntos al equipo de Mourinho. Los jugadores del Atlético se desesperaban cada vez que levantaban la cabeza y veían algo de azul en el horizonte. Ese era el portero madridista, que volvió a demostrar que otra vez puede ganar partidos y títulos, como ya ha hecho en más de una ocasión. 

Tras el gol de Benzema, frenó en seco al Kun en dos ocasiones, otra a Reyes y un cabezazo a Godín. En la segunda parte, más de lo mismo, pero el Atlético bajó su intensidad ofensiva por lo que Casillas sólo apareció a un tiro del Kun y un flojo remate de Godín ya con el tiempo cumplido. Hasta el Calderón bajó los brazos ante el día de la marmota que volvían a desfilar ante sus ojos. Lo curioso es que a cuatro minutos del final, cuando todo parecía sentenciado, el Kun sí que acertó a batir a Iker. Al menos consiguió que hubiera emoción en los instantes finales.

Mourinho decidió armar el centro del campo y ahogar al Atlético con Xabi, Khedira y Lass y confirmar a Benzema como la referencia ofensiva del Real Madrid. El puesto de delantero titular parece que ya es suyo y el francés está respondiendo con goles y compromiso. Quique volvió a sorprender con Elías en una banda y con Mario Suárez en el eje. Menos mal que le pidieron que no hiciera tantas rotaciones. Lo que seguro que no esperaba el técnico atlético es que tras dos buenas paradas de De Gea, el Real Madrid se pusiera por delante en el marcador en el minuto once. 

Agüero, el de siempre, volvió a aparecer

El Atlético reaccionó y se hizo con el control del juego, pero el equipo blanco se sentía superior, dominador de la situación. El planteamiento era muy sencillo, esperaban y salían a la contra. Dos toques bastaban para plantarse ante De Gea. 

En una de esas llegadas, Marcelo le hizo un siete a Ujfalusi para que Özil se inventara un extraño pero efectivo remate. Si antes se lo creían, con el cero a dos, más todavía. En ese instante, en el del gol del alemán se produjo el detalle más significativo de la noche. Ronaldo, que volvió a ser el niño egoísta que miró más por su interés que por el del equipo, se quedó protestando al árbitro por un posible penalti cometido sobre su figura. 

En ese momento apareció Mourinho para mandar callar a CR7 y obligarle a meterse de nuevo en el partido. Gran gesto del técnico. Reconozco que en los últimos días parece otro. El gran entrenador que es está dejando de lado ese personaje que a veces interpreta. Por cierto, Ronaldo reaccionó ante algunos gritos que deberían desaparecer del fútbol, pero el delantero no debe responder a la grada con ese repertorio de gestos que saca a pasear de vez en cuando.

La segunda parte sobró a excepción de los últimos seis minutos. El gol del Kun puso incertidumbre, pero poco más. El Real Madrid controló en todo momento. Sin alardes, los blancos hicieron un partido aseado, llegando a la contra con peligro con Özil y Benzema en plan jefes. Ronaldo no estuvo, mientras que la defensa se vio superada en demasiadas ocasiones. El Atlético no termina de encontrar el punto de la temporada pasada y su dependencia de hombres como Forlán, Reyes o el Kun es excesiva. Entre estos tres y el resto media un abismo.

La Liga sigue abierta una jornada más. El Barcelona no falla, pero las sensaciones que trasmite el Real Madrid han mejorado. Los de Mourinho han ganado en confianza y se nota. Lo que ya no está tan claro que exista es la rivalidad entre los dos grandes equipos de la capital de España. A día de hoy, el equipo rojiblanco tiene un claro complejo de inferioridad, al menos sus jugadores. Si no es así, que me expliquen por qué se repite la historia de esta manera en los últimos once años y medio.

Ficha técnica:

1 - Atlético de Madrid: De Gea; Ujfalusi, Domínguez, Godín, Filipe Luis; Reyes, Mario Suárez, Tiago (Juanfran, m. 84), Elías (Koke, m. 46); Forlán (Diego Costa, m. 78) y Kun Agüero.

2 - Real Madrid: Casillas; Sergio Ramos, Pepe, Carvalho, Marcelo; Lass Diarra (Arbeloa, m. 82), Xabi Alonso, Khedira; Özil, Cristiano Ronaldo (Di María, m. 72) y Benzema (Adebayor, m. 70).

Goles: 0-1, m. 11: Benzema culmina ante De Gea un pase de Khedira. 0-2, m. 33: Ozil dispara al borde del área tras una asistencia de Marcelo. 1-2, m. 84: Agüero, tras una pared con Koke.

Árbitro: Fernando Teixeira Vitienes (C. Cántabro). Amonestó a los locales Kun Agüero (m. 33) y Ujfalusi (m. 37) y a los visitantes Lass Diarra (m. 63) y Marcelo (m. 77).

Incidencias: partido correspondiente a la vigésimo novena jornada de Liga en Primera División, disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 53.000 espectadores. Lleno. Antes del inicio del encuentro se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas del terremoto de Japón y de Adrián Escudero, máximo goleador de la historia del club rojiblanco.